Desde la lucha por los derechos de los afroamericanos, la trata de esclavos, o los actuales conflictos en Oriente Medio, el boicot es una forma bien conocida de protesta por razones socio-políticas o como medio de activismo contra el consumismo. Sin embargo, ¿cual es la historia de este término?
La palabra apareció por primera vez en el diccionario inglés en el siglo XIX y proviene del nombre de un general británico, Charles Cunningham Boycott. La historia comienza durante su estancia en el Condado de Mayo irlandés, en el que era encargado del cobro de las rentas a los agricultores y tenía entre su «séquito» personal a trabajadores locales, porteadores, cocheros y criados.
No despertaba muchas simpatías nuestro protagonista, y se había ganado una mala reputación entre el círculo de agricultores irlandeses. Su cosmovisión se reducía a que «los jefes tienen el poder y el derecho divino, sin necesidad de tener en cuenta los sentimientos y la opinión de las gentes».
Se dice que había puesto una serie de duras regulaciones y multas enormes que complicaron demasiado su relación con los agricultores. La situación empeoró en 1880, cuando, debido a la mala cosecha, estos solicitaron una reducción de las rentas. Boycott se negó, y ante las protestas, intentó desalojar a 11 agricultores. En respuesta a los desalojos, la Asociación de Agricultores decidió abstenerse de realizar trabajos en la casa y los campos del testarudo administrador. Incluso los empresarios locales dejaron de negociar con él, y hasta el cartero se negó a entregarle el correo…
El propio Boycott, incapaz de encontrar nuevos trabajadores, mandó una carta al diario The Times: «Mis cultivos están pisoteados, a la deriva, y destruidos. Me han roto las cerraduras de las puertas, paredes han sido derribadas, y las reservas se están echando a perder. Por no mencionar el peligro hacia mi propia vida, algo evidente para cualquiera que conozca el país…».
Después de la publicación de su carta, un corresponsal del Daily News acudió a la zona para cubrir la noticia. Según su crónica, Boycott no corría ningún riesgo, pero no había nadie dispuesto a ofrecerle cualquier servicio, limpieza o comida. Mientras todo el mundo pedía a gritos su marcha, el general se negaba en rotundo a abandonar sus propiedades. Difícil situación…
Todo acabó solucionándose con el fin más lógico que pudiera tener esta historia. La campaña de recolección se consiguió realizar pero Charles Boycott tuvo que salir por «la puerta de atrás», a bordo de una ambulancia militar junto con su familia camino de Dublín. A su llegada a la estación tampoco recibió una cálida bienvenida. Así pues, tuvo que acelerar su marcha a Inglaterra.
El término «boicot» fue introducido en el diccionario por John El Mallef en septiembre de 1880, en la búsqueda de una palabra que definiera todos aquellos sucesos. Con los años, la palabra ha sido adoptada por otros idiomas, y siempre tendremos en la mente la historia de aquel tan poco avenido terrateniente.
Le hicieron el boicot a Boycott.
A mí me gusta mucho el bocadillo de boicot con queso.
Un saludo.
Jeje, mucha guasa tiene vd. Pobre sr. Boycott, tampoco era para tanto 😉
Un saludo
Como siempre…interesante y curiosa historia…!!!
UN SALUDO
Todo tiene su origen, Juan Carlos 😉 Un saludo
todos los dias se aprende lalgo nuevo, como esta palabra tan usada y como se genero, me gusto mucho. ana maria seoane riera
Gracias por tus comentarios Ana Maria. Un saludo¡
De niño escuché la palabra «boicot» en comentarios de bloqueos políticos a otros países,cortando el consumo,importación de productos del país boicoteado y desde luego que la medida daba resultados
Desde luego que sí,Roberto. Gracias por tu comentario 🙂
Saludos¡