Juan Pablo I, ¿asesinato o muerte natural?

: Albino Luciani nació en 1912 en Belluno, una ciudad en el norte de Italia. Se convirtió en sacerdote en julio de 1935 y en cardenal en 1973. Tras la muerte del Papa en 1978, Luciani fue elegido Papa en agosto de ese año. La reacción inicial a su elección fue positiva y la mayoría de la gente esperaba de él un fructífero papado. Pero, ¿tenía enemigos? 

Fue un gran shock cuando murió el 28 de septiembre de 1978, apenas 33 días después de que comenzó su papado.

La mayoría lloraron su muerte, lamentando que se fuera tan pronto aquel que tenía el potencial para dirigir a la Romana por buen camino. Pero la realidad es que acabó convirtiéndose en apenas una nota a pie de página en la historia de la institución.

Algunas personas, sin embargo, casi desde el día después de su muerte, comenzaron a cuestionar los detalles de su muerte. Algunas cosas, sentían, parecían indicar que Juan Pablo I no había muerto de un ataque al corazón, que fue la causa de la muerte anunciada oficialmente por el .

La historia dice que la hermana Vincenza Taffarel, ama de llaves del Vaticano, se encontró con el cuerpo del Papa en la mañana del día 28. El anuncio formal inicial, sin embargo, no mencionó su presencia en el dormitorio de Juan Pablo I ni ninguna información concreta sobre cómo se encontró su cuerpo. Al parecer, le encontró apretando papeles en los que estaban escritas notas para una homilía que daría en los siguientes días.

Esos papeles nunca fueron revelados, pero algunos teóricos de la conspiración creen que el contenido incluía declaraciones muy polémicas sobre el “género” de Dios -incluso poniendo en duda los aspectos masculino y femenino a la naturaleza del creador divino-. Esto contradecía algunas enseñanzas de la Iglesia que, por supuesto, eran sagradas.

Los detalles sobre su autopsia fueron muy opacos. Algunos afirman que nunca hubo una autopsia en absoluto, algo que no es de extrañar puesto que es norma en el Vaticano, pero que pone en duda cómo podría anunciarse oficialmente la causa de la muerte.

Con el tiempo, varios libros comenzaron a hablar de conspiraciones para encubrir el “asesinato” del Papa. El autor David Yallop afirmó que el Banco del Vaticano estaba preocupado porque el nuevo Papa iba a iniciar una investigación sobre los posibles abusos y corrupciones de esa institución. Además, Yallop afirmó que el documento que Juan Pablo I estaba agarrando no era un sermón, sino una lista de destacados católicos que eran miembros secretos de los francmasones (es ilegal bajo la ley de la Iglesia Católica ser un miembro de los masones).

El autor Lucien Gregoire ha escrito varios libros sobre la muerte cuestionable de Juan Pablo I. En ellos habla de la implicación de la CIA, Rusia, y otras conexiones de los funcionarios ultra-conservadores de la iglesia que percibieron que iba a ser un Papa progresista que podría quitarles parte o todo su poder en la Iglesia.

Otra teoría es que Juan Pablo I estaba investigando la posibilidad de traer de vuelta la forma latina de la misa, un hecho que para algunos funcionarios de la Iglesia traería la ruina a la institución. Los partidarios de esta teoría creen que necesitaba ser silenciado antes de que pudiera instaurar el cambio.

La mayoría de las personas, sin embargo, creen que Juan Pablo I murió de causas naturales y desestiman todas las acusaciones de cualquier conspiración en su muerte. Pero lo cierto es que hay demasiadas preguntas sin responder, y la opacidad de la institución nunca ayudó a resolverlas.

Además, su muerte pasó pronto al olvido por el público en general tras su breve papado y la inmensa popularidad de su sucesor . Había llegado un nuevo Papa, y este sí, contaba con la bendición, no solo del clero, sino de todos los estamentos económicos y políticos mundiales. El muerto al hoyo, y todos contentos…

Félix Casanova: Administrador de HDNH, y apasionado de la historia