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Catalina de Médici, la reina de las alcachofas

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Catalina de Médicis nació en Florencia en 1519, hija de Lorenzo de Médicis, duque de Urbino, gobernante de Florencia y uno de los hombres más poderosos y ricos de la época renacentista.

Se fue a vivir a Francia en 1533 con apenas 14 años, destinada a formar una alianza dinástica con Enrique II, el segundo hijo de Francisco I, rey de Francia, que era aliado político de su tío, Giulio de Medici, el Papa Clemente VII.

En su viaje destino a la Casa de Valois, además de sus cocineros, doncellas y asistentes, llevaba consigo perejil, alcachofas, tenedores y vajillas que nunca se habían usado anteriormente en las cocinas francesas de palacio. Catalina iba a tener una profunda influencia en los hábitos alimenticios de los franceses -y europeos- y su inoportuna llegada a lo que era una corte esencialmente conservadora cambió para siempre  los banquetes y celebraciones francesas.

tenedor catalina
Catalina popularizó el uso del tenedor

Durante su desdichado matrimonio con el rey Enrique II, tuvo que aguantar el público romance de este con su amante, Diana de Poitiers, mientras Francia se dividía cada vez más debido a las guerras internas y externas. Catalina usaba las fiestas públicas como una forma de galvanizar el apoyo popular a la monarquía.

Cada vez que la familia real visitaba una ciudad, se organizaba una ceremonia cuidadosamente preparada, con música, baile y festivales de poesía para la nobleza, sacerdotes y dignatarios locales. Se hacían exhibiciones de equitación y combate, y no faltaba el teatro y las grandes comidas; y en estos menesteres es donde Catalina de Médicis adquirió su notable fama.

Fue una poderosa e influyente patrona de las artes, como la pintura, la gastronomía, la escultura y la música, y utilizó sus conexiones y talento para mejorar su status político. Los magníficos jardines se adornaban con guirnaldas y estatuas, se celebraban bailes y se preparaban banquetes campestres, rodeados de naturaleza.

catalina alcachofasHay mucho para leer en los registros históricos que destacan los menús que se ofrecían en aquellos saraos. Desde el pato a la naranja hasta los hígados de pollo cocinados con salvia, quenelles de pescado, zabayones, tartas frangipane y sorbetes. Las cenas eran espléndidas y generosas, y por primera vez en la historia, se separaban los platos dulces de los salados. Todo tenía un protocolo.

En 1549 se utilizaron no menos de 66 pavos en un banquete en el que se había invitado a Catalina de Médicis. Los anfitriones evidentemente sintieron la necesidad de preparar lo mejor en su honor: los pavos comunes eran aún más exóticos y apreciados que los pavos reales cuando fueron introducidos en las cocinas europeas por los conquistadores españoles en el siglo XVI .

Las mesas estaban vestidas con sábanas bordadas y servilletas de encaje, vasos de cristal labrados a mano y cubiertos de plata grabados. Catalina también introdujo reglas de etiqueta, asegurándose que las diferentes facciones políticas que estaban en guerra dentro de Francia se sentaran y comerían juntas en su mesa, permitiéndole influir entre ellas.

En 1559, cuando se firmó un tratado de paz para dar fin a las guerras italianas, Catalina organizó cinco días continuos de justas y bailes de máscaras para unir a la gente y reenfocar su atención en el respeto y la lealtad a la corte de Valois.

En 1564, Catalina se embarcó en un viaje épico a través de Francia, tratando de sanar las heridas de su reino dividido. Este se llamó «Le Grande Voyage de France» y duró dos años: fue un intento de asegurar la lealtad de los hugonotes católicos y protestantes entre sus súbditos franceses.

Se utilizaron unos 80.000 caballos (cuentan las crónicas quizás algo exageradas) para transportar a Catalina y su séquito a través de Francia, y los cortesanos se alojaron en posadas, castillos y granjas en el camino. Contrataron a muchos cocineros locales que trabajaron junto a los cocineros de la corte, compartiendo sus recetas, ingredientes y metodologías.

Tumba de Catalina de Médici, reina de Francia
Tumba de Catalina de Médici, reina de Francia

Es por eso que, más de quinientos años después, el mito todavía existe en la historia de la comida de que Catalina de Medici «inventó» la gastronomía francesa. Ciertamente tuvo una influencia muy grande en varias formas en que los platos se preparaban y presentaban en las cocinas de la corte, pero sobre todo estuvo a la vanguardia de las festividades y los banquetes. En una época en la que los libros de cocina para las masas no existían, era su ejército de «fiestas pacíficas» viajeras las que mostraban el estilo italiano de cocina y «bella figura» a los franceses.

1 COMENTARIO

  1. Las alcachofas depuran el hígado, favorecen la digestión y bajan los niveles de ácido úrico. Algo muy conveniente después de la ingesta de los menudillos de pollo y del pato a la naranja, con sus salsorras respectivas.
    Saludos.

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