El mito del «pan maldito» persigue a la localidad francesa de Pont-Saint-Esprit desde hace ya más de medio siglo. Todo comenzó en este pueblo del sur francés cuando de repente sus habitantes parecieron volverse locos. Al menos cinco personas murieron y decenas fueron encerradas en instituciones mentales.
Durante décadas se creyó que los residentes habían sido envenenados por el pan de un horno local. Casi 60 años después, un periodista reveló tras una investigación que la región sufrió un experimento de la CIA para controlar la mente. En concreto, los servicios estadounidenses supuestamente enriquecieron algunos alimentos de la localidad con el alucinógeno LSD, a fin de comprobar las reacciones en su «avance secreto» durante la postguerra.
Todo comenzó el 16 de agosto de 1951 cuando de repente la gente comenzó a ver alucinaciones terroríficas y monstruos salidos del averno… Un residente luchaba enconadamente con «serpientes que salían de su vientre». Un hombre gritó «soy un pájaro» antes de decidirse a saltar desde el segundo piso; el resultado de su vuelo fueron las dos piernas rotas.
Alguien vio su corazón «saliéndole por los pies» y acudió gritando al médico pidiéndole que se lo colocara en su lugar. The Times escribió que los pacientes que estaban postrados en sus camas veían «flores rojas salir de su cuerpo» y otros afirmaban que «su cabeza se estaba derritiendo».
El resultado de la investigación por parte de las autoridades locales determinó que los vecinos habían sido contaminados por el pan de un horno local que contenía una sustancia alucinógena presente en el centeno. Otra teoría habla del «mercurio orgánico»… caso cerrado ¿o no?
Décadas más tarde, el periodista HP Albarelli jr afirmó que la historia del «pan maldito» no era más que un experimento de los servicios secretos americanos. Destapó un acuerdo de colaboración entre la farmaceútica suiza Sandoz y la CIA para el suministro del LSD. Albarelli investigó el sospechoso suicidio de Frank Olson un agente que, dos años después de los incidentes, cayó desde el piso 13 de un rascacielos, dejando una nota que revelaba parte de las conversaciones entre la CIA y la compañia Sandoz respecto al «secreto de Pont-Saint-Esprit» y que revelaba que las alucinaciones provenían del LSD.
En su libro «Un error terrible: El asesinato de Frank Olson y los experimentos secretos de la Guerra Fría de la CIA», el periodista hablaba con ex colegas de Frank Olson, que confirmaron que el incidente en Pont-Saint-Esprit era parte de un experimento de la CIA y los EE.UU. para el control de la mente humana.
Los vecinos de la localidad siguen buscando desesperadamente explicaciones para el misterio del «pan maldito». «Una vez que existe la sospecha de que todo esto puede haber sido un experimento para controlar la mente, quiero saber lo que pasó», dice una residente de Pont-Saint-Esprit, Charles Granjoh. «Casi me vuelvo loca y quiero saber por qué»…
Imágenes: Flickr y WikimediaCommons Fuentes: tvxs-historia
Alguna sustancia alucinógena en el pan es casi seguro. Lo de si fue la CIA ya es una mera hipótesis. Aquí nos han debido echar también algo en el agua, porque veo gente decente haciendo campaña electoral todos los días y según dicen son gente honrada. Debo estar alucinando en colores.
Un saludo.
Cierto que es una hipótesis, Cayetano. Pero no lo es el hecho de que la CIA anduvo haciendo experimentos poco éticos. Ahora han debido envenenar el agua como dices, no es normal tanto borreguismo absurdo…
Un saludo
Teorías. Puede que si, puede que no. Hay cantidad de consumidores de esta droga en el que la gente ve alucinaciones y nadie les controla. Esto me recuerda a que cuando vas al médico y no sabe lo que tienes rápidamente te dicen que «Virus» pues cuando los fenómenos o causa no se saben a ciencia se le coloca el sanbenito a la «CIA a quien se le atribuye más poder del que creo yo, que realmente tiene.
Bss
Estamos hablando de gechos históricos, no de meras suposiciones. Que la CIA hizo múltiples experimentos con LSD y otras muchas drogas va a misa, y ya es parte del arte mayor: sale en múltiples películas (la mejor, el Buen Pastor, de Robert de Niro) y en la excelente novela Los fantasmas de Harlot, de Norman Mailer. Solamente lo pueden negar zopencos descerebrados o quienes están al servicio de «la compañía».
Todo parece indicar que fue así, Juan Salinas.
Saludos
Empiezo a tener alucinaciones.