Florence Nightingale: La creadora de la enfermería

15
Hubo un tiempo en el que el noble oficio de enfermera no tenía el respeto ni la valoración social que ahora tiene. A mediados del siglo XIX, ser enfermera era poco más o menos que pertenecer a una clase social muy baja, se decía que eran “ayudantes de poca monta” y  que estaban ahí porque no tenían otra cosa que hacer en la vida.
Esto cambió a mediados del siglo XIX con la irrupción de una mujer intrépida, valiente. Una mujer que dió un vuelco a todo, para elevar la enfermería como el dignísimo oficio que hoy conocemos.
Florence Nightingale nació en la ciudad italiana de Florencia el 12 de mayo de 1820. Sus padres eran un matrimonio muy culto, bien preparado, bien cultivado y con cierto desahogo económico. Como viaje de bodas estuvieron viajando por Europa durante 2 años (ahí nacieron sus dos hijas: Partenope y Florence), hasta que se acomodaron en Inglaterra, donde en una casa magnífica vivieron unos veranos felicísimos…
Después de pasar las hijas por el estudio básico con las institutrices, su padre cogió la tutela de ambas y empezó a inculcarles el amor por el estudio, por la lectura de los “clásicos”, y por las matemáticas (disciplina esta que embriagó a Florence). Eso era lo que ella quería ser: Matemática
En 1837 cuando Florence tenía 17 años de edad, cuentan que sintió la “llamada de Dios” (ella siempre afirmó que Dios la había elegido para ser soltera), y a partir de ese día decidió entregarse de lleno por los demás…
En 1840, con 20 años, cuando la sociedad de entonces casi obligaba a las jóvenes a las tareas domésticas, le dijo a sus padres que su intención era estudiar Ciencias Exactas. La madre no quería porque “no era propio de una dama victoriana”, pero se “alió” con su padre y, al fin, consiguió el permiso para estudiar Matemáticas.
Florence Nightingale y su equipo de enfermeras

Florence se convirtió en una alumna aventajada y aprendió todo lo que había que saber sobre la Matemática y la Estadística. Y 5 años después cuando su madre aún no se había recuperado del “disgusto”, Florence reunió a sus padres y le dijo que no quería ya ser matemática, que su sueño era ser enfermera… A la madre casi le da un infarto, su hija de alta alcurnia perteneciendo a un estrato social tan bajo; no se lo podía creer.

Pero la terquedad de Florence de nuevo venció, y en un viaje de placer por Egipto, descubrió que en las escasas salas hospitalarias que había en Alejandría, además de por su falta de higiene, la asepsia brillaba por su ausencia, y desde ese año, 1849, se entregó a aprender todo lo que pudiera sobre la Enfermeria.
Estuvo viajando por todos lados, visitando instituciones médicas, para ver in situ, como se realizaban curas, como se atendía a los enfermos… y ya intuía que además de las curas físicas, la atención psicológica sería fundamental para el paciente (dar la mano a un paciente, decirle que pronto estaría con los suyos…).
En 1850 volvió a su país, y cogió el cargo de superintendente (sin remuneración) de un centro médico que atendía solamente a “damas”. Y allí estuvo un año, hasta que estalló con virulencia la famosa Guerra de Crimea… Miles de ingleses padecían en torno a Sebastopol donde se libraba una cruenta batalla, y Florence constato por The Times que la situación de los enfermos era más que lamentable. Se puso “manos a la obra” y convocó a cuantas mujeres quisieran colaborar en el reto de ayudar a los moribundos en el frente, y 38 mujeres se alistaron voluntarias. Primero viajaron a Turquía en 1854, y, en un arrabal levantó un pequeño campamento hospitalario donde cientos de soldados llegaban cada día. Florence lloraba de amargura, porque la falta de asepsia aumentaba las víctimas debido a las infecciones…
Y es en todo este “descontrol”, donde sale su sapiencia matemática y estadística y, empieza a apuntar en pequeñas pizarras las circunstancias que afectaban a cada soldado. Anima a sus enfermeras y todas hacen lo mismo. Es la primera vez que se realizan cuadros, estadísticas, gráficos… Logra colocar agua potable en los hospitales, de su propio dinero sale a los mercadillos y compra fruta y verdura fresca, y la situación de los soldados empieza a mejorar.
Gracias a sus estadísticas, pudo comprobar que en un solo mes habían muerto más de 3.000 soldados, pero para su sorpresa se comprobó que solo 60 o 70 habían muerto por las heridas del combate. El resto fue por infecciones y enfermedades. El dato era más que esclarecedor. Un mes después, la mortandad había descendido en un 60%. Años después, según los especialistas médicos, la actuación de Florence y sus “chicas” consiguió salvar la vida de más de 5.000 soldados ingleses.
Finalizó la guerra y volvieron a Inglaterra, donde recibieron no pocos reconocimientos sociales. Fueron aclamadas. Había nacido la enfermería moderna.
Tumba de Florence Nightingale

