Enrique Gallud Jardiel (Valencia, 1958) es un escritor y ensayista español. Pertenece a una familia de raigambre literaria y artística, pues es nieto del comediógrafo Enrique Jardiel Poncela e hijo de los actores Rafael Gallud y Mariluz Jardiel. Es Doctor en Filología Hispánica por las universidades Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi y Complutense de Madrid. Ha ejercido la docencia en universidades y otras instituciones de España y del extranjero y publicado más de setenta libros sobre diversos temas. En esta ocasión nos presenta su último libro “El follón del fin del Mundo” y nos habla de su familia y su querida India…
HDNH.- Hablemos de “El follón del fin del Mundo”, su última novela… una parodia de la literatura catastrofista, histórica y de ciencia-ficción, que nos plantea una situación cuanto menos cómica, pero que no deja de ser una metáfora de lo que puede suceder…
Se trata de una novela humorística, inmodestamente creo que muy divertida, cuya tesis es simplemente la estupidez de la Humanidad. El día que los políticos españoles deciden convertirse en masa a una nueva fe que les obliga a decir siempre la verdad, se desencadena, lógicamente, la Tercera Guerra Mundial en el planeta. Sólo cuatro hombres sobreviven y, refugiados en un lugar cercano al Polo Norte, vuelven a revivir simbólicamente todas las etapas de la historia humana, desde el esplendor de la Grecia clásica hasta nuestros asquerosos días del presente y aún más, porque los cataclismos ecológicos del futuro y los extraterrestres también hacen su aparición, para que no falte de nada.
En esa postdata de la vida, los supervivientes pasan por las fases históricas, a las que se parodia. Evidentemente, el hombre es el animal que tropieza siempre en la misma piedra y la conducta histórica se repite, pues no aprendemos de nuestros errores.
HDNH.- ¿Las obras y la figura de Enrique Jardiel Poncela han tenido en nuestro país suficiente reconocimiento?
No todo el que merecían. De hecho, en su momento, un sector retrógrado de la crítica le recomendó que se dedicase a cualquier cosa menos a escribir. Luego, en los años 70 y 80, se le ignoró por motivos políticos, totalmente ajenos a su estética. Pero creo que su momento más bajo ya ha pasado. Hoy en día todo el mundo (no sólo España) reconoce el valor de la obra de Jardiel, que se publica y se representa. Es un autor imprescindible que quedará para la posteridad y que será valorado en el futuro por lo original y atemporal de sus escritos.
HDNH.- Siempre nos atrajo “Jardiel, la risa inteligente”, ¿que encontrarán los lectores en ese libro sobre un personaje que renovó el humor literario y lo puso “patas arriba”?
Mi libro Jardiel: la risa inteligente es una exposición del credo literario de Jardiel, pero no sólo eso; pretende ser un estudio completo. Así es que tiene su parte biográfica y un análisis de su teatro, de sus novelas, de su poesía y de otros muchos aspectos de su personalidad artística. Está aderezado con gran abundancia de citas textuales, lo que hace al libro más entretenido y amaneo y complementado con mucho material gráfico.
HDNH.- Pasó diecisiete años en la India, ¿tanto le cautivó aquel subcontinente? A un valenciano como usted ¿qué le hizo enamorarse de aquel país? Sigue siendo una tierra muy desconocida para la mayoría, tópicos aparte…
La India es un país diferente a cualquier otro, con una cultura milenaria que, en el terreno de la filosofía, por ejemplo, ha hecho aportaciones importantísimas al mundo. Yo viajé allí con intención de pasar unos meses y estuve 17 años, efectivamente. Pero es una gran desconocida el Occidente. El colonialismo inglés presentó una visión deformada, conforme a sus intereses, y hoy en día el sensacionalismo periodístico nos cuenta únicamente lo malo del país, exagerándolo y tergiversándolo. Es una cultura que fascinó a los románticos alemanes, y han sido muchos los intelectuales de Occidente que, de manera individual, han reconocido la gran deuda que Europa y América tienen con la India.
