Tras el descubrimiento de América, Cristóbal Colón hizo tres viajes más en los siguientes diez años. En el cuarto y último viaje para explorar las costas americanas, el navegante se encontró en un situación delicada. Pero usando sus conocimientos de astronomía, consiguió engatusar a los nativos, aterrorizándolos y salvandose a sí mismo y su tripulación.
Colón, ya con 51 años y con su artritis a cuestas, parte con dos carabelas, la Capitana y la Santiago, y dos naos, el Gallego y el Vizcaíno. Sin embargo, una incursión de carcoma en la flota le obligó a abandonar dos de los barcos y a arribar la costa de la isla hoy conocida por Jamaica el 25 de junio de 1503. Inicialmente, los nativos dieron la bienvenida a la flota, proporcionándoles alimento y refugio. Pero a medida que los días se convirtieron en semanas las tensiones aumentaron. Después de 6 meses de estancia, y tras un rifirrafe, algunos hombres de la tripulación mataron a unos nativos. Se les negó la comida, el hambre y la venganza eran inminentes y Colón tuvo que idear un plan…
Al consultar el libro del matemático y astrónomo alemán Johannes Müller von Königsberg (1436-1476), encontró que el siguiente eclipse lunar sucedería el 29 de febrero de 1504. Sabiendo esto, tres días antes del eclipse, Colón pidió reunirse con el líder de los indígenas para informarle que el Dios cristiano estaba muy enojado con ellos y que sufrirían las “consecuencias”. Así que, para mostrar su enojo, en tres días “las llamas de la ira” harían desaparecer la luna del cielo.
De hecho, ocurrió lo que dijo Colón. Comenzó el eclipse y la “luna sangrienta” hizo su aparición. Según el hijo del navegante, los nativos se encontraban sumidos en tal terror que de inmediato pidieron a Colón que “hablara con Dios” para devolver a la luna a su tamaño original.
Entonces Colón se encerró en una cabaña durante 50 minutos, aparentemente para hablar con el altísimo. Usó su reloj de arena para registrar las fases del eclipse y, justo antes de que llegara a su fin, anunció que Dios estaba de acuerdo en “devolverles” la luna. Así pues, los nativos agradecidos los alimentaron y ayudaron hasta su partida por el Caribe el 29 de junio de 1504. El conocimiento le había ganado la batalla a la superstición...
Imágenes: Flickr
Comentarios12 comentarios
Se salvó por los pelos. Un golpe de suerte de esos que solo pasan en las películas.
Un saludo.
El pelo de una gamba que se dice… y el conocimiento
Un saludo
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Todabia hay muchos Cristobalitos, visitando las Americas y prometiendo hablar con Dios. Lease, Cristianos, evangelistas,etc, etc.
Amigo mio, eres un pozo de sapiencia, pero profundo, profundo.
Cierto, Pedro. Las promesas de la vida eterna siguen a la orden del día. Muchos religiosos han dado su vida por la obra y por ayudar a los demás, aunque demasiados han optado por la vía de la “dolce vita” amparados en su gracia divina. Viva Guatemala¡ 😉
Un abrazo
Me encantan todas tus entradas cada día la historia se me hace más interesante, creo que alguna vez te leí una frase que decía más o menos “Sin historia, no habría presente”, un abrazo fuerte y mi admiración más grande cada día. Pregunta final en qué programa de radio podemos escucharte???
Gracias Alex. Vamos a ir subiendo audios de tertulias en Rne sobre monográficos. Estamos preparando un especial en Canal Sur que se podrá seguir online y descargar en el blog próximamente. Saludos¡
Jajajajaja…que bueno..!! La jugada le salió perfecta a D.Cristobal….!!
Juan Carlos, el conocimiento del medio o la ciencia le ha salvado el pellejo a más de uno a lo largo de la historia 😉
No se si creérmelo, pero las coincidencias a veces ocurren y que Colón tuviera amano este libro es un poco “Casualidad” Afortunadamente hay cada vez más gente preparada y la ciencia poco a poco va avanzando.
Bss
No es casualidad que tuviera ese libro en su poder, Katy. De hecho, fue determinante en sus viajes (sobre todo el primero) el uso de la astronomía (saber que había adquirido leyendo esos libros) y la observación de las estrellas. Eran su punto de referencia según los mapas astrales de la época y su faro y guía de navegación.
Bss
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