Las personas, en general, estamos más divididas que unidas. Pero hay una verdad universal en la que estamos todos de acuerdo: levantarse de la cama es una lata.
Hoy tenemos las alarmas de los móviles, despertadores voladores e incluso alarmas que no se callarán hasta que resuelvas un acertijo, todo para ayudarnos con el ritual diario más desagradable, pero, ¿cómo se levantaba la gente antes de que se inventara el primer despertador en 1787?. Los seres humanos siempre hemos sido creativos e ideas no nos han faltado.
Si piensas: «Bueno, siempre ha habido gallos», tienes razón, pero no siempre son de fiar. Contrariamente a la creencia de cualquiera que no haya pasado tiempo en una granja, los gallos son terribles relojes de alarma.
Yi Zing, un monje chino, matemático, ingeniero y astrónomo, construyó un magnífico reloj en el 725 que hacía que los gongs sonaran a horas determinadas. Aún así, el «Mapa del cielo esférico manejado por el agua» realmente no podríamos colocarlo en una mesita de noche promedio, ya que la máquina era una enorme rueda de agua que, cuando giraba ciertos engranajes, activaba elaboradas marionetas y hacía sonar un gong.
La necesidad de hacer pis
Los guerreros indígenas americanos usaban su vejiga para levantarse por la mañana. Según el libro de Stanley Vestal de 1984, Warpath: La verdadera historia de los luchadores Sioux, «los guerreros indios podían determinar de antemano su hora de levantarse regulando la cantidad de agua a beber antes de acostarse».
Alarma de vela
En el siglo XVIII, las personas que necesitaban estimulantes tanto auditivos como visuales para sacarlos de sus sueños podían confiar en la alarma de chispa. Cuando el reloj dentro de un artilugio alcanzaba una cierta hora, hacía saltar una chispa que encendía una vela que, gracias un resorte, se colocaba en posición vertical.
Suponiendo que esta complicada serie de eventos no resultara en un incendio en la casa, parece que podría haber sido una forma encantadora de comenzar el día.
Alarma de Hutchins
En 1787, el inventor estadounidense Levi Hutchins creó el despertador personal más antiguo conocido. El único problema era que solo podía sonar a las 4 a.m.
Descorazonado por el potencial comercial de su dispositivo, Hutchins no se molestó en adquirir una patente ni se preocupó para que el temporizador fuera ajustable. Mientras él estuviera despierto antes del amanecer todos los días, estaba feliz.
Despertadores de «profesión»
Aunque los despertadores personales finalmente fueron patentados en Europa en 1847 (y en 1876 en América), realmente no se extendieron hasta mucho más tarde. Simplemente no eran tan necesarios cuando los «aldaberos» rondaban por las calles.
Trabajando en Gran Bretaña e Irlanda hasta la década de 1970, estos despertadores humanos profesionales tocaban en las ventanas de los dormitorios de sus clientes hasta que estaban seguros de que la persona estaba despierta. Dado que sus servicios eran más asequibles que la compra de un costoso reloj, el negocio prosperó y se generalizó durante la Revolución Industrial.
O bien golpeaban la aldaba, o usaban postes largos con perillas en el extremo o, si la habitación era muy difícil de alcanzar desde el suelo, dispararían guisantes secos con pajitas para tocar las ventanas de los clientes.
Pero, ¿como se despertaba la persona que despertaba a los demás? Eso sigue siendo un misterio…
(*) Referencias: Allthatsinteresting.com Imágenes: WikimediaCommons
Los guerreros sioux se levantaban cuando les entraban ganas de orinar. O sea que los de cierta edad, a las dos de la madrugada ya estaban listos. La próstata no entiende de relojes.
Un saludo, Félix.
[…] ¿Cómo nos levantábamos antes de los despertadores?: “Hoy tenemos las alarmas de los móviles, despertadores voladores e incluso alarmas que no se callarán hasta que resuelvas un acertijo, todo para ayudarnos con el ritual diario más desagradable, pero, ¿cómo se levantaba la gente antes de que se inventara el primer despertador en 1787?. Los seres humanos siempre hemos sido creativos e ideas no nos han faltado.” […]