La Navidad tiene numerosas tradiciones, de las cuales una de las más populares es la del árbol decorado. Ya sean naturales o artificiales, los árboles de Navidad son sinónimo de las fiestas navideñas. Después de darnos un paseo por rabato.com y terminar las compras navideñas (árbol incluido), nos preguntamos ¿cómo se convirtieron los árboles en parte de la Navidad?
Los árboles se han utilizado en rituales y como decoración desde la antigüedad en lo sacro y en lo mundano. Sin embargo, el árbol de Navidad es bastante más reciente. Muchos creen que se originó en Alemania. Se dice que en tierras germanas, alrededor del año 723, el misionero inglés San Bonifacio -conocido como el pastor de los germanos- se encontró con unos paganos que preparaban un sacrificio en un árbol. Al ver aquello, cogió un hacha y cortó el roble que representaba a Odín y en su lugar plantó un pino, que por ser perenne simbolizaba el amor de Dios, adornándolo con manzanas y velas. Las manzanas representaban el pecado original y las velas, la luz de Jesucristo.
Sea cierta o no esa leyenda, los árboles de hoja perenne se convirtieron en parte de los ritos cristianos en Alemania, y en la Edad Media comenzaron a aparecer allí los «árboles paradisíacos». Significados para representar el Jardín del Edén, estos árboles de hoja perenne eran adornados con manzanas y exhibidos en las casas el 24 de diciembre. Se agregaron otros ornamentos: se dijo que Martín Lutero fue el primero que colgó velas encendidas en un árbol en el siglo XVI y los árboles del paraíso se convirtieron en árboles de Navidad. En el siglo XIX, los árboles de Navidad ya eran una tradición firmemente establecida en Alemania.
Cuando los alemanes emigraron, llevaron los árboles de Navidad a otros países, especialmente a Inglaterra. Allí, en la década de 1790, Carlota, la esposa nacida en Alemania del rey Jorge III, disponía árboles decorados para la festividad. Sin embargo, fue un príncipe de origen alemán, Alberto de Sajonia, y su esposa, la reina Victoria, quienes popularizaron la tradición entre los británicos. La pareja hizo de los árboles de Navidad una parte importante de las festividades, y en 1848 apareció en un periódico de Londres una ilustración de la familia real alrededor de un árbol decorado. Los árboles de Navidad pronto se hicieron comunes en los hogares ingleses.
Los árboles de Navidad se extendieron por todo el mundo, pero la tradición comenzó a tener un impacto perjudicial en los bosques, especialmente en Alemania. Como resultado, los alemanes comenzaron a hacer árboles artificiales de plumas de ganso en la década de 1880. Estos árboles encontraron su camino hacia diferentes países, y con el tiempo las plumas de ganso fueron reemplazadas por otros materiales.
Hubo un gran cambio en la década de 1930, cuando un fabricante de cepillos para inodoros uso excedentes de sus productos para crear un árbol artificial. Estos árboles de cerdas ganaron popularidad pero luego fueron sustituidos por las versiones de aluminio y luego de plástico. Hoy en día los árboles de Navidad artificiales se utilizan más a menudo que los naturales.
