Descubre por qué dejar tu viaje en manos de IA puede arruinarlo todo

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Por Manuel Sánchez

¿Planeas confiarle tu próxima aventura a una inteligencia artificial para tener el viaje de tus sueños? ¡Cuidado! Dejar todo en manos de la IA puede dar más sorpresas que una maleta extraviada en escala, y no siempre son para bien. Descubre aquí por qué deberías pensártelo dos veces antes de dejar que un robot organice tu escapada y aprende a sortear las trampas digitales de la planificación “inteligente”.

Las cifras no engañan, pero la IA… a veces sí

En la era de los atajos digitales, organizar un viaje parece más fácil que nunca: basta con contarle a la inteligencia artificial tu plan, tu presupuesto y hasta tus preferencias, y voilà: tienes ruta, actividades y un programa adaptado. No es ciencia ficción: el 90% de los menores de 35 años en Francia ya ha confiado alguna vez en la IA para planear sus vacaciones. Si sumamos todas las edades, hablamos de un tercio de los franceses que ya han probado suerte pidiendo a la IA destinos, alojamientos y experiencias.

Un joven entrevistado por TF1 lo resume: “Le digo, mira, tengo este plan, tengo tal presupuesto, quiero ir aquí o allá según el dinero, le pido que me haga un programa, encontrar actividades, etcétera”. Y todo muy bonito… pero, ¿realmente es fiable? Algunas experiencias virales ponen la confianza en la cuerda floja.

El pasaporte no vuela solo: historias de vuelos frustrados

Los relatos de planeadores digitales atrapados por la realidad son ya parte del folclore viajero. Vamos con un par de ejemplos frescos: Chaimae Lebyed, con casi 44.000 seguidores en Instagram, compartió su fiasco tras pedir a ChatGPT ayuda para organizar su viaje a Fiyi. “Estoy bloqueada en el aeropuerto. No puedo salir por culpa de ChatGPT, que me ha fastidiado el viaje”, confiesa mientras intenta no perder la paciencia. ¿La causa? Con pasaporte marroquí, preguntó a la IA si necesitaba visado para Fiyi. ChatGPT aseguró que no… y compró los billetes felizmente. Dos días antes, descubre que sí hacía falta ese visado. Resultado: 700 euros perdidos en vuelos no reembolsables y una anécdota cara para recordar.

No está sola en esta odisea: la influencer Mery Caldass, con más de 413.000 seguidores, también se llevó un chasco veraniego tras fiarse de la IA. Preguntó si necesitaba visado para viajar a Puerto Rico. ChatGPT respondió que no. Entre abrazos y lágrimas, descubrió que sí hacía falta un ESTA (autorización electrónica de viaje imprescindible para cualquier viaje a territorios estadounidenses, incluido Puerto Rico, aunque su estatus sea peculiar). El detalle se le escapó a la IA… y el desastre estaba servido.

Errores, “alucinaciones” y promesas en el aire

¿A qué se deben estas meteduras de pata? A menudo, la IA no detecta las sutilezas burocráticas ni los matices legales de muchos países. Pero hay más: según un estudio reciente, un 24% de los hoteles y lugares recomendados por las IA… ni siquiera existen. En el mundo digital de los algoritmos, a esto le llaman “alucinación”: el programa mezcla información “fauna” intentando quedar bien a cualquier precio. Por ejemplo, podrías acabar buscando el Empire State Building en pleno París.

Yann Lechelle, director de la empresa especializada Probabl, lo explica así para TF1: la IA ensambla palabras que considera estadísticamente correctas, pero no tiene ningún anclaje real en la realidad. “La inteligencia artificial quiere complacernos y llegar al final de su explicación produciendo palabras, aunque eso signifique hacerlas encajar a la fuerza, sin importar si la respuesta es verdad o mentira”.

Consejos para viajeros y escépticos digitales

Antes de lanzarte a comprar billetes animado por las recomendaciones de una IA, conviene seguir algunos consejos sensatos:

  • Haz preguntas concretas a la IA, con detalles precisos (sobre fechas, nacionalidad, normas específicas, etcétera).
  • Verifica siempre las fuentes que te proporciona: haz clic en los enlaces, revisa los sitios oficiales, ¡y no des nada por sentado solo porque lo diga un algoritmo simpático!

No se trata de rechazar la ayuda de la inteligencia artificial, pero tampoco de entregarle tu destino con los ojos cerrados. Consulta fuentes oficiales y mantén tu espíritu crítico a mano. Recuerda: ¡el viaje ya es una aventura de por sí, no dejes que las “alucinaciones” algorítmicas lo conviertan en una pesadilla!

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