La misión Cassini de la NASA llegó a su dramático final el 15 de septiembre de 2017 después de dos décadas en el espacio
La Cassini nos ayudó a vislumbrar gigantescas tormentas en Saturno, exploró los anillos del planeta y reveló posibles fuentes de vida en sus lunas. La nave espacial desplegó la sonda Huygens de la Agencia Espacial Europea, que aterrizó en la superficie de Titán, una de las lunas del hermoso planeta, en el aterrizaje más distante de la humanidad hasta la fecha. La sonda reflejó imágenes de las tierras altas de Titán, de sus «aceitosas costas» y de sus escarpados barrancos, mostrándonos un paisaje extraño, aunque de alguna forma no tan distante del nuestro, bajo una densa atmósfera.
Las sondas Cassini y Huygens cambiaron para siempre la forma en que los científicos comprenden Saturno y sus anillos y lunas. Pero los científicos de la vida real de homónimo nombre tenían una visión muy diferente del planeta cuando ampliaron los límites de la astronomía en el siglo XVII.
En 1610, Galileo Galilei se convirtió en la primera persona en observar Saturno a través de un telescopio. Hasta entonces, el planeta era poco más que una luz parpadeante en el cielo. Pero a través de su rudimentario instrumento, con una ampliación de 30x, Galileo fue capaz de ver que Saturno tenía algún tipo de apéndices u «oídos» que se extendían desde cualquier lado del planeta. No se movían como las lunas que había descubierto alrededor de Júpiter.
Galileo nunca entendería lo que eran esos «oídos».
Christiaan Huygens y Cassini
Christiaan Huygens nació en 1629 en el seno de una familia acomodada en La Haya, en los Países Bajos y se convirtió en un brillante científico y matemático de su época. Inventó el reloj de péndulo, fue la primera persona que teorizó que la luz viaja a través de ondas, y desde muy joven se dedicó a diseñar y perfeccionar telescopios.
Huygens y su hermano idearon un sistema para mecanizar y pulir las lentes del telescopio para mayor claridad y aumentos. En la noche del 25 de marzo de 1655, Huygens miró a través de su nuevo telescopio de 3,5 mts y enfocó a Saturno. En ese momento, no pudo resolver «el misterio de los oídos», pero sí detectó una mancha de luz al lado del planeta. Durante varias noches observó como se movía alrededor de Saturno, concluyendo que era una luna (que más tarde sería conocida como Titán, la luna más grande de Saturno).
Dos años más tarde, Huygens fue finalmente capaz de ver que Saturno no tenía «oídos», sino que estaba rodeado por un anillo. Publicó un breve tratado titulado «De Saturni luna observatio nova», para anunciar formalmente el descubrimiento de Titán y tratar de explicar el asunto del anillo.
Más lunas, más anillos
Huygens creía que Saturno sólo tenía un anillo sólido. Pero su teoría fue socavada un par de décadas más tarde, cuando Giovanni Domenico Cassini hizo sus propias observaciones del planeta.
Cassini nació en 1625 en el noroeste de Italia. Hizo su camino en la astronomía a través de la astrología, y al principio de su carrera, estudió Júpiter y los movimientos de sus lunas. Se le atribuye el descubrimiento de la Gran Mancha Roja de Júpiter (una tormenta que ya dura varios siglos en el gigante gaseoso). Sus observaciones discrepantes en los eclipses de la luna de Júpiter, Io, ayudaron al astrónomo danés Ole Römer a calcular la velocidad de la luz.
En 1668, el rey Luis XIV de Francia invitó a Cassini a unirse a la nueva Academia Francesa de Ciencias. Cassini ayudó a establecer el Observatorio de París y fue allí donde puso sus ojos en Saturno. Descubrió cuatro lunas más alrededor de Saturno: Japeto y Rea en 1671 y 1672, respectivamente, y Tetis y Dione en 1684 (ahora sabemos que Saturno tiene 62 lunas). Cassini sospechaba que el anillo de Saturno podría no ser un solo objeto sólido, y en 1675, describió una brecha en los anillos, ahora conocida como la división Cassini. Incluso especuló que los anillos no eran sólidos, sino que se componía de enjambres de lunares diminutos demasiado pequeños para ser vistos de forma individual. No estaba demasiado lejos. Según la Agencia Espacial Europea, los científicos describen hoy las partículas del anillo como guijarros y polvo. Otros gigantes de la Ciencia
Pues dos señores la mar de sabios.
Un saludo, Félix.
Pues mire usted, no podía haberlos definido mejor 😉
Un saludo!