HDNH.- Que literatura nos recomienda para adentrarnos en la India, los occidentales nos miramos demasiado el ombligo y no está de más conocer los ritos, costumbres, folklore y sociedad de esa inmensa nación, en todos los sentidos…
Muchos autores occidentales se ha ocupado de la India, pero siempre con un interés particular. Los bellos relatos de Kipling, por ejemplo, son magníficos desde el punto de vista literario, pero totalmente tendenciosos políticamente y están escritos con el fin de justificar la presencia colonial británica en la India, por lo que se presenta a este país como un lugar salvaje al que hay que civilizar. Otros autores, como E.M. Forster en Pasaje a la India han dado una visión más ecuánime y precisa. Hay que leer mucho para conocer a la India a través de los libros. Pero tenemos escritos de Hermann Hesse que pueden dar una visión interesante. O tenemos los ensayos de Heinrich Zimmer sobre mitología, de gran valor.
HDNH.- ¿Se identifica más con el ensayo o la novela? Géneros muy diferentes, pero que usted ha sabido tratar como pocos.
Yo he escrito muchos más ensayos, pero con la ficción —novela o relato breve— se disfruta más, tienes más libertad. Así es que en la actualidad me dedico principalmente a la ficción humorística. En cuanto a la forma de tratar los géneros, yo no creo que un escritor que sólo destaque en un genero sea un buen escritor. Esto es un oficio que hay que dominar en todas sus variedades. Lo contrario sería como un pintor que sólo supiera pintar manos y fuera incapaz de hacer un paisaje convincente. Yo he tenido la suerte de poder experimentar con diversos géneros y el adecuarte a las reglas de cada uno te hace mejorar tu capacidad de escribir en los otros.
HDNH.- ¿Tenemos sentido del humor en nuestra sociedad? Parece que últimamente se ha perdido y nos enzarzamos más en peleas dialécticas.
No hay que confundir el sentido del humor con el ataque ingenioso al enemigo. De eso sí tenemos mucho en nuestra sociedad y hacemos un chiste sobre cualquier suceso o sobre cualquier desgracia. Pero reírse del enemigo es fácil, pues el hombre es imperfecto y nuestro enemigo seguro que hará o dirá algo de lo que sea fácil burlarse. Lo difícil es hacer humor sin insultar a nadie, hacer humor por el humor, arte por el arte, sin salirse de los límites del buen gusto. Eso escasea más. Tenemos poca literatura de humor en nuestro país y muchas viñetas políticas o escatológicas corriendo por las redes sociales. Yo pretendo dignificar un poco el género, en la medida de mis limitadas posibilidades. Y aunque utilizo la sátira y la parodia como elementos de crítica socio-política, intento también hacer humor blanco, por así decirlo, mostrando la parte divertida de cualquier cosa.
HDNH.- Gracias, profesor…
Comentarios7 comentarios
Buena entrevista a un digno heredero de Jardiel Poncela. En efecto, falta sentido del humor en esta sociedad, de humor inteligente, no del zafio, que de ese sobra.
Un abrazo, Félix.
Gracias, el mérito es el del entrevistado, un gran escritor y filólogo. Deberíamos tomarnos esta vida con más sentido del humor, al fin y al cabo estamos de paso 😉
Un abrazo, Cayetano.
Mi cercanía a Enrique es de un afecto extraordinario. La pulcritud en sus ensayos, descubre el humor nacional en toda su extensión. Aún sin haber conocido a su abuelo, queda en sus expresiones, esos “genes” que siempre aducimos. La época de Jardiel (abuelo) quedó atrás en el tiempo, aunque el Jardiel de ahora, actualiza el humor y por consiguiente la risa; queda actualizada de forma soberana. En la entrevista sale el escritor, pero hay que verle en la dirección e interpretando teatro en las diferentes facetas: clásico, humor, etc., donde la dimensión es de lo más placentero.
Suscribo y agradezco tu comentario hacia la figura de Enrique Gallud.
Un saludo, Enrique Sánchez¡
en los años 60 y 70 vimos en tve multitud de obras llevadas al teatro de enrique jardiel poncela las esperaba con ansias porque su humor me sumia en una carcajada continua,,,, que pena que no hubiese vivido un monton de años mas y nos hubiese regalado muchas obras mas
leeré obras de enrique gallud jardiel
Sin duda merece la pena Antonio Luis. Genio y figura¡
Saludos