Un día como hoy, muchas personas de todo el mundo se habrán sentido incómodas al levantarse de la cama y realizar sus rutinas diarias normales, todo debido a una superstición, sobre todo en el mundo anglosajón. A esto se le llama sufrir de triscaidecafobia, una neurosis común que todos conocemos: el miedo al número 13. Pero, ¿de dónde viene esta asociación supersticiosa con el viernes?
La verdad es que nadie está absolutamente seguro dónde y cuando se originó la idea de que el 13 era un día siniestro. Hay una corriente muy amplia que afirma que todo se remonta a un mito nórdico sobre 12 dioses que cenaron en Valhalla, la legendaria sala donde los héroes nórdicos brindaban por la eternidad, hasta que llegó un malvado dios -aunque técnicamente carecía de culto-, Loki, el espíritu del fuego y número trece.
Según la leyenda, Loki engañó a Höðr (el dios ciego del invierno e hijo de Odin, el dios supremo en la mitología nórdica) para que atacara a su hermano Balder (el benevolente dios del verano que también era hijo de Odin) con una lanza mágica con punta de muérdago, la única sustancia que podría derrotarlo. Por lo tanto, el número 13 fue tildado de desafortunado durante el período de duelo que siguió a ese hecho por parte de este 13º invitado no deseado.
Por alguna razón, en casi todas las culturas, el número 12 surgió a lo largo de la historia como un número “completo”: hay 12 meses en un año, 12 signos del zodíaco, 12 dioses del Olimpo, 12 trabajos de Hércules, 12 Jyotirlingas o santuarios hindúes donde se adora a Shiva, 12 sucesores del profeta en el Islam chiita y 12 tribus de Israel. En el cristianismo, Jesús fue traicionado por uno de sus 12 apóstoles, Judas.
Superar el número 12 aparentemente desequilibra la naturaleza ideal de las cosas; porque se considera irregular e irrespetuoso con el sentido de la perfección, el número 13 lleva el estigma de la desgracia y la mala suerte que conocemos hoy.
¿Por qué viernes?
El viernes se relaciona principalmente con los relatos de la crucifixión de Jesús, que coinciden en que tuvo lugar un viernes, el día estándar para las crucifixiones en Roma.
Es cierto que el cine de Hollywood ha aumentado aún más la leyenda, alejándola de sus significado original. Sin embargo, la perpetuación del viernes como un día desafortunado en Estados Unidos provino de la tradición de finales del siglo XIX de celebrar todas las ejecuciones los viernes; El viernes 13 se convirtió en el día más desafortunado simplemente porque combinaba dos supersticiones distintas en una sola.
Las repercusiones de estas fobias reverberaron a través de la cultura estadounidense, particularmente en el siglo XX. La mayoría de los rascacielos y hoteles carecen de un piso 13, lo que específicamente proviene de la tendencia de principios de 1900 de que los edificios en la ciudad de Nueva York omitieran el desafortunado número (aunque el Empire State Building tiene un piso 13). Algunas calles no tienen el temido número de portal, mientras que para muchos aeropuertos también es tabú.
Las populares películas de la saga Viernes 13 fueron llamadas así solo para sacar provecho de este amenazante fama de la fecha, no porque los realizadores en realidad creyeran que era un día poco propicio.
Entonces, ¿es realmente malo el viernes 13?. A pesar de siglos de comportamiento supersticioso, en gran medida parece palabrería psicológica, pero que por desgracia influye en la vida de muchas personas. Es difícil luchar contra la superstición.
Pero el viernes 13 no es gran cosa en otras culturas, que tienen sus propios días desafortunados: los griegos y los países de habla hispana consideramos el martes 13 como el día menos afortunado, mientras que los italianos se mantienen alejados del viernes 17. Así que hoy, trate de descansar un poco, el viernes 13 puede que no sea tan desafortunado después de todo.
Desde siempre fue el martes el día funesto para los españoles (el martes ni te cases ni te embarques), sobre todo si caía en 13. La industria cinemato.
gráfica y el mercado yanqui extendieron la idea del viernes y el consumo de kepchut con porquería.
Yo no soy supersticioso, porque trae mala suerte.
Un saludo, Félix.
Eres de los míos. Por si acaso mejor no levantarse ese día con el pie izquierdo. Y que conste que no creemos en esas supercherias 🙂
Saludos!
Me encanta y disfruto con lo que aprendo, y me gustaría saber si hay algún libro en que se recopilen.
Hola María. Esperemos que para principios de 2019 esté.
Gracias y un saludo!