Actualmente no cabe duda de que Hollywood domina el mercado mundial del cine. Incluso en estos difíciles tiempos de pandemia, sus productores, guionistas, directores, actores, etc., se han esforzado por crear varios filmes y mostrarlos al público ávido de novedades.
Pero para haber llegado a tal grado de opulencia, Hollywood tuvo que atravesar varias fases a lo largo de su historia, reinventándose en sus distintos ámbitos. La ambición e inteligencia de quienes formaron parte de este rubro hicieron que, entre los años 20s y 60s, surgiera su época más alabada y entrañable.
Precisamente fue su Edad de Oro la que marcó las complejas pautas de lo que hoy conocemos como la macroindustria Hollywood y que sigue generando tanto dinero como entretenimiento para todos los gustos.
Características de las películas ‘doradas’
Las películas de la Edad de Oro (también denominada Era Dorada de Hollywood) se caracterizaron por llevar historias intensas y bien cimentadas a la pantalla grande. Según la plataforma cinematográfica LateNightStreaming, los puntos fuertes de los filmes radicaban en el realismo y la universalidad de las tramas, la estructuración estereotípica de personajes, la reducción de ambigüedades narrativas y el montaje de continuidad.
Durante esta prolongada etapa resultaba sencillo adivinar qué estudio había producido cada largometraje por las marcadas particularidades que manejaba cada empresa. Al igual que ahora, los filmes no solamente eran obras artísticas, sino también productos de empresas enfocadas en promocionar su sello individual a gran escala.
Así, cada estudio tenía su propio grupo de actores, de directores, de guionistas, y solían trasladar sus características distintivas a la construcción misma de los largometrajes, como las composiciones musicales, los lugares de grabación y las paletas de colores empleadas (cuando llegó el color al cine).
Los géneros icónicos de la Edad de Oro
Es casi imposible determinar qué películas representan la Edad de Oro de Hollywood porque no existió una única manifestación artística dentro de esta fase. Sin embargo, sí emergieron algunos géneros específicos y se consolidaron en la preferencia de los estudios y del público.
Así, los géneros más destacados y comercializados fueron: el western, la comedia, el cine negro o policial, el cine histórico, los musicales y el cine biográfico. Además, la animación y las caricaturas también tomaron cierto protagonismo gracias a la entusiasta The Walt Disney Company.
Estas categorías solían albergar parámetros muy evidentes que debían ser respetados por quienes trabajaban en los largometrajes. Los personajes estaban prediseñados por el género de la película, al igual que las técnicas narrativas e incluso el desenvolvimiento de las tramas.
A diferencia de la Nouvelle vague francesa u otras corrientes cinematográficas europeas, el cine hollywoodense era bastante canónico y de pocos riesgos. Por ello, los directores visionarios y experimentales como Alfred Hitchcock no terminaban de convencer a los herméticos críticos norteamericanos.
Esto sería muy cuestionado en los Cahiers du cinéma por Jean-Luc Godard y François Truffaut, para quienes el clasicismo era un obstáculo para la evolución del séptimo arte.
(*) Crédito imagen: pixabay
La cultura americana, a falta de historia y de catedrales, es de celuloide. Y sus productos siempre han ido destinados al consumo masivo: grandes superproducciones que, sobre todo, se iniciaron a finales de los 50 y en los 60, hasta hoy. En todo caso, no hay que infravalorar la enorme nómina de grandes actores y actrices.
Un saludo, Félix.
Por supuesto que no hay que infravalorarlos porque han sido y son el estandarte de la industria cinematográfica. Y de historia, claro, para ellos es una antigüedad algún objeto con 70 años, para nosotros es algo viejo.
Saludos, Cayetanus
Cierto. Por ello buscan la cultura en otras zonas del mundo. A cuenta de ello, han escrito mucho acerca de otros países. Como lo hizo Washington Irving sobre España. Y en concreto, de la Alhambra.
Tanto les gustó el relato de Irving, que incluso existen una calle y una ciudad ubicadas en el condado Los Angeles, California, con dicho nombre.
Así es, Francisco. Se han nutrido de todo lo que ha venido de fuera, no en vano son producto de la inmigración masiva del siglo XIX. Desconocía el dato que aportas en concreto, pero no es de extrañar.
Un saludo!