Cuando el Barón Pierre de Coubertin fundó el Comité Olímpico Internacional (COI) en 1894, declaró que una de las misiones de la Olimpiada moderna sería «unir en matrimonio legítimo el Músculo y la Mente»; las Olimpiadas no sólo consistirían en prueba físicas, también incluirían las artes. De 1912 a 1948, en siete Olimpiadas, más de 151 medallas olímpicas fueron otorgadas en concursos artísticos.
Crecido en la autocracia francesa, Coubertin valoraba la educación clásica. Amaba los deportes, especialmente el rugby. A medida que su carrera como educador creció, presionó para que la educación física se implantara en las escuelas. El creía firmemente que los deportes eran democráticos, borrando las líneas de clase, pero también pensaba en la educación física como una manera de preparar a los jóvenes para los rigores de la guerra. Después de todo, cuando no era más que un niño, vio a su querido país humillado en la guerra franco-prusiana (o «guerra de 1870»).
Coubertin siempre admiró cómo los antiguos griegos fueron capaces de combinar la educación clásica y la física. Por lo tanto, hizo una oferta a una asociación deportiva de París en noviembre de 1892 para traer de vuelta los Juegos Olímpicos y convertirlos en una competición internacional. En abril de 1896, los primeros Juegos Olímpicos modernos internacionales comenzaron en Atenas, Grecia. 43 eventos abarcaban 9 deportes que tuvieron lugar ese primer año, no habiendo concursos de arte.
Se suponía que iba a cambiar en 1908. Coubertin presionaba por la inclusión de los concursos de arte en los Juegos, aunque no tenía un plan para ello. Por desgracia, no funcionó debido a varios factores que estaban fuera del control del Barón. A principios de 1907, sólo 18 meses antes de la Olimpiada de 1908, el COI (del que Coubertin era la cabeza) cambió la ubicación de los Juegos de Roma a Londres. La erupción del Vesubio en el año 1906 y una economía en dificultades provocaron que los Juegos no fueran factibles en Roma. La preparación precipitada en Londres causó que varias pruebas fueran canceladas, incluyendo los concursos de arte.
En los Juegos de Estocolmo, Suecia, en 1912, los concursos de arte se convirtieron oficialmente en parte de la Olimpiada. Esto ocurrió a pesar de que varias organizaciones , incluyendo el Comité Organizador de Estocolmo, estaban en contra ello. Pensaron que era «un sin sentido» y logísticamente difícil. No obstante, al Barón se le había metido en la cabeza y terminó consiguiendo su objetivo.
En septiembre de 1911, diez meses antes de la ceremonia de apertura de 1912, una convocatoria se publicó una lista de reglas y regulaciones. Habría cinco categorías: la arquitectura, la música, la pintura, la escultura y la literatura. Todas las obras presentadas «debían ser originales e inspiradas en el deporte.»
Los Juegos Olímpicos de 1912 sólo recibieron 33 obras (casi todas de los europeos), pero aún así se otorgaron cinco medallas de oro. Sin embargo, debido al pequeño número y la calidad decepcionante, la plata y bronce no se otorgaron en cuatro de las cinco categorías. Los ganadores de la medalla de oro fueron un proyecto de construcción de un estadio «moderno» por parte de dos arquitectos suizos, una escultura de un caballo tirando de un carro de un escultor estadounidense que ya había ganado dos medallas de oro por tiro al blanco, y una «Oda al Deporte» escrita por los alemanes « George Hohrod y Martin Eschbach».
A pesar de que los Juegos Olímpicos de 1916 fueron cancelados debido a la Primera Guerra Mundial, el arte regresó en el programa olímpico de los Juegos Olímpicos de Berlín 1920 y los Juegos de 1924 en París, donde se recibió la presentación de 193 artistas. En los Juegos Olímpicos de Amsterdam 1928, más de 1100 obras de arte fueron presentadas y puestas en exhibición en el Museo Municipal. El concurso de arte Olímpico ahora era una realidad y estaba atrayendo al gran público y a los artistas, incluyendo al escultor italiano Rembrandt Bugatti, el dibujante estadounidense Percy Crosby, y el pintor holandés Isaac Israëls.
Los concursos de arte fueron un éxito. Por ejemplo, en los Juegos Olímpicos de 1932 en Los Ángeles, cerca de 400.000 visitantes fueron a visitar las obras de arte en el Museo de Historia de Los Ángeles.
Sin Juegos Olímpicos de 1944 debido a la Segunda Guerra Mundial, los de Londres en 1948 serían la última vez que un concurso de arte sería oficialmente parte de los Juegos Olímpicos. La razón que se esgrimió fue que practicamente todos los artistas presentaban sus obras al concurso para hacer dinero con ellas, y no debemos olvidar que los J.J.O.O. son unas pruebas amateur, sin, aparentemente, ánimo de lucro. Un informe posterior indicó que era «ilógico que los profesionales compitieran en este tipo de exposiciones y fueran galardonado con medallas olímpicas». Así que, en 1952 despareció el ARTE de las Olimpiadas…
Fuentes: Today I Found Out Imágenes: Wikimedia Commons
Desapareció de la olimpiadas y, como nos descuidemos, la hacen desaparecer de los planes de estudio.
Un abrazo, Félix.
Al tiempo… estimado Cayetano, al tiempo…
Un abrazo, Cayetano