En 1499, Nicolás Maquiavelo acababa de ser designado para un alto cargo en la ciudad-estado italiana de Florencia. La ciudad llevaba ya unos años de lucha enconada con su rival Pisa, y Maquiavelo tenía que encontrar una manera de que se rindieran. Los pisanos eran tozudos pese a su inferioridad militar.
Pisa se asentaba en la desembocadura del río Arno, que también fluía a través de Florencia. Todo lo que tenía que hacer la ciudad, razonó Maquiavelo, era robar todo el río, y Pisa se marchitaría naturalmente.
Robar un río no es precisamente una tarea fácil, así que Maquiavelo se dirigió hacia el único hombre que podía lograrlo: Leonardo da Vinci. El famoso artista e inventor trazó planes para desviar el curso de la vía fluvial que movería el Arno a 32 kilómetros de su curso habitual, devastando Pisa y dando a Florencia una salida sin obstáculos al mar.
Lamentablemente, como la mayoría de los diseños de Leonardo, hubo algunos problemas prácticos bastante importantes, y el plan tuvo que abandonarse después del colapso de las obras .
La guerra con Pisa se prolongó durante otros cinco años, y Maquiavelo pronto descubrió que su virtud descansaba más en la filosofía política y menos en los planes prácticos.
(*) Referencias: Listverse – Imágenes: historiasdelahistoria.com, wikimediacommons
Una tarea ardua, además de imposible. De ser factible, algunos ya habrían desviado el Ebro. Jejeje.
Un saludo y que los Reyes te sean propicios.
Jajaja, que no te quepa la menor duda 🙂 🙂 🙂
Un saludo e igualmente!