El nacionalista serbio Gavrilo Princip hizo dos disparos que cambiarían el curso de la historia, sentenciando a 40 millones de personas a morir en la guerra y dejando a todo el continente destrozado
Teniendo en cuenta la desastrosa cadena de eventos que se produjo tras las dos balas disparadas por Gavrilo Princip el 28 de junio de 1914, se puede decir que este fue el momento más letal en la historia.
La juventud y radicalización de Gavrilo Princip
El hombre que podría decirse que cambió el curso del siglo XX nació en la pequeña ciudad de Obljaj, en Bosnia, en 1894. Los padres de Gavrilo Princip eran campesinos pobres que tenían vidas dedicadas por entero al trabajo físico.
Aunque era el único de los hijos que sobrevivió hasta la edad adulta, Princip era un niño pequeño y enfermizo. Se cree que su pequeña estatura alimentó su determinación de destacar en la vida por algún acto digno de mención. Como él mismo recordó, «dondequiera que fuese, la gente me tomaba por un debilucho… y fingí que era una persona débil, aunque no lo fuera».
Princip podría haber tenido un destino similar al de sus trabajadores padres de no haberse involucrado con las ideas del socialismo y el anarquismo en la escuela en Sarajevo, donde se mezclaba con jóvenes revolucionarios de ideas afines.
Así pues, Gavrilo Princip creció durante un momento tumultuoso en la historia del sureste de Europa. Los estados eslavos del sur anhelaban la independencia de los imperios otomano y austrohúngaro, que durante mucho tiempo habían dominado la región.
Princip creía fervientemente que Serbia, como parte libre de los eslavos del sur, estaba obligada a ayudar a unificar a los pueblos eslavos como una nación independiente. Este sentimiento nacionalista obtuvo apoyo en los Balcanes. Poco después, el joven Princip entró en contacto con un grupo que convertiría sus ideas en acciones: la Mano Negra.
Gavrilo Princip y La Mano Negra
La Mano Negra fue una sociedad secreta fundada en marzo de 1911. Estaba compuesta por disidentes que lamentaban profundamente que el gobierno serbio hubiera permitido a Austria-Hungría anexarse a Bosnia-Herzegovina.
Los nacionalistas serbios de la Mano Negra andaban enfurecidos por lo que vieron como una extensión agresiva del poder austriaco y un intento de limitar la influencia de Serbia en los Balcanes. Los objetivos de la Mano Negra eran unir a todos los serbios y formar una federación eslava del sur en Europa del Este que estaría completamente libre del gobierno austriaco.
Muchos miembros de la Mano Negra tenían buenas posiciones en el ejército y el gobierno. Por lo tanto, pudieron establecer redes revolucionarias clandestinas en varios países, incluyendo Serbia y Bosnia. También podían proporcionar a sus miembros información crítica y armas.
Gavrilo Princip fue inicialmente descartado por la Mano Negra por ser demasiado pequeño y demasiado débil, pero finalmente fue entrenado por ellos en tácticas terroristas. Era solo una cuestión de tiempo que sus nuevas habilidades fueran utilizadas.
El asesinato del archiduque Francisco Fernando
Gavrilo Princip leyó en un pequeño recorte de periódico en Belgrado a principios de 1914 que el Archiduque Franz Ferdinand (Francisco Fernando), heredero del imperio austro-húngaro, visitaría Bosnia-Herzegovina. Para Princip, el archiduque era el símbolo de todo contra lo que luchaba y odiaba. Junto con otros cinco secuaces, Princip conspiró para asesinar a Ferdinand durante su visita. Así, los asesinos obtuvieron de la Mano Negra bombas, pistolas y cápsulas de cianuro, para el caso de que fueran capturados.
El archiduque no ignoraba el peligro de visitar un país hostil al imperio austrohúngaro. Aunque se le advirtió varias veces que cancelara su viaje, el 23 de junio de 1914, Franz Ferdinand partió de todos modos con su esposa Sophie, la duquesa.
La pareja se preparaba para regresar a casa después de algunos días sin incidentes en la visita. El 28 de junio, Franz y Sophie subieron a un automóvil con techo abierto para desfilar por la ciudad de Sarajevo en una ruta planificada previamente. La ruta había sido publicada con anterioridad para informar a los espectadores que vitorearan al paso a los miembros de la familia real. Desafortunadamente, esta información también le dio a Princip y sus co-conspiradores la ubicación exacta de sus víctimas.
