No son pocos las ritos, usos y costumbres romanos que han llegado hasta nuestros días, y las fiestas invernales tampoco están al margen. Durante el festival de la época fría del año llamado Saturnalia muchas costumbres romanas han sobrevivido hasta incrustarse en nuestra época…
1.- Cinco días de vacaciones. En el siglo I d.C. los romanos tomaban cinco días de vacaciones para celebrar las fiestas de la Saturnalia, una celebración pagana que tenía como objetivo «traer de vuelta a el sol». Tomamos aproximadamente el mismo número de días libres por Navidad.
2.- 25 de diciembre. Los romanos ofrecían sus sacrificios a Saturno, aunque también se estaba celebrando el nacimiento de un dios oriental. No, no a Jesús: Mitra¡ Sus rituales comparten muchas similitudes con nuestras ceremonias cristianas. Bautismo, comida sacramental, observancia del domingo y nacimiento de ambos dioses el mismo día 25 de diciembre.
3.- El árbol de Navidad, muérdago, guirnaldas, etc. Los romanos ya decoraban sus casas con vegetación. En un capítulo de Big Bang Theory, Sheldon nos cuenta: «En la era pre-cristiana, cuando el solsticio de invierno se acercaba y las plantas morían, los paganos traían ramas de hoja perenne a sus hogares como acto de magia, destinado a guardar las esencias vitales de las plantas hasta la primavera. Con el tiempo esta costumbre fue adquirida por los pueblos del norte de Europa y se llegó al árbol de navidad».
4.- Luces y velas. Los romanos también decoraban sus casas con luces adicionales en la época más oscura del año. Aparte de la utilidad práctica, era otro intento pagano para traer de vuelta a el Sol. Linternas, cirios, candelabros y lámparas de aceite parpadeaban por las casas de los ricos. Debido a esto, Roma era muy propensa a los incendios en esta época festiva. Algún historiador calcula que a diario se producía un centenar de incendios en la Ciudad Eterna, que tenía su propio cuerpo de bomberos: los vigiles.
5.- Comida abundante. En pleno invierno el instinto nos dice que debemos «construirnos» una buena capa de grasa, darnos un festín en preparación de la época de «vacas flacas» que está por venir. Los hidratos de carbono estaban a la orden del día. Hoy algunos lo llaman gula.
6.- Bebida a tope. Está demostrado que añadir una pequeña cantidad de vino al agua mata las bacterias más conocidas. Durante todo el año la mayoría de los romanos bebían vino diluido, pero en las fiestas saturnales no era común mezclarlo y sí atiborrarse de buen vino aromatizado con especias.
7.- Vida nocturna y cambio de rol. Durante los cinco días de las Saturnales, los esclavos no tenían que trabajar. Podían comer, beber y ser felices (sic) por la gracia de sus amos. Otros, como Plinio el joven incluso daban más prebendas. Pero ¡Ojo¡ al concluir las fiestas había que volver a la oficina…
8..- Juegos de Mesa. En la Roma del siglo I, se permitían muchos juegos para grandes y pequeños sólo durante la Saturnalia. Los niños y esclavos podían jugar a tirar dados sin temor al castigo. En Occidente, la Navidad es el único momento en que muchas familias practican juegos de mesa o cartas.
9.- El jefe de las fiestas. En la primera noche de la Saturnalia se tiraban los dados en muchos hogares para determinar quién sería el rey de las Saturnales. El «Rey» podía mandar cosas a los demás como preparar un banquete, hacer mandados o cantar canciones. Hoy no hace falta tirar los dados, las madres mandan todo el año…
10.- Sombreros de… ¿Santa Claus?. Los esclavos que eran puestos en libertad en estas fechas se les era regalado un sombrero que habían de llevar como prueba de su no-esclavitud. El píleo eran de forma cónica y estaban hechos de fieltro de colores. ¿Adivináis de que colores? Sí, rojo y blanco…
11.- Presentes y regalos. En las fiestas Saturnales, los romanos entregaban en regalo figuritas de madera o arcilla, a menudo con articulaciones móviles. Hoy en día regalamos figuras de acción, Legos, Barbies y consolas de videojuegos.
12.- Felicitaciones. Por último, los romanos adjuntaban a los obsequios el equivalente a nuestras actuales tarjetas de felicitación navideñas. Habitualmente eran epígramas de dos líneas que acompañaban al regalo con los mejores deseos.
(*) Fuente: The Roman Mysteries, libro de Caroline Lawrence
Menos mal, que aun no existia El Corte Ingles. Ni te cuento, como podria acabar esto.
Pedro,
Aunque los mercaderes del Imperio ya hacían su agosto particular en la Saturnalia. Se disparaban las ventas.
Menos mal que no te regalaban un monolito grabado con el mensaje o una estatua del César. Las costumbres han evolucionado, y las costumbres diversificado entre los pueblos. Una buena reseña . Conocía una cuantas pero no todas. Bss y buen inicio de semana.
Katy,
Independientemente del contexto religioso o la fe particular de cada individuo es innegable el arraigo popular de estas fechas en Occidente.
Bss y feliz semana
Y el que no quiera ver que somos romanos que vaya al oculista.
Un saludo.
Cayetano,
Desde el latín hasta el vino…
Un saludo
Mis mejores deseos para este año y eso que no soy muy romano, lo mío es descendencia goda directa ja,ja,ja,ja.
Un abrazo querido amigo y Feliz año ya comenzado.
Senovilla,
El deseo es recíproco, no se si de los godos pero de Sancho Garcés III algo te toca 🙂
Feliz 2015, un abrazo amigo