Es una pregunta lógica que nos formulamos de vez en cuando, ¿quiénes son exactamente los tracios?. Para empezar, eran habitantes de la Tracia (aplauso), un territorio en la península balcánica, al norte del mar Egeo, que incluía a Bulgaria, parte de Grecia y Turquía.
En su época, esta histórica región histórica se extendía desde Macedonia hasta el mar Negro y desde el mar Egeo hasta el río Danubio. Ocupa la punta del sureste de la península balcánica y comprende el nordeste de Grecia, el sur de Bulgaria y la zona europea de Turquía, y sus límites han variado a lo largo de la historia.
¿Qué sabemos sobre los tracios?
Los tracios eran un grupo de tribus guerreras (quien no en la antigüedad), y tenían su propio idioma, reyes y costumbres funerarias, una cultura común aunque algo heterogénea. Lucharon contra los antiguos griegos y persas, fueron conquistados por Filipo II de Macedonia y más tarde por los romanos. Considerados como guerreros despiadados, fueron contratados por sus conquistadores como mercenarios.
Los tracios eran hábiles trabajadores del metal y expertos en crear fantásticas joyas. Eran un pueblo tribal y muy militarista, temido a lo largo de los Balcanes a medida que expandían su esfera de influencia. También eran expertos en la ciencia de la vinicultura y creían en la resurrección después de la muerte; así, enterraban a sus líderes en opulentas tumbas llenas de valiosos objetos que se usarían en la otra vida.
Muchos de los gobernantes tracios fueron enterrados en la zona cercana a Kazanlak, en el centro de Bulgaria, un área que se conoce como el Valle de los Reyes Tracios. Se cree que hay cerca de 1,500 montículos funerarios en la región.
¿Qué pasó con los tracios?
Los tracios fueron subyugados por Alejandro Magno y luego conquistados por los romanos. Como pueblo finalmente acabaron helenizándose y más tarde, fueron súbditos del Imperio Romano hasta que finalmente su cultura e idioma desaparecieron por completo, un capítulo casi olvidado de la historia.
Como tantos otros pueblos, fueron absorbidos por otras culturas. Lo que lleva a cuestionar la perdurabilidad de los territorios y las banderas.
Un saludo.
Ni uno sólo, ni siquiera el impresionante Imperio romano o la fantástica civilización egipcia, permanecieron ajenos al paso del tiempo. Todos tienen fecha de caducidad.
Saludos, Cayetano!
He conocido recientemente a un búlgaro amante de su historia y sus tradiciones por el que sentí una sana envidia ajena. Los españoles parecemos un pueblo cainita, desinteresados por nuestra historia y cultura.
Intentando entender a Bulgaria, como no podía ser de otra manera, me encontré con LOS TRACIOS, pueblo casi desconocido para mi y que eran profundos amantes de su libertad e independencia. Sus creencias en las que se encuentra la de otra vida después de la vida, los convirtió en un pueblo difícil de vencer porque no daban valor a sus vidas (mi opinión) Probablemente su afán de libertad e independencia hizo que aceptaran un líder interno, lo que hizo que su mundo se viniera abajo dominados por otras naciones o civilizaciones organizadas. Seguiré intentando aprender de este pueblo tan mencionado por los historiadores antiguos y arqueólogos actuales, pero del que quedaron pocas referencias hasta que inventaron el alfabeto cirílico, y que tampoco dejaron el suficiente conocimiento sobre este enigmático pueblo .
Hola Carlos, gracias por tu magnífico aporte. Sin duda un pueblo forjado a si mismo con las circunstancias que mencionas. Todavía nos queda mucho por conocer de ellos. Te felicito por tu afán de aprender.
Saludos!