¿Qué fue? La Reforma fue un cisma que se generó en la Iglesia Católica en el siglo XVI, y que tuvo importantes consecuencias políticas, económicas y religiosas, y que condujo a la creación del cristianismo protestante.
¿Por qué comenzó?
Aunque había habido llamadas previas para el cambio, la Reforma comenzó en 1517, cuando el pensador religioso alemán Martín Lutero escribió sus Noventa y cinco tesis. Abogó por una amplia reforma de la Iglesia Católica, la autoridad religiosa dominante en Europa Occidental.
Según cuentan las fuentes, Lutero clavó sus tesis en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg. Si esto es verdad o no, no se sabrá, pero de lo que no hay ninguna duda de que de una manera u otra sus argumentos tuvieron impacto. Sus palabras se centraban sobre el estado de la iglesia, sobre todo su amplia riqueza y el poder y la corrupción generalizada de algunos de sus sacerdotes. Estas críticas no eran nuevas y tampoco fue Lutero el primero en tratar de reformar la iglesia. Sin embargo, la reciente invención de la imprenta significó que sus palabras se extendieran rápidamente a Europa, donde alcanzaron gran repercusión.
Una de sus publicaciones más importantes fue una traducción alemana de la Biblia, lo que permitió a muchas personas que la leyeran por primera vez. La Biblia en su mayoría había sido escrita en latín y sólo podía ser leída por los sacerdotes, pero ahora la gente de a pie podía formar sus propias opiniones sobre su fe.
¿Cómo condujeron los argumentos de Lutero a una división en la iglesia?
Lutero tenía la intención de reformar la iglesia, no de dividirla. Su visión del cristianismo, sin embargo, iba en contra de los principios básicos de la Iglesia y la autoridad del Papa, por lo que chocó con la jerarquía eclesiástica. En 1521, Lutero fue excomulgado debido al creciente movimiento protestante por el Papa León X. Europa comenzó a diversificarse en pensamientos diversos, entre los que se encontraban los luteranos y calvinistas de Jean Cauvin (Juan Calvino para los amigos), otro con ansias de reforma.
¿Qué pasó en Gran Bretaña?
Aunque algunos clérigos y pensadores apoyaron la reforma en Inglaterra, el rey Enrique VIII inicialmente se mantuvo como firme partidario de la iglesia católica. Todo eso cambió cuando decidió que quería divorciarse de su primera esposa, Catalina de Aragón y casarse con Ana Bolena. El Papa se negó a permitir el divorcio, y así, tomó la decisión de separarse de la iglesia “romana”, un proceso completado en 1534.
Enrique VIII se convirtió en la cabeza de la Iglesia en Inglaterra y, sin necesidad de esperar la respuesta del Papa, se casó con Ana Bolena. Aprovechando su nueva autoridad, Enrique ordenó la disolución de los monasterios de Inglaterra con el fin de apoderarse de sus riquezas. A pesar de estos cambios, el rey seguía siendo bastante tradicional en sus creencias religiosas, y la Iglesia de Inglaterra no tuvo un carácter totalmente protestante hasta los reinados de sus hijos más dispuestos a la reforma, Eduardo VI y Elizabeth I.
En cuanto a Escocia, tenía su propia reforma dirigida por John Knox, un seguidor de Juan Calvino. Los reformadores escoceses siguieron el ejemplo de Inglaterra y rompieron las relaciones con Roma en 1560.
¿Cómo respondió la Iglesia Católica a la Reforma?
Se defendió con la Contrarreforma, un movimiento que comienza con el reinado del Papa Pablo III (1534-1549). La Contrarreforma buscó desafiar a los reformadores y mejorar algunos aspectos de la iglesia. En general, la Contrarreforma se impuso en el sur de Europa, mientras que la Reforma se mantuvo fuerte en el norte del continente.
¿Cuál fue el legado de la Reforma?
La Reforma fue sin duda uno de los eventos más importantes de la historia europea y mundial, y lo que llevó a la formación de todas las ramas del protestantismo que existen en la actualidad. También generó no poco violencia entre ambos poderes por la supremacía en Europa durante siglos. En algunos lugares, estas heridas aún no han cicatrizado completamente.
Comentarios4 comentarios
Y otro legado muy importante que hay que valorar: los países que se acogieron a la reforma protestante -generalmente- serán los más avanzados económicamente hablando. Hay estudios sobre protestantismo y desarrollo del capitalismo. El protestantismo no penalizaba el trabajo, no lo consideraba un castigo divino, no demonizaba los oficios manuales, como ocurría por ejemplo en España. Y la búsqueda del lucro tampoco se veía como algo negativo.
Un saludo.
Excelente reflexión la que nos dejas, profesor Cayetano. Sin duda hay una relación clara en la que no abundaré porque tú lo has explicado bien claro.
Un abrazo
Un poco complicado todo. En general cuando hay separación no solo se hace por mejorar y denunciar que algo va mal, sino hay otros intereses que subyacen detrás. Cuando hay ganas de reformar y cambiar se hace desde dentro como lo han hecho Santa Teresa o San Francisco por poner un ejemplo. No fundaron otra religión sino que intentaron la denuncia y el cambio desde dentro. Bss
Sí, es complicado, Katy. Siempre hay intereses, aunque no es menos cierto que las proclamas de Lutero no estaban exentas de razón dado el estado de la iglesia por aquellos tiempos. Las disputas acabaron en división, algo que nunca es bueno, pero por otra parte desde Roma estaban demasiado instalados en su comodidad y demasiado alejados del pueblo. Algo si se consiguió, la Contrareforma suavizó el perfil de los siguientes Papas -salvo algunas excepciones- y comenzó una nueva etapa que ha llegado hasta nuestros días con pocos cambios. Creo que para la iglesia romana y sus fieles acabó siendo algo positivo, pues se instaló en algunos sectores un espíritu crítico que no existía hasta entonces. El problema es que como Santa Teresa o San Francisco (loable y santa su labor) había pocos.
Besos