Según la leyenda, los Jardines Colgantes de Babilonia, considerados como una de las siete Maravillas del Mundo Antiguo, fueron construidos en el siglo VI a.C. por el rey Nabucodonosor II para su esposa, Amytis, que añoraba su hogar.
Como princesa persa, Amytis echaba de menos las boscosas montañas de su juventud y, por ello, Nabucodonosor le construyó un oasis en el desierto, un edificio cubierto de árboles y plantas exóticas, escalonado para que se pareciera a una montaña. El único problema es que los arqueólogos no están seguros de que los Jardines Colgantes hayan existido realmente.
La ciudad de Babilonia fue fundada alrededor del año 2300 aC, o incluso antes, cerca del río Éufrates, justo al sur de la moderna ciudad de Bagdad en Irak. Dada su ubicación en el desierto, se construyó casi completamente de ladrillos de barro secados. Ya que estos se rompen tan fácilmente, la ciudad fue destruida varias veces en su historia.
En el siglo VII aC, los babilonios se sublevaron contra su gobernante asirio. En un intento de que tomaran ejemplo, el rey asirio Senaquerib arrasó la ciudad de Babilonia, destruyéndola por completo. Ocho años después, Senaquerib fue asesinado por sus tres hijos. Curiosamente, uno de estos hijos ordenó la reconstrucción de Babilonia.
No pasó mucho tiempo antes de que Babilonia volviera a florecer y se conociera como un centro de aprendizaje y cultura. Fue el padre de Nabucodonosor, el rey Nabopolasar, quien liberó a Babilonia del gobierno asirio. Cuando Nabucodonosor II se convirtió en rey en 605 aC, se le entregó un reino saludable, pero quería más.
Nabucodonosor quiso expandir su reino para convertirlo en una de las ciudades-estado más poderosas de la época. Luchó contra los egipcios y los asirios y los derrotó. También se alió con el rey de los medos al casarse con su hija.
Con estas conquistas llegó el botín de guerra con el que Nabucodosor, durante el transcurso de su reinado de 43 años, pudo realzar la ciudad de Babilonia. Construyó un enorme zigurat, el templo de Marduk (Marduk era el dios patrono de Babilonia). También construyó un enorme muro alrededor de la ciudad, que se dice que tenía 24 metros de espesor, lo suficientemente ancho para que corrieran los carros de cuatro caballos. Estas paredes eran tan grandes, especialmente en la Puerta de Istar, que también fueron consideradas como una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, hasta que el Faro de Alejandría las sacó de la lista.
A pesar de estas impresionantes joyas arquitectónicas, fueron los Jardines Colgantes los que capturaron las fantasías de la gente y se instalaron en imaginario popular.
¿Cómo eran los jardines colgantes de Babilonia?
Puede parecer sorprendente lo poco que sabemos sobre los Jardines Colgantes de Babilonia. En primer lugar, desconocemos exactamente dónde estaban ubicados. Se dice que cerca del río Éufrates para acceder al agua y, sin embargo, no se ha encontrado evidencia arqueológica que demuestre que estuvieron allí. Sigue siendo la única Maravilla Antigua cuya ubicación aún no se ha encontrado.
Según la leyenda, el rey Nabucodonosor II construyó los Jardines Colgantes para su esposa Amytis, quien añoraba las frescas temperaturas, el terreno montañoso y el hermoso paisaje de su tierra natal en Persia. En comparación, su nuevo hogar de Babilonia, caliente, plano y polvoriento, debió de parecer completamente monótono.
Se cree que los Jardines Colgantes eran un edificio alto, construido sobre piedra (extremadamente rara en la zona), que de alguna manera se parecía a una montaña, quizás por tener varias terrazas. Situados en la parte superior y sobresaliendo de las paredes (de ahí el término «jardines colgantes») había numerosas y variadas plantas y árboles. Mantener estas plantas exóticas vivas en un desierto precisaría de una gran cantidad de agua. Por lo tanto, se dice, algún tipo de motor bombearía agua a través del edificio desde un pozo ubicado debajo o directamente desde el río
¿Existieron los jardines colgantes realmente?
Todavía hay mucho debate sobre la existencia o no de los Jardines Colgantes. Parecen mágicos en cierto modo, demasiado sorprendentes como para haber sido reales. Sin embargo, los arqueólogos han demostrado que muchas de las otras estructuras aparentemente irreales de Babilonia realmente existieron.
Sin embargo, los Jardines Colgantes permanecen al margen. Algunos arqueólogos creen que se han encontrado restos de la antigua estructura en las ruinas de Babilonia. El problema es que estos restos no están cerca del río Éufrates, como han especificado algunas descripciones.
Además, no hay mención de los Jardines Colgantes en ningún escrito babilónico. Esto lleva a algunos a creer que los Jardines Colgantes eran un mito, descrito sólo por escritores griegos después de la caída de Babilonia.
Una nueva hipótesis, propuesta por la Dra. Stephanie Dalley de la Universidad de Oxford, afirma que se cometió un error en el pasado y que los Jardines Colgantes no estaban ubicados en Babilonia; en cambio, estaban en la ciudad de Nínive, en el norte de Asiria, y fueron construidos por el rey Senaquerib. La confusión pudo haber sido causada porque Nínive fue, en algún momento, conocida como la Nueva Babilonia.
Desafortunadamente, las antiguas ruinas de Nínive están ubicadas en un territorio en disputa y por lo tanto peligroso de Irak y, por lo tanto, al menos por ahora, las excavaciones son imposibles de realizar. Quizás algún día, sepamos la verdad sobre los Jardines Colgantes de Babilonia.
Mitad historia, mitad leyenda.
Un abrazo.