De desecho a recurso: Kymia, la empresa emergente liderada por mujeres que extiende la vida útil del pericarpio del pistacho, un ingrediente valioso para la cosmética y la nutracéutica.
- Kymia es una startup innovadora que rescata el pericarpio del pistacho y lo convierte en un componente para productos cosméticos y nutracéuticos.
- Este residuo está cargado de nutrientes y posee propiedades saludables para la piel y contra los efectos del envejecimiento.
- El proyecto fue iniciado por Arianna Campione y Anna Cacopardo, originarias de Sicilia, quienes han logrado dar valor a un producto de su región.
La historia de la startup Kymia es esencialmente una historia de amor entre las cofundadoras, Arianna Campione y Anna Cacopardo, y su amada Sicilia. De esta tierra, productora de pistachos, extrajeron el ingrediente principal para su negocio, el pericarpio. La idea de usar el pericarpio del pistacho —la envoltura protectora que cubre el núcleo interno que usualmente pelamos— para aprovechar sus cualidades en el ámbito de la cosmética y nutrición surgió a Arianna Campione durante su estancia de cuatro años en Londres. «Estuve allí para obtener un máster y lo que más esperaba eran los productos que mi familia me enviaba: tenemos una materia prima realmente importante que aprovechamos muy poco».
Kymia, del pericarpio del pistacho de desecho a recurso
Dentista de profesión, Arianna Campione involucró a su socia y amiga Anna Cacopardo, en ese entonces estudiante de administración de empresas, para llevar a cabo un emprendimiento que valorizara el territorio siciliano. La startup comenzó a formarse durante el confinamiento. «No fue fácil, en Sicilia no es común emprender y menos aún que lo hagan mujeres, éramos un caso extraño», continúa Campione. «Hoy, nuestro equipo está casi completamente formado por mujeres y estamos muy orgullosas de ello». La empresa se constituyó oficialmente en 2022 como una SRL inscrita en el registro de startups innovadoras con una patente registrada para la recuperación de desechos de pistacho.
El eje de Kymia gira en torno al pistacho de Bronte, un fruto que representa un importante motor económico para la región, proporcionando empleo a muchas personas y asegurando la supervivencia de muchas empresas locales. Sin embargo, nadie había prestado atención a la recuperación del desecho, el pericarpio del pistacho. «Pocas personas conocen la recolección del pistacho, porque es algo muy local y porque se realiza cada dos años: por lo tanto, pocos saben lo que es el pericarpio del pistacho, que hasta ahora se descartaba completamente».
Este valioso desecho está en realidad lleno de nutrientes, proteínas y tiene propiedades beneficiosas no solo para la salud, sino también para la piel y para combatir los efectos del envejecimiento. Lo hemos estudiado, analizado y luego hemos registrado la patente a nivel internacional: implica la transformación y conservación de esta materia prima de manera completamente verde”. El nombre Kymia deriva de Alquimia, es decir, la capacidad de transformar algo sin valor en algo valioso, título del probablemente más exitoso libro de Paulo Coelho, del cual Campione es una gran aficionada. “El protagonista viaja por el mundo para luego darse cuenta que tenía un tesoro en el jardín de su casa, algo parecido a lo que nos ocurrió a nosotras”.
Proceso verde
El producto que Kymia comercializará es un extracto de pericarpio de pistacho obtenido mediante un proceso patentado que aumenta la vida útil del mismo, que de otro modo sería muy corta. “Tan pronto como el pericarpio se separa del fruto con las máquinas, se oxida inmediatamente, se enrancia. Probablemente por eso nadie lo había utilizado antes que nosotros, al no haber encontrado una manera de conservarlo eficazmente, lo cual nosotros hemos logrado y patentado. Nuestro proceso es totalmente verde porque no utilizamos ningún tipo de solvente químico, solo agua. No tiene sentido recuperar un desecho si, para hacerlo, es necesario producir contaminación. Además, las temperaturas con las que trabajamos son bajas justamente para no tener un proceso que consuma mucha energía: nuestro objetivo es crear un circuito de recuperación del pericarpio virtuoso”.
Los pasos de la startup
Kymia es una pequeña startup, pero las fundadoras, además de tener ideas claras y brillantes, se han esforzado por hacer crecer a la empresa, que en 2022 experimentó su primer aumento de capital con la entrada de inversores privados que creyeron en el proyecto y que ayudaron al equipo a expandirse hasta incluir a ocho personas. “No todos los socios están activos, pero todos nos apoyan con ideas y networking”. Tanto es así que la idea inicial, es decir, la de producir cosméticos, se está sustituyendo gradualmente por la de producir un extracto que se vende no más de B2C, sino de B2B a los fabricantes tanto de cosméticos como de nutracéuticos.
“Estudiando y analizando el pericarpio del pistacho y probándolo en células humanas, sobre la piel y en diferentes sectores, hemos visto que tiene muchas propiedades. Cuando nos dimos cuenta de cuán amplias eran, entendimos que concentrarnos solo en la cosmética se había vuelto limitante”. Así que en 2023 llega un rebranding y, de ser una empresa que producía cosméticos finitos, hoy Kymia produce el extracto que se vende a empresas fabricantes de cosméticos y de nutracéuticos. “Nuestro objetivo son empresas interesadas en proponer en el mercado un producto innovador, que necesita ser conocido y que estamos seguras se convertirá en uno de los nutrientes esenciales, como el aloe vera o la spirulina. Nuestro primer mercado será el cosmético porque el go to market ya está en curso: nos hemos rodeado de nuevos profesionales especializados para obtener rápidamente toda la documentación necesaria. En el sector alimenticio y nutracéutico estamos realizando estudios adicionales”.
La recuperación de un desecho, pero también la creación de un beneficio indirecto, son los activos de Kymia. “Nuestro sueño es valorizar Sicilia y sus recursos y quizás crear un beneficio social, entonces otra cosa positiva para la economía del país, además de reintroducir en el mercado un producto que de otro modo sería descartado. La naturaleza es inteligente y, si crea una envoltura protectora para un fruto tan valioso como el pistacho, es natural que dentro de esta envoltura haya un montón de propiedades beneficiosas”.
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Javier Martínez es un periodista científico apasionado por la física, la biología y la astronomía. Con años de investigación, convierte hallazgos complejos en artículos claros y accesibles. Su escritura precisa le aclara las claves de cada descubrimiento.