La desgracia quiso que Florence contrajera una enfermedad en Crimea que la postró en la cama el resto de su vida y la dejo ciega, pero aun así saco fuerzas para crear la institución Nightingale para formar enfermeras profesionales. Publicó a lo largo de su vida mas de 200 libros sobre enfermería y hospitales, que se convirtieron en auténticos manuales para las futuras enfermeras.

Una mujer que alzó su voz, y que, gracias a su inteligencia y tenacidad, le debemos mucho hoy en día. Cuantas vidas se habrán salvado gracias a su legado…. 
 
Fuente: Pasajes de la Historia Juan A. Cebrián

Share

Comentarios15 comentarios

  1. Faltan mujeres así o, simplemente, personas así. ¿Cuanta gente de hoy en dia estría dispuesta a hacer las cosas sin pararse a pensar en lo que pueden decir los demà? POCA. Me encanta el Blog, te hacerca mucho más a la historia, a la MARAVILLOSA historia.

    Saludos!

    Edurne.

  2. Felix Casanova Briceño

    Desde luego hay gente dispuesta a entregarse por los demás, pero creo que cada vez menos, Edurne.Yo creo que faltan personas, no mujeres, pero ellas han tenido que hacer “el doble” de un hombre para ser reconocidas.Imaginate la sociedad victoriana del siglo XIX, aún era peor.Un saludo

  3. Gabriela Maiorano

    Hola Félix, qué maravillosa mujer!!Me resulta por demás de interesante saber los orígenes de todo y este relato me esclareció mucho sobre una profesión que todavía no está valorada como debería ser. Verás otras visitas mías, este blog me encantó.
    Besos

  4. Felix Casanova Briceño

    Gabriela,gracias por tu visita, pero es que hay tantas mujeres en la historia ocultadas por la figura del hombre que merecen nuestro homenaje, aunque sea de esta forma tan humilde…

  5. Gracias Felix por hacerte seguidor de mi blog y que te haya gustado. He venido a ver el tuyo y me gusta, La Geografía y la historia se dan la mano. No pueden existir la una sin la otra.
    Ya había oído habla de ella en mi época de estudiente. Una auténtica heroina.
    Un saludo enorme para ti. Eres de una bella Tierra junto al mar. He estado bastantes veces veraneando allí.

  6. Felix Casanova Briceño

    Las gracias se las doy a mi suerte por encontrarte.Como bien dices, que bellas son la geografía y la historia de nuestro planeta.No dudes que te seguire… Un beso

  7. La.vida.en.un.segundo

    vaya … veo que eres de Tarragona! si alguna vez ves un pelirrojo peculiar por la calle grita “Ferran” a lo mejor me giro xD ajajajaja

    te sigo leyendo! :)

    P.D.: si contestas a los comentarios en tu mismo blog es más dificil que quien te ha escrito lo lea que si se lo escribes en su blog ;)
    un abrazo :)

