Depende de la Roma por la que preguntes
Cuando el Imperio Romano estaba en su apogeo, el alcance del emperador se extendía desde las colinas empapadas de lluvia del norte de Inglaterra hasta los áridos desiertos de Arabia Saudita. Pero, ¿cuándo empezó a salir todo mal?, ¿por qué cayó Roma?
Resulta que la respuesta no es sencilla. Algunos argumentan que el saqueo de Roma en 410 d.C. por los visigodos es un indicador tan bueno como cualquier otro, mientras que otros dicen que no fue hasta la Edad Media cuando concluyó el Imperio. En general, depende de la Roma de la que estemos hablando. En el año 395 d.C., el Imperio Romano se dividió en dos, y después se administró por separado como el Imperio Romano de Occidente con Roma como su capital y el Imperio Romano de Oriente bizantino con Constantinopla (la actual Estambul) como su capital.
Tendemos a pensar en los bizantinos como un pueblo y un estado separados de los romanos, pero se llamaban a sí mismos «Romanoi» y se veían a sí mismos como ciudadanos de un gobierno romano.
Los destinos de estas dos jurisdicciones divergieron inevitablemente. El Imperio Romano Occidental se fragmentó debido a que varias provincias sufrieron un deterioro económico y político en las décadas posteriores a la división. Mientras tanto, el Imperio Romano de Oriente fue comparativamente próspero durante varios siglos. Es necesario distinguir estas diferentes trayectorias regionales.
Occidente se derrumbó debido a una pérdida progresiva y constante del control centralizado, a veces debido a incursiones de tribus no romanas y, en ocasiones, instigado por traidores dentro del mismo gobierno romano. Es difícil marcar el momento preciso en que Roma perdió el control sobre un territorio dado, porque a diferencia de la descolonización de los imperios en los siglos XIX y XX, no se solían firmar documentos o declaraciones de independencia.
Sin embargo, hubo batallas históricas que nos marcan un espacio de tiempo claro: entre el 460 y el 480 d.C., los visigodos habían logrado tomar partes sustanciales de lo que ahora es Francia. Pero aún así, el declive de Roma occidental fue un proceso bastante gradual y nebuloso en el que las colonias, una por una, ya no estaban de manera realista bajo el dominio de un emperador en Roma. En cambio, los líderes locales autónomos estaban cada vez asentados.
En algunos casos, eran usurpadores romanos que utilizaron golpes de estado para tomar el poder. En otros casos, estas regiones autónomas estaban encabezadas por los llamados regímenes bárbaros. Pero los bárbaros , como los francos, los sajones y los vándalos, no eran simplemente asaltantes de tierras extranjeras que destruían una Roma más débil. Eso es simplificar mucho. Esos mapas que solemos ver con todas las flechas de invasores que llegan al imperio desde más allá y se apoderan de él, que aparecen comúnmente en los libros de texto, están completamente equivocados. Muchos de los bárbaros eran coaliciones de soldados que habían estado trabajando con y para los imperios romanos durante varias generaciones.
Habían estado viviendo y trabajando dentro del Imperio Romano durante décadas, si no siglos. Eso les dio a los bárbaros la oportunidad de aprender las tácticas y la pericia romanas, que luego aplicaron contra el imperio, lo que resultó en una serie de devastadoras derrotas militares para los romanos. La frontera romana no era una frontera en el sentido moderno del estado nacional. Era simplemente una región de influencia romana donde la gente se movía libremente.
En ese contexto, es fácil ver cómo «la frontera» podría reducirse con el tiempo. Sin un estado central, los impuestos ya no se recaudaban regularmente en la mayoría de las áreas de Occidente, lo que obviamente afectaba a los militares. La disminución de los ingresos fiscales hizo cada vez más difícil para Roma reunir suficientes legiones para recuperar las tierras que los bárbaros habían tomado.
Mientras el Imperio Romano en Europa Occidental se iba al garete, los romanos orientales continuaron su camino. El Este, en comparación, se mantuvo consolidado y enfocado alrededor de la ciudad de Constantinopla. Su desaparición si que fue en gran parte a manos de una fuerza invasora externa.
Fue a lo largo de los siglos VII y VIII cuando el Imperio de Oriente comenzó a sufrir una fragmentación política similar, aunque en este caso estamos hablando de ejércitos y regímenes externos; los persas, los eslavos y los árabes. No fue hasta 1453, cuando los otomanos saquearon Constantinopla, cuando realmente podemos decir que el Imperio Romano terminó.
Porque ya no era Roma. Era un tinglado excesivamente grande, ingobernable y corrupto.
Un saludo, Félix.
Ufff, tremendamente parecido a la actualidad…
Saludos Cayetanus!