Mientras la caravana avanzaba por una avenida junto al río Miljacka, uno de los conspiradores lanzó una granada contra el vehículo del archiduque. Rebotó en el auto y, por consiguiente, detonó bajo un vehículo diferente. El asesino fallido fue detenido a pesar de saltar al río e intentar tragar una de las cápsulas de cianuro. Según cuentan las crónicas, otros dos conspiradores también tuvieron a tiro a Francisco Fernando, pero perdieron los nervios y dejaron que el archiduque pasara ileso.
En lugar de ser disuadidos por el fallido intento de asesinato, la familia real austriaca decidió terminar su desfile. Grave error… En un esfuerzo por deshacerse de cualquier otro asesino que acechara entre la multitud, la caravana aceleró por las calles de Sarajevo. Desafortunadamente, este intento de aumentar la seguridad causó que la caravana se separara accidentalmente de la ruta principal hacia una calle lateral, justo en frente de donde se encontraba Gavrilo Princip.
A diferencia de sus compañeros de conspiración, Princip no falló su disparo. Cuando el auto que llevaba la pareja real intentó retroceder y volver a su ruta, Princip levantó su pistola y disparó dos tiros a quemarropa al duque. Una bala atravesó la vena yugular del duque, la otra alcanzó a su esposa Sophie.
Más tarde, Princip declaró: «Si alcancé a las víctimas o no, lo desconocía, porque al instante la gente comenzó a pegarme». Por un momento, parecía que él también había fallado en su objetivo. Aunque la duquesa Sophie se derrumbó instantáneamente en el suelo del automóvil, el archiduque se mantuvo «firme». Y gritó desesperadamente a su esposa caída:
«Sophie, Sophie, no te mueras, mantente viva para nuestros hijos»
Minutos más tarde, sin embargo, Fernando estaba muerto y el inicio de la Primera Guerra Mundial estaba cerca…
Las consecuencias y el inicio de la I Guerra Mundial
La reacción de Austria-Hungría al asesinato fue rápida y furiosa. Enviaron un ultimátum que exigía una investigación sobre el asesinato, pero los serbios rechazaron sus términos. El complicado sistema de alianzas en Europa en ese momento significaba que esta negativa provocaría una guerra entre no solo los dos estados, sino todo el continente.
Una semana después de que se emitiera el ultimátum, Rusia, Alemania, Francia, Bélgica y Gran Bretaña habían entrado en la guerra que cambiaría el mundo para siempre y dejaría a Europa en ruinas.
En cuanto al hombre que lo comenzó todo, Gavrilo Princip, de 19 años, escapó a la pena de muerte por tres semanas: irónicamente, las leyes de los Habsburgo -a los que quería derrocar- prohibían que todos los menores de 20 años fueran condenados a morir.
En su lugar, Princip fue condenado a 20 años de prisión, de los cuales apenas cumplió cuatro años antes de fallecer de tuberculosis en 1918. Hasta el día de hoy sigue siendo una figura controvertida, definido como terrorista en algunos sectores y aclamado como héroe nacionalista en otros.
Ya sea héroe para algunos o villano para la mayoría, una cosa es cierta: Gavrilo Princip cambió el curso de la historia. Sus acciones dieron lugar a una guerra tan devastadora y horrible que fue apodada la «Gran Guerra».
Al final de la Primera Guerra Mundial, las casas que gobernaron Europa durante siglos, Habsburgo, Osmán y Romanov, habían caído, llevándose consigo 40 millones de almas.
Un hecho que cambió el curso de la historia.
Siempre se señala a Gavrilo Princip como el artífice del atentado de Sarajevo; sin embargo, como señalas en tu post, tras el magnicidio del heredero al trono austriaco, el archiduque Francisco Fernando, hubo un complot de varias personas. Uno de los participantes en el asesinato fue un tal Cabrinovic. En un principio intentó acabar con la vida del príncipe heredero al tirar una bomba al paso de su carruaje, pero falló en su tentativa porque la bomba rebotó en el antebrazo del archiduque hiriendo a otras personas. El terrorista, acto seguido se tomó una cápsula de cianuro y se arrojó al río con intención de ahogarse, pero las aguas tenían escasa profundidad por ser verano, tan solo unos diez centímetros, insuficientes para que se hundiera el cuerpo del asesino. Además, no le hizo efecto el veneno porque estaba caducado y los viandantes lo sacaron del río y la emprendieron a tortas con el joven. De no ser apresado enseguida por la policía habría muerto linchado.
Es usted un libro abierto 🙂 Como dije, fue la chispa, el detonante. Otro motivo hubiera sido igualmente válido. Las casas reales de los imperios se trataban de primos, pero llevaban décadas preparándose para la guerra.
Abrazos!