¡Imposible dormir!: Así afecta el ruido a los locales en la bulliciosa España

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Por Alberto Ramos

El ruido en España: Entre festivales y quejas vecinales

Los animados bares de tapas y los festivales al aire libre son imágenes que muchos extranjeros asocian con España, aunque cada vez más residentes locales están hartos del ruido y se están organizando para combatirlo.

Según el escritor español Ignacio Peyro, en un artículo reciente para el periódico El País, «lo que nos hace diferentes de otros países es que somos más ruidosos».

Peyro bromeó diciendo que «tenemos tantas palabras para ‘fiesta’ como los inuit tienen para ‘nieve'».

Es común que los extranjeros confundan el intenso bullicio de un bar español lleno de gente con una pelea.

En verano, el ruido en las ciudades aumenta ya que el calor lleva a los festejantes a las calles, a las terrazas de los bares, a las festividades de los santos patronos y a las marchas del orgullo gay, todos eventos acompañados de altavoces y fuegos artificiales.

Dormir en los barrios históricos: Una misión imposible

En barrios históricos de Madrid, Barcelona y Valencia, donde muchas casas carecen de aire acondicionado y es esencial abrir las ventanas para refrescar, conseguir una noche de descanso tranquila es una misión imposible.

Toni Fernández, que vive frente a un bar en el ruidoso barrio de Chueca en Madrid desde hace 15 años, sabe muy bien lo difícil que es dormir en estas condiciones.

«Si tienes el sueño ligero, es imposible», comentó este peluquero de 58 años a AFP, añadiendo que sueña con mudarse «cuando pueda, lo que será pronto».

«Los portugueses tienen una cultura diferente, hablan mucho más bajo. Yo mismo me doy cuenta de lo alto que hablo» cuando está en el vecino ibérico, explicó Fernández.

Yomara García, abogada y presidenta de la asociación Juristas Contra el Ruido, señaló que aquellos que se quejan del ruido son etiquetados como «quejicas, antisociales, hipersensibles».

«El derecho a la intimidad personal, la inviolabilidad del hogar, comúnmente llamado derecho al descanso… es un derecho que tiene prioridad» sobre «el mal llamado derecho al ocio», afirmó García.

Este último «no es un derecho fundamental», explicó durante un congreso de acústica en la ciudad mediterránea de Málaga, un punto caliente turístico frecuentemente alborotado por fiesteros.

‘Esto es España’

Las acciones legales debido al ruido ahora van más allá de los bares y han provocado la aparición de asociaciones contra el ruido en todo el país.

Los conciertos en el estadio Bernabeu de Real Madrid han sido suspendidos tras quejas de los residentes, mientras que las canchas dedicadas al deporte de raqueta del pádel y las festividades de los santos patronos también generan reclamos.

Incluso los patios de recreo de las escuelas en Barcelona han sido objeto de quejas, llevando al parlamento regional de Cataluña a declararlos exentos de las regulaciones de ruido.

El Centro del Silencio de Madrid, gestionado por la orden católica dominicana, ofrece un oasis de tranquilidad a unos 50 usuarios semanales en el bullicio de la capital española.

El lugar era una rareza cuando abrió en 2011, pero ahora «hay una enorme oferta de espacios para retiros, silencio, meditación», dijo su directora Elena Hernández Martín a AFP.

Ana Cristina Ripoll, profesora de filosofía que encuentra refugio en el centro, piensa que la actitud hacia el ruido en España ha cambiado poco.

«No creo que haya conciencia», comentó Ripoll, de 59 años, recordando cómo algunos usuarios del metro «se enojaron» cuando les pidió que bajaran la música que salía estruendosamente de sus móviles.

«Incluso hay personas que te dicen: ‘Esto es España'», concluyó.

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