La temperatura corporal normal ya no es 37 °C: descubre por qué ha cambiado

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Por Manuel Sánchez

¿Sigues pensando que 37 °C es la temperatura corporal “normal”? ¡Hora de modernizar tu termómetro mental! Aunque muchos seguimos viendo ese número mágico como la referencia absoluta, la ciencia ha movido la aguja… ¡y ni nos habíamos enterado!

La creencia en los 37 °C: ¿de dónde sale ese número?

La idea de que nuestra temperatura corporal estándar es de 37 °C se ha colado tanto en la cultura popular como la canción del verano… Pero ojo, la realidad es bien diferente: ese número no es preciso hoy en día. Los científicos lo saben desde hace al menos dos décadas, aunque la mayoría de nosotros (y muchas abuelas) seguimos consultando el termómetro como si nada hubiese cambiado.

La historia empieza en la década de 1870 gracias a un médico alemán que, tras estudiar a 25 000 personas en su clínica, decretó que 37 °C era la media. ¿Y cómo medían entonces? Pues con los termómetros de la época, lo cual ya hace dudar sobre la fiabilidad de aquellos instrumentos, como señaló en 1992 Philip Mackowiak, profesor emérito de la Universidad de Maryland. Desde entonces, otros investigadores también han puesto en duda ese dato tan redondo y aparentemente perfecto.

La temperatura real: los nuevos resultados

Pero atención, la ciencia actual tiene más respuestas que libros médicos viejos. Distintas investigaciones han encontrado que, en realidad, la temperatura media del cuerpo humano ronda los 36,5 °C, un poco menos calurosos de lo que pensábamos. Así lo muestran numerosas publicaciones científicas que han revisado el tema.

En 2017, cinco especialistas de la Universidad de Stanford publicaron un estudio clave: analizaron más de 600 000 mediciones tomadas entre 1862 y 2017. Los resultados fueron contundentes: la temperatura corporal promedio ha descendido de manera continua, bajando 0,03 °C por década, hasta llegar a ese famoso 36,5 °C de ahora.

Y por si hacía falta confirmación, en 2020, Michael Gurven, antropólogo de la Universidad de California, se lanzó a estudiar a los Chimanes (a veces llamados Tsimanes), una población agricultora y cazadora aislada en Bolivia. ¿Y qué descubrió el equipo? Pues lo mismo: la tendencia actual es que el cuerpo humano se enfría, lo mires donde lo mires.

¿Por qué nos hemos vuelto más “fresquitos”?

No, no es que suframos por andar en pantalón corto en invierno. La causa de esta bajada de temperatura corporal aún se debate entre expertos, pero ya hay teorías con fundamento. El equipo de Stanford sospecha que el cambio está vinculado al entorno y los hábitos de vida modernos. Julie Parsonnet, una de las autoras del estudio, lo resume así:

  • Nuestras casas están climatizadas
  • El contacto con microorganismos ha variado
  • La alimentación es diferente

Parece que vivir mejor (menos infecciones, más comodidad, frigo lleno y calefacción) nos ha hecho perder unas décimas en el termómetro corporal.

En la Universidad de California, investigadores añaden que el fenómeno podría deberse a una variedad factores:

  • Uso de aire acondicionado
  • Cambios en la dieta
  • Presencia de enfermedades crónicas
  • Actividad del sistema inmune
  • Enfermedades dentales
  • Parásitos
  • Patrones de sueño
  • Uso de medicamentos antiinflamatorios

Vamos, que son tantas las opciones que casi apetece volver a los 37 °C, ¡por simplicidad!

¿Tengo fiebre con 37 °C? No necesariamente…

¿Y ahora qué hacemos con el termómetro? Tranquilidad: si la próxima vez marca 37 °C, no significa obligatoriamente que haya que buscar la manta y declararse en cuarentena. Se considera que toda temperatura entre 35,7 y 37,3 °C puede ser “normal”. Así que, la próxima vez que tu medición esté por ahí, puedes respirar tranquilo… ¡aunque te haya salido más frío que el café de oficina!

Para terminar, recuerda: la salud no se mide solo en números redondos. Escucha a tu cuerpo, mantente informado y, sobre todo, no dejes que los mitos médicos dicten tu tranquilidad. Y ahora, a disfrutar del nuevo dato: ser un poco menos «caliente» es más común de lo que imaginabas.

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