En 1986, los residentes de Chernobyl se vieron obligados a huir de sus hogares cuando la central nuclear de la ciudad se convirtió en una zona de desastre. Este área de Ucrania ha estado sin población humana permanente desde entonces -excepto los más ancianos del lugar, que se resistieron a marcharse-, pero eso no significa que esté vacía. El paisaje está lleno de insectos, vida vegetal, e incluso cachorros radiactivos descendientes de las mascotas que fueron abandonadas allí hace 31 años.
Un nuevo mini documental de Cloth Map nos enseña algunos de los más lindos ocupantes de Chernobyl. En “Los cachorros de Chernobyl”, los diminutos animales se pueden ver jugando, meneando sus colas, y corriendo como perros domesticados. Aunque los perros callejeros tienden a reunirse alrededor de lugares con más actividad turística, como la cantina de Chernobyl, el contacto entre los seres humanos y los cachorros se desaconseja. Drew Scanlon explica en el video que os dejamos: “Se aconseja a los visitantes que no toquen animales en la zona de exclusión porque podrían transportar partículas radiactivas en su piel”.
Cuando la empresa estadounidense sin ánimo de lucro Clean Futures Fund examinó a estos lindos cachorros en la zona de exclusión, encontraron bolsas de radioisótopos en sus huesos. La organización ha montado una clínica de esterilización para evitar que estos pasen a sus hijos sus problemas radioactivos, sus problemas que son culpa nuestra, del hombre, por cierto.
Partes de Chernobyl han estado abiertas a los visitantes desde 2011, pero las autoridades todavía advierten sobre los riesgos para la salud que plantean a los visitantes que no siguen las reglas. A pesar de esto, algunos exploradores, como la estrella de YouTube Bionerd23, se han aventurado a probar las manzanas radiactivas. Incluso los trabajadores del Clean Futures Fund no pueden resistirse a acariciar a los cachorros de Chernobyl, pero al menos saben lo suficiente para lavarse las manos después.