Si eres fan del cine o las series medievales, probablemente estés familiarizado con escenas de batalla llenas de acción durante las cuales los soldados asaltan castillos, esquivan flechas y suben escaleras de caracol. Y, aunque esas escaleras de caracol podrían no ascender necesariamente en el sentido de las agujas del reloj en la ficción, generalmente si lo hacían en la vida real.
Los arquitectos medievales construyeron escaleras en el sentido de las agujas del reloj con el fin de desfavorecer a los enemigos que pudieran subirlas. Como la mayoría de los soldados empuñaban espadas en sus manos derechas, esto significaba que sus golpes serían inhibidos por la pared interior, y tendrían que hacer «encajes de bolillos» antes de golpear, exponiéndose completamente en el proceso.
Así como la espiral en el sentido de las agujas del reloj obstaculizaba a los atacantes, también favorecía a los defensores del castillo. A medida que descendían, podían balancear sus espadas en arcos que coincidían con la curva de la pared exterior, y usar la pared interior como un escudo parcial. Y, debido a que el muro exterior corre a lo largo del borde más ancho de las escaleras, también había más espacio para los defensores. Por lo tanto, si planeabas asaltar un castillo medieval a corto plazo, deberías intentar reclutar tantos soldados zurdos como te fuera posible. Y si estuvieras defendiendo uno, sería mejor colocar a sus zurdos a cargo de las ballestas y dejar la defensa de la torre a los diestros.
Además, debido a que los peldaños eran diseñados de forma irregular a propósito a diferencia de la homogeneidad que vemos hoy, los defensores tenían un plus añadido. Estaban acostumbrados a las imperfecciones de la escalera y los atacantes tenían más opciones de tropezar.
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