Sir Arthur Conan Doyle es más conocido por sus historias de Sherlock Holmes, pero ese no era el trabajo del que estaba más satisfecho. De hecho, se refirió a ellas como “una forma elemental de ficción”. Estaba muy orgulloso de sus novelas históricas y las consideraba sus mejores creaciones.
A tal punto llegó el hastío que tenía del personaje que, compartiendo confidencias con su madre, le decía a esta que le absorbía un tiempo demasiado valioso y ya le agotaba el sólo escuchar su nombre.
Holmes debía morir. La única pregunta era ¿cómo?. Conan Doyle quería un final dramático para el gran Sherlock Holmes. En 1893 visitó las cataratas de Reichenbach en el norte de los Alpes suizos. Después de ver tan magnífico paisaje, decidió que el lugar sería una hermosa tumba para el investigador.
“El problema final” fue publicado en diciembre de 1893 en la revista The Strand . La gente se puso tan furiosa con la muerte y el fin de la saga que más de veinte mil personas cancelaron su suscripción.
Conan Doyle era menos sentimental con respecto a Holmes que sus admiradores: el salvaje éxito de Holmes empezaba a eclipsar el resto de su producción literaria y, como decía: “Debo guardar mi mente para cosas mejores, aunque eso signifique la merma de mi bolsillo”.
Pero hubo regocijo internacional cuando las necesidades de su cuenta bancaria y la presión popular, le hicieron meditar. Ocho años más tarde, en 1901, llegó El sabueso de los Baskervilles, una historia ambientada antes de la muerte de Holmes.
Se necesitaba una historia de un perro fantasmal para inspirar a Conan Doyle a traer de vuelta al gran detective. Necesitaba un fuerte personaje central para su novela de misterio. ¿Por qué inventar uno cuando ya tenía eso en Holmes? Sin embargo Conan Doyle dejó claro que Holmes no estaba vivo. Esta historia tuvo lugar antes del incidente en las cataratas de Reichenbach.
La respuesta del público fue fenomenal. La esperada reaparición del personaje favorito del público también fue publicado por primera vez en The Strand . La tirada de la revista aumentó en treinta mil ejemplares en una sola noche.
Más tarde, Holmes fue definitivamente traído de vuelta a la vida en La casa deshabitada. Al principio de la historia, Watson está solo. Su esposa está muerta y cree que Holmes también esta muerto. Sin embargo, Watson se entera de que la muerte de Holmes era una artimaña para esconderse de los compañeros de Moriarty.
Moví la cabeza para mirar el mueble detrás de mí. Cuando me volví de nuevo, Sherlock Holmes estaba de pie sonriéndome. Me puse en pie, lo miré fijamente durante unos segundos con absoluto asombro, y entonces parece que debí desmayarme por primera y última vez en mi vida. Ciertamente una niebla gris se arremolinaba ante mis ojos, y cuando se despejó sentí un cosquilleo de aguardiente en mis labios. Holmes estaba inclinado sobre junto a mí, con un frasco en la mano…
Es que es difícil desprenderse de un personaje cuando da tan buenos resultados.
Un saludo, Félix.
Y es que le reportaba no pocos pingües beneficios.
Un saludo, Cayetano!
Este es el ídolo de mi nieto. Desde que lo leyó le inspiró a escribir historias de detectives.
Que bonito, verdad? Si logra vivir de su pasión tendrá parte de su felicidad asegurada.
Bss