No asociamos comúnmente el lema “hacer el amor y no la guerra” con el Ejército de los Estados Unidos. De hecho, es temido y temible precisamente porque ha demostrado ser muy eficaz en la conceptualización de formas inteligentes e innovadoras para buscar, encontrar y destruir a sus enemigos. Sin embargo, en una cambio de estas tradiciones hostiles, en 1994 el Laboratorio Wright, que forma parte de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, presentó una propuesta de tres páginas para una “bomba gay”.
Propuso una bomba “que contenía una sustancia química que podría causar que los soldados enemigos se convirtieran en homosexuales, ya que liberaría un producto que provocaría que fueran irresistibles entre ellos”. Teniendo en cuenta las últimas ideas como las bombas diseñadas para atraer enjambres de insectos que picaran a los combatientes enemigos, hay que admitir que la bomba gay era sin duda más novedosa.
El Pentágono sostiene que “la historia de amor” con la idea de la bomba gay fue breve. El proyecto nunca llegó a despegar. Pero la pregunta sigue siendo: ¿cómo diablos tuvieron una idea así? Tal vez la mejor pista se encuentra en el clima político de la época. Cuando el presidente electo Bill Clinton trató de levantar la prohibición que afectaba a los homosexuales en el ejército, hubo un estruendo de ruido de sables por parte de la cúpula militar.
El consenso general entre todos los líderes de los militares era claro y defendido por el Departamento de Defensa, “La homosexualidad es incompatible con el servicio militar” Las personas homosexuales en el ejército supondrían un riesgo para la seguridad y perturbarían el orden necesario para que el servicio militar sea eficaz .
En este clima político, con la paranoia infundada sobre que las personas homosexuales interrumpian la disciplina militar y la moral, este proyecto parece, a pesar de parecer algo deficiente, algo más comprensible en términos de cómo se le ocurrió la idea y por qué creían que podría ser una arma efectiva.
En cuanto a la ciencia detrás de esta farsa militar, el proyecto afirmaba que el producto contenía feromonas con un gran poder afrodisíaco, aunque las pruebas de laboratorio dejaban que desear en cuanto a resultados se refiere.
La noticia de esta propuesta de arma incluso dio lugar a un musical, titulado “Bomba Gay – El Musical”. Y a más, el Laboratorio Wright tuvo el honor de ganar el premio Ig Nobel de la Paz en 2007 . El premio es organizado por la revista Annals of Improbable Research, y parece ser un excelente foro para “premiar” el proyecto, aunque tal vez un escalón por debajo de la Academia Nacional de Ciencias sueca.
Imágenes: Flickr, Wikimedia Commons Fuentes: Today I Found Out
Comentarios3 comentarios
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Están locos estos americanos.
Regresamos poco a poco, que ya es mucho.
Un saludo, Félix.
Y nosotros que nos alegramos de tu vuelta, amigo. Ha sido breve 😉
Un saludo