Si se hiciera una exhaustiva revisión de la historia de la hambruna en Europa, definitivamente entre los casos más impactantes se hallaría el Holodomor.
Cuando se menciona que un país pasa hambruna, se suele pensar que es causa de desastres e inclemencias naturales, pésimas gestiones político-económicas o similares. Pero lo acontecido en Ucrania entre 1932 y 1934, en el marco de la Unión Soviética, no se debió a tales factores, sino a una intención macabra por parte de Iósef Stalin, según revelan los archivos desclasificados de la URSS.
El plan inicial de Stalin consistió en desarrollar un ambicioso y arriesgado proyecto de modernización de la industria pesada en toda la URSS, además de convertir en proletariado al campesinado. Su gran excusa intervencionista llegó cuando en 1928 se dio la “Crisis de las cosechas”, reflejándose en una caída de más de 2 millones de toneladas de cosechas en distintos campos soviéticos, principalmente ucranianos. Stalin así justificó las confiscaciones de las exportaciones del trigo ucraniano en 1930, haciendo que las tierras agrícolas no tuvieran semillas necesarias para germinar en el tiempo requerido para este proceso.
Temiendo Stalin que los campesinos ucranianos gestaran una revuelta, en 1932 bloqueó las fronteras de Ucrania e impidió toda salida. A la vez, envió brigadas especiales para que privaran de alimentos a los campesinos y sus familias. De allí el significado de Holodomor: “Matar de hambre”. También denominado como “el Holocausto ucraniano”.
Anne Applebaum, autora del premiado libro “Hambruna roja. La guerra de Stalin contra Ucrania (Debate)”, expone la crudelísima realidad que padeció el pueblo ucraniano, indicando que las familias se vieron obligadas a cocinar ranas, sapos, perros, gatos, corteza de árboles, musgos, todo tipo de hierbas; incluso ratas, hormigas y cuervos formaron parte de la ingesta del desesperado pueblo.
La desnutrición fue tal que por las calles se veía a personas cadavéricas lamiéndose los nudillos instintivamente. Nada de lo consumido por los ucranianos en aquel contexto constituyó una dieta medianamente digna. Explica Luis Cazorla, especialista en GuíaDeSuplementos: «Una alimentación sustanciosa es la que equilibra todo tipo de nutrientes. Las dietas ideales deben tener hidratos de carbono como aporte calórico total del 55-60 %, las grasas no deben exceder el 30 % de las calorías ingeridas, en tanto las proteínas deben conformar el 15 % restante de dicha dieta». Definitivamente, lo ingerido por los ucranianos no poseía ni los mínimos porcentajes requeridos.
Los archivos desclasificados de la Unión Soviética explicitan que fueron alrededor de 7 millones de personas que murieron por inanición; además, un aproximado de 40 millones de personas en toda la URSS se vieron gravemente afectadas por la hambruna, si se toman en cuenta las medidas análogas que aplicó Stalin en el norte del Cáucaso y en Kazajistán. Aunque en su momento países como Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos optaron por silenciar la gran masacre de Stalin, actualmente el Holodomor es considerado como el mayor crimen cometido en la época del dictador y, posiblemente, de toda la historia de la extinta Unión Soviética.
(*) Crédito imagen cabecera: Pixabay
Menudo pájaro estaba hecho el señor Pepe Stalin. Hitler admiraba su crueldad.
Un saludo.