René Caillié: el primer explorador europeo que volvió vivo de Tombuctú

Compartir
Facebook
Twitter

Auguste René Caillié fue el primer explorador europeo en regresar vivo de la ciudad de Tombuctú, que no es poco, en una época en la que adentrarse en aquellos parajes inhóspitos era muerte segura. Salió de casa a la edad de 16 años, y en su primer viaje ya mostró su interés en explorar África, un continente con todo por descubrir.

Primero navegó en un buque naval francés por la costa del actual Senegal, donde permaneció varios meses antes de cruzar el Atlántico en un mercante. Dos años más tarde, Caillié regresó a África Occidental acompañando una expedición británica atravesando el desierto de Ferlo hasta Bakel por el río Senegal.

Nacido en el oeste de Francia en 1799, en una familia muy pobre, sus padres murieron durante su infancia. René y su hermana fueron atendidos por su abuela. Antes de viajar, Caillié había tenido muy poca educación formal, pero tan pronto como llegó a África demostró una inteligencia excepcional para adaptarse y aprender un nuevo idioma y las costumbres de una cultura diferente. Partió con sólo 60 francos en el bolsillo.

Cuando regresó en 1824, Caillié se volcó en su pasión de convertirse en explorador. Para evitar las desgracias y las dificultades que los exploradores anteriores habían experimentado, decidió viajar disfrazado de musulmán. Consiguió que el gobernador francés en Saint-Louis financiara una parte de su estancia de 8 meses en la región de Brakna, al sur de Mauritania, con los lugareños nómadas. Caillié aprendió el árabe con ellos, así como las costumbres islámicas.

Postal que muestra la casa donde Caillié vivió en Tombuctú

Ocho meses más tarde, René quería permanecer en África y empezar con su exploración, pero no lograba obtener más fondos, hasta que se animó al saber que la Société de Géographie de París ofrecía 10.000 francos como premio a la primera persona que volviera con una descripción de la ciudad de Tombuctú, por lo que Caillié decidió intentarlo con pocos medios.

Ahorró el dinero trabajando en la colonia británica de Sierra Leona algunos meses y después viajó a Boké por barco. En abril de 1827, partió desde África occidental hacia el este a lo largo de las colinas de Fouta Djallon y pasó las corrientes principales del río de Senegal, y el alto Niger en Kurussa. En agosto, llegó a la aldea de Tiémé, actual Costa de Marfil, pero su viaje se retrasó durante cinco meses debido a una enfermedad.

Reanudó su viaje en enero y llegó a la ciudad de Djenné donde permaneció durante dos semanas. De allí, viajó a Tumbuctú. Pasó cinco días en la ciudad y después organizó una caravana que se dirigiera a Marruecos a través del Sáhara. En agosto, Caillié llegó a Fez y luego, desde Tánger, y subió a un barco destino Francia donde recogió el premio de 10.000 francos.

Mezquita de Djingareiber en Tombuctú

El erudito Edme-François Jomard le ayudó a publicar un relato de su viaje. La Sociedad de Geografía le concedió la Medalla de Oro en 1830. Caillié murió en 1838, a la edad de 39 años, de tuberculosis. Siempre será recordado por su enfoque único para la exploración. Mientras que había expediciones a gran escala financiadas por los gobiernos, Caillié pasó años aprendiendo el árabe, estudiando la religión islámica y las costumbres de forma autodidacta. Tiempos de exploración, intrépidos aventureros.

3 COMENTARIOS

Responder a Cayetano Cancelar respuesta