  8. joseanbejarano.blogspot.com

    Puerta entreabierta. Dieztreinta de la noche. Turno que comienza. Primer vistazo a la sala. A tope. Repartir medicación. Enemas. Señorita, como está mi madre. Las gráficas, en un momento. Camas recién hechas. Viene un accidente! Cambio postural, no puedo sola, llama a un celador. Sala de parada, a punto. Preparado el paciente para quirófano. La cuña, esa cuña, hay que retirarla.
    Parada, parada, parada! Señorita-llevamos-aquí-cuatro-horas. Adrenalina, rápido, rápido. Aviso a los familiares. Amortajar. Otro accidente. El paciente de la doce no tranquiliza. Monitor cardíaco con saturación de oxígeno. Recoge las muestras de heces, orina y esputos. El café está ya frío. Pasillos largos. Analíticas. Trescuarenta de la madrugada. Un momento de tranquilidad. Carro de curas, dispuesto. Recodos silenciosos. Material completo. Comunicación de aviso. Un tráfico. Ambulancias. Intubación. Megahospital. Corta las ropas. Ambú. Pues hay noches más movidas. Que hora es?
    Nueva ronda, con el ATS. Suero que se agota. Señorita, mi marido, lo noto agitado. No se preocupe señora, viene el médico. “Box” seis. Sonda rectal conectada a bolsa. Al fin, un café. No hay camas libres. Un ingreso. Dos heridos. Conecta desfibrilador. Prepara punción lumbar. Interfono:”que acuda una auxiliar”. Sieteycinco de la mañana. Nuevo control de temperaturas. El relevo, al llegar. Tranquilidad. Nos sentamos. Caras de sueño. Otro café?.La paciente del diez entra en edema agudo de pulmón. A correr!! Cierro la puerta. Son Amelia, Andrés, Carmina, Loli, Paqui, Tina. Y tantas y tantos Auxiliares de Enfermería.
    JoseA. Bejarano
    Puerta entreabierta. Dieztreinta de la noche. Turno que comienza. Primer vistazo a la sala. A tope. Repartir medicación. Enemas. Señorita, como está mi madre. Las gráficas, en un momento. Camas recién hechas. Viene un accidente! Cambio postural, no puedo sola, llama a un celador. Sala de parada, a punto. Preparado el paciente para quirófano. La cuña, esa cuña, hay que retirarla.
    Parada, parada, parada! Señorita-llevamos-aquí-cuatro-horas. Adrenalina, rápido, rápido. Aviso a los familiares. Amortajar. Otro accidente. El paciente de la doce no tranquiliza. Monitor cardíaco con saturación de oxígeno. Recoge las muestras de heces, orina y esputos. El café está ya frío. Pasillos largos. Analíticas. Trescuarenta de la madrugada. Un momento de tranquilidad. Carro de curas, dispuesto. Recodos silenciosos. Material completo. Comunicación de aviso. Un tráfico. Ambulancias. Intubación. Megahospital. Corta las ropas. Ambú. Pues hay noches más movidas. Que hora es?
    Nueva ronda, con el ATS. Suero que se agota. Señorita, mi marido, lo noto agitado. No se preocupe señora, viene el médico. “Box” seis. Sonda rectal conectada a bolsa. Al fin, un café. No hay camas libres. Un ingreso. Dos heridos. Conecta desfibrilador. Prepara punción lumbar. Interfono:”que acuda una auxiliar”. Sieteycinco de la mañana. Nuevo control de temperaturas. El relevo, al llegar. Tranquilidad. Nos sentamos. Caras de sueño. Otro café?.La paciente del diez entra en edema agudo de pulmón. A correr!! Cierro la puerta. Son Amelia, Andrés, Carmina, Loli, Paqui, Tina. Y tantas y tantos Auxiliares de Enfermería.

    ©JoseA. Bejarano 2000

  9. Felix Casanova Briceño

    Jose A.Bejarano

    ¡Vaya¡ no dejas de sorprenderme… menudo relato lleno de ritmo y acción. Eres todo un escritor consumado. Ya ni me sorprendo.

    Un fuerte abrazo

  10. muchas gracias por como escribes me faciono en serio se me hizo muy entretenido y eso que a mi me gusta leer, le dio mucha diversion y claro muy buen material de donde has conseguido la informacion me ayudara en mi trabajo!!

    te lo agardezco

    • Constato con tristeza,decepción e impotencia,que hace mucho k la enfermería dejó de ser una vocación. K Dios reparta salud entre nosotros y nuestros seres queridos.

  11. felixcasanova

    Ocurre en otras profesiones como tantos profesores que se dedican a la enseñanza sin tener vocación sólo para tener un sueldo. Esto es aplicable a otros gremios. Pero hay muchas y muchos enfermeros que hoy en día son vocacionales y dan su vida por los demás