La idea de una biblioteca perdida es tentadora, alienta la especulación y la imaginación del conocimiento que podría proporcionar a la persona que lo encuentre.Por lo tanto, no es de extrañar que haya personas que han dedicado toda su vida a la búsqueda de este tipo de bibliotecas «esquivas». Una de estas legendarias bibliotecas perdidas es la del primer zar de todas las Rusias, Iván IV Vasílievich, más comúnmente conocido como Iván el Terrible.
Se cuenta que la Biblioteca fue iniciada por su abuelo, Iván III (el Grande) de Rusia. Después de la muerte de la primera esposa de Iván III, Maria de Tver, en 1467, el Papa Pablo II le sugirió que se casara con Sofía Paleologue, la sobrina del último emperador bizantino, en un intento de anexionar Rusia a la Santa Sede romana.
En 1472, Iván y Sofía se casaron, y esta llevó consigo una gran colección de libros antiguos a su nuevo hogar en Moscú. Se dice que estos formaban la mayor parte de la Biblioteca de Constantinopla, y se salvaron cuando la ciudad cayó en 1453, así como algunos manuscritos de la antigua Biblioteca de Alejandría.
Además, Iván el Terrible era también un gran coleccionista de libros, y podría haber añadido más manuscritos a la biblioteca de su abuelo. Se cree que los documentos de la misteriosa biblioteca incluían escritos en griego, latín, hebreo y egipcio -que probablemente habrían sido los documentos de la biblioteca de Constantinopla y Alejandría citados anteriormente-, textos chinos desde el siglo II y documentos contemporáneos.
Se cree que Iván decidió ocultar aquel tesoro de valor incalculable en el sótano del Kremlin de Moscú con el fin de protegerlos de los incendios que asolaban la ciudad con frecuencia durante aquella época. Había ordenado se hicieran traducciones de todos los libros al idioma ruso. Una leyenda, incluso afirmaba que los escribas se negaron a continuar con la tarea de traducir estas obras, ya que temían que el zar usaría aquellos conocimientos para hacer «magia negra» y aterrorizar si cabe más a sus súbditos. Recordemos que su mala fama se la ganó a pulso…
A la muerte de aquel infame zar, la biblioteca simplemente desapareció; algunos creen que fue destruida en un incendio. Por otra parte, otros han afirmado que la biblioteca sobrevivió, y que el primero de los zares puso una maldición sobre ella, para que los que estuvieran a punto de descubrirla perdieran la vista.
A pesar de la lógica posibilidad de que la biblioteca ya no existe, y la supuesta maldición, muchos cazadores de tesoros han sido implacables en su búsqueda. A través de los siglos, no han faltado quienes han intentado encontrarla, incluidos Pedro el Grande y los representantes del Vaticano que fueron de visita a Moscú durante el reinado de Boris Godunov, aunque ninguno tuvo éxito.
Durante la primera mitad del siglo XX, el arqueólogo ruso Ignacio Stelletskii pasó toda su vida buscando esta biblioteca. El uso de mapas del Kremlin de diferentes siglos y el material de archivo que puedo recopilar, fueron sus herramientas de búsqueda. Incluso le fue concedido permiso para excavar por el gobierno soviético en 1929. Comenzó con sus excavaciones bajo las torres Arsenalnaya en 1933, pero tuvo que interrumpirlas al año siguiente después del asesinato de Sergei Kirov.
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial varios años más tarde, los trabajos de excavación cesaron por completo. Aunque Stelletskii tenía la intención de reanudar el trabajo al final de la guerra, su mala salud le impidió hacerlo; murió en 1949.
A partir de la década de 1990, se continuó haciendo esfuerzos para descubrir la biblioteca de Iván el Terrible. Además, la búsqueda se extendió más allá del Kremlin. Algunos creen que la biblioteca se trasladó a otros lugares, como la zona Sergeyev (donde Iván trasladó su corte durante los últimos años de su reinado), Alexandrov (la capital del feudo de Iván) , o el pueblo de Dyakovo cerca de Kolomenskoya (donde se encontró una puerta secreta que conduce bajo tierra a la Iglesia de San Juan Bautista).
No está claro si se encontrará alguna vez la biblioteca de Iván el Terrible. Incluso si la biblioteca existió realmente, su contenido seguramente no habrá sobrevivido a los estragos del tiempo. Sin embargo, no faltarán en el futuro muchos que la querrán localizar.
Referencias:Gould, J., 1993. En busca de la legendaria Biblioteca de Iván; Hecker, C., 1996. Se busca: Biblioteca Iván el Terrible; Matyukhina, A., 2012. La Biblioteca Perdida de Iván el Terrible (parte 1); Matyukhina, A., 2012. La Biblioteca Perdida de Iván el Terrible (parte 2)
Sin duda, la humanidad se perdió muchísimo con estas bibliotecas perdidas, destruidas, devastadas, incendiadas. Recuerdo también la labor destructiva de los nazis en este sentido. O la obra de ficción de Bradbury con esos bomberos quemalibros. Mientras unos construyen ideas, otros se encargan de aniquilarlas. A veces es la mano del hombre, otras, desgracias naturales o no intencionadas.
Un saludo.
Tan sólo de pensar en todo el conocimiento perdido me produce una profunda tristeza. Podríamos haber podido «armar» mucho mejor la historia de la humanidad. Los ejemplos que citas son buena prueba de ello, que lástima de zoquetes…
Un abrazo, Cayetano
Gracias Felix, muy interesante tu historia de hoy, mientras leia estaba pensando, como se podia guardar un libro en aquellas epocas , sin tener suficientes o casi ningun material para su conservacion, si.lo.guardaramos en un sotano por ejemplo , la humedad y los hongos…destruyen el papel en poco tiempo..las hojas se deshacen..quizas como dice el.sr.Cayetano , pudieron ser quemadas como en todas las guerras o destruidas o desaparecidas o robadas..nunca se sabra !!!pero que interesante tu articulo…gracias por compartirlo !!!!
Muchos, demasiados textos han desaparecido, Emperatriz. Documentos vitales para conocer nuestro pasado. Aunque la escritura pictográfica tallada en piedra ha sido la que más ha perdurado, ya que, como bien dices, el papel o los papiros tienen como peor enemigo al tiempo…
Gracias a tí
Saludos¡
Todo lo concerniente a los libros antiguos tiene como un imán. Son misteriosos, cultos, casi mágicos. Contienen sabiduría porque era la única forma de conservar la cultura y la historia. Personalmente creo que no existe esta biblioteca. Ya habría aparecido.
Ojalá hoy tuviéramos actualmente esta inquietud de búsqueda y aprendizaje.
Tiene imán, y mucho… Los escritos de Manetón serían un tesoro hoy en día de un valor incalculable por citar alguno. Ya sabes que yo soy un apasionado de las leyendas, y sí, es posible que ya no exista, pero creo que existió, porque los registros históricos son muchos al respecto. Es bien sabido que Iván el Terrible era muy aficionado a los libros, y también que heredó muchos. Es curioso como un tipo de los más depravados de la historia tuviera esa afición. Aunque también a Hitler le gustaban…
Bss