Los godos y los vándalos fueron dos de los grupos germánicos que se enfrentaron con el imperio romano por toda Europa y el norte de África desde el siglo III al V d.C. Debido a que casi toda la información que tenemos sobre ellos proviene de fuentes romanas, la historia ha ofrecido una visión muy negativa de estos grupos como bárbaros e incivilizados.
Hoy en día, “vandalizar” la propiedad de otra persona significa causar daño o destrucción, mientras que “godo” se refiere en Europa a una cultura conocida por su oscura y sombría estética. Pero si bien es cierto que tanto godos como vándalos saquearon Roma -en 410 y 455 d.C., respectivamente-, ninguno de los dos grupos abandonaba la gran ciudad en ruinas o masacraba a sus habitantes. De hecho, los reinos godos fundados en la Galia (Francia), Iberia (España) e Italia adoptarían la religión católica y otros aspectos de la cultura romana, ayudando a preservar esas tradiciones mucho después de la caída del Imperio Romano Occidental.
Poco se sabe del origen de los godos antes de que los romanos se toparan con ellos. Podrían haber venido de Escandinavia, según algunas fuentes, o de la moderna Polonia. Desde la primera invasión goda del territorio romano en 238, las tensiones fueron en aumento ante un pueblo guerrero que ellos consideraban inferior e incluso subhumano. Sin embargo, muchos godos sirvieron como soldados romanos, adoptando sus costumbres y hubo intercambio racial.
Alrededor de 375, los hunos aparecieron al norte del Danubio y comenzaron a empujar a otros grupos incluidos godos y vándalos más si cabe hacia territorio romano. Los conflictos entre godos y romanos explotaron a principios del siglo V, cuando el líder Alarico sitió Roma y saqueó la ciudad en 410.
Los descendientes de Alarico, conocidos como visigodos (godos occidentales), se establecieron en la Galia e Iberia; El último reino visigodo, en España, cayó en manos de los moros en 711. En Italia, los ostrogodos (godos orientales) establecieron su dominio a finales del siglo V, pero cayeron en manos del Imperio bizantino en unas pocas décadas.
Al igual que los godos, los vándalos podrían haberse originado en Escandinavia antes de migrar hacia el sur. Primero rompieron la frontera romana en el 406, con un imperio romano distraído por las divisiones internas, y comenzaron a pelear con visigodos y romanos en Galia e Iberia. Bajo el mandato del feroz rey guerrero Genserico, los vándalos se aprovecharon de la debilidad romana en el norte de África y establecieron su reino allí, con capital en Cartago, en 440.
Mientras las fuerzas de Genserico marchaban sobre Roma en 455, los romanos desesperados pidieron misericordia y ayuda al papa León I. A cambio de tener la entrada libre, los vándalos acordaron no quemar la ciudad ni masacrar a sus ciudadanos. Después de que Genserico muriera en 477 -incluso invicto en el campo de batalla- su imperio iría en declive por las disputas entre sus descendientes. La fuerza bizantina los invadió en 534 y tomó al último rey vándalo y alano, Gelimer, cautivo en Constantinopla.
Godos nos llaman los amigos canarios. Y “Vandalucía” es una región española.
Lo que sí es cierto es que los que escriben la historia lo hacen poniendo verde a los de fuera.
Un saludo, Félix.
No es de extrañar, y así será siempre. La historiografía hay que tomarla en su contexto, escuchando a todas las partes.
Un saludo!
Los vándalos eran más flacos, menos “godos”.
😛 🙂