El estadista griego Pericles (494–429 aC) cimentó la democracia y gobernó durante la Edad de Oro de Atenas, cuando las artes, la arquitectura y la filosofía, florecieron como nunca.
Pericles destacó en la ciudad-estado como un gran mecenas de las artes. En el Festival de Dionisia en 472 aC, patrocinó la obra Persas del gran dramaturgo griego Esquilo.
Pero su prioridad fue la política. En el 461 aC, se unió al reformista Efialtes en la organización de una votación en la asamblea popular que despojó de su poder a los miembros del Areópago, el Tribunal Supremo de la antigua Atenas. Muchos historiadores consideran que ese suceso marcó el nacimiento de la democracia ateniense. Después de que Efialtes fuese asesinado en 461 a.C., Pericles emergió como el principal político de Atenas, y lideraría la asamblea popular y la ciudad hasta su muerte, tres décadas después.
Pericles introdujo lo que se considera una «democracia radical». Esto significaba que el estado permitía a los ciudadanos atenienses comunes participar en los asuntos públicos. Anteriormente, solo los ricos podían permitírselo. Pericles instituyó un salario para los soldados, marineros y administradores. Ese desarrollo transformó el carácter de la democracia y la sociedad atenienses; Los atenienses de clase baja (llamados tetes) ya podían participar plenamente como cualquier otro ciudadano. Como notable orador que fue, Pericles dijo en su famosa frase que «un hombre que no se interesa en los asuntos públicos no es un personaje inofensivo sino inútil».
Atenas en guerra y paz
Pericles también elevó el papel de Atenas dentro de la Liga de Delos, una alianza naval de ciudades-estado griegas unidas para combatir a los persas. Aupó a Atenas a la primacía sobre los otros miembros de la liga, primero transfiriendo el tesoro de la liga a Atenas en 454 aC y luego imponiendo los pesos y medidas atenienses a todos los miembros de la liga tres años después. La Liga de Delos se convirtió así en un imperio ateniense.
Alrededor del 449 aC, la Liga de Delos firmó la Paz de Calias, que terminó con casi 50 años de lucha con los persas y dio paso a dos décadas de paz. Para honrar a los dioses por la victoria y glorificar a Atenas, Pericles propuso utilizar la tesorería de la Liga Deliana para iniciar una campaña de construcciones sin precedentes.
Los trabajos comenzaron en el 447 a.C. para convertir la colina rocosa conocida como la Acrópolis en un impresionante complejo de templos. Se utilizaron más de 20,000 toneladas de mármol, dando como resultado el icónico Partenón y los imponentes Propileos, la puerta de entrada. Las artes y la filosofía también florecieron durante el gobierno de Pericles, cuando Sócrates y los dramaturgos Sófocles, Eurípides y Aristófanes produjeron algunas de sus mejores obras.
Pero la paz de Atenas no duró mucho. En el 431 aC, Pericles instó a la asamblea popular a declarar la guerra contra Esparta. «Con los mayores peligros se ganan las mayores glorias», declaró frente a la asamblea. Desafortunadamente, la Guerra del Peloponeso de 27 años de duración resultó en grandes pérdidas para Atenas. Se estima que murieron 20,000 personas, incluyendo al propio Pericles y sus dos hijos legítimos. Atenas perdió a su «primer ciudadano», pero su legado perduró en el horizonte de Atenas y en las instituciones democráticas de todo el mundo.
(*) Referencias: Atenas, cuna de la democracia (1981), National Geographic
En su tiempo llegó la mayoría de edad a la civilización griega.
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