Historia de los Castrati, vidas rotas y glamour

La exquisita entonación y voz de los cantantes de ópera ha sido apreciada a lo largo de la historia, particularmente por la sociedad romana medieval que disfrutó de su capacidad de trascender al oyente. Cuando el Papa prohibió a las mujeres cantar en público a mediados del siglo XVI, parecía que la profesión podría cambiar para siempre. Y así fue como los niños pequeños pronto se utilizaron para proporcionar las preciosas notas altas necesarias para completar la gama de sonido. Pero los niños pequeños se convirtieron finalmente en hombres, y aquí fue donde los romanos actuaron contra-natura, dejando un legado oscuro de artistas masculinos hermosos y rotos -literales pájaros cantores humanos enjaulados para siempre en sus propios cuerpos-. Habían nacido los castrati…

Comienzo

La Iglesia Católica siempre fue una estructura patriarcal que nunca permitió a las mujeres cantar en ningún tipo de escenarios religiosos. La historia de los castrati comenzó en 1588 cuando el Papa Sixto V llevó la prohibición aún más lejos, prohibiéndoles cantar en cualquier escenario. Esto planteaba un problema importante para el mundo de la ópera ya que las sopranos femeninas eran esenciales para este arte. Todo el mundo sabía que los jóvenes no podían asumir el papel, ya que sus voces inmaduras pronto se agrietarían y bajarían de tono cuando se acercaran a la edad adulta. Lo que pronto comenzó fue la manipulación de la naturaleza, el desviado proceso de castrar a jóvenes prometedores en el momento justo para capturar sus voces altas y juveniles … para siempre.

Procedimiento

Crear jóvenes eunucos era la manera ideal de aprovechar el tono y el poder de una voz de adulto, sin comprometer el sonido etéreo y ligero de un joven. Un verdadero híbrido artístico. Los muchachos italianos con voces dotadas eran llevados a un cirujano  donde serían fuertemente sedados con opio, colocados en un baño caliente, y se les “despojaría” de su virilidad. El experto cortaría los conductos que conducían a los testículos, que luego se marchitarían con el tiempo. A principios de 1700, se estima que más de 4.000 chicos al año recibieron la operación, pero sólo el 80 por ciento de ellos sobrevivió.

Crecimiento

A medida que los cuerpos de los castrati crecieron, la falta de testosterona afectaba a sus articulaciones óseas formándose de manera anormal. Esto significaba que las extremidades de los cantantes a menudo crecían de forma inusualmente larga, dándoles un aspecto extraño. Esto, combinado con un entrenamiento vocal intensivo, les proporcionó una potencia pulmonar y una capacidad de respiración inigualables. Cantando con sus pequeñas cuerdas vocales de tamaño infantil, sus voces también eran extraordinariamente flexibles y muy diferentes de la voz equivalente de una hembra adulta. Debido a que su rango vocal era más alto que el del macho adulto no castrado, los castrati eran una clase artística por sí mismos.

Desarrollo anormal

La creación de un castrati no era una ciencia exacta, ya que los chicos jóvenes se desarrollaban a diferentes ritmos. Los efectos de la castración en su desarrollo físico eran notoriamente erráticos y dependían en gran medida del éxito de la operación. Los niños “podados” antes de los diez años a menudo crecían con rasgos femeninos y cuerpos lisos, sin pelo; A veces incluso desarrollaron pechos incipientes.

Foco de atención

Debido a que los castrati masculinos no podían procrear, las mujeres europeas de la alta sociedad los consideraban socios particularmente atractivos para sus “asuntos discretos”. Eran eróticamentes masculinos pero carente de función natural y les llevó a desarrollar la reputación generalizada de tener mayor capacidad sexual debido a su carencia de saciedad y su aumento de resistencia.

Affairs

Las mujeres inglesas eran particularmente susceptibles a los encantos de los eunucos italianos, ya que a menudo hacían un uso inteligente de sus rasgos delicados y femeninos. Algunos llegaban a pasar por mujer, permiténdoles esto el coquetear aunque los maridos de sus amantes vigigilasen celosamente. Aunque a los castrati se les prohibía normalmente casarse por la Iglesia, podían ocasionalmente recibir una dispensación legal especial y muchas veces se les veía por las calles de Roma, adornando sus cabellos con estilos coquetos y colocando sus “cosas” en sostenes seductores, listos para servir como Hombre o Mujer.

Pederastia

Como Casanova dijo una vez, “Roma obliga a cada hombre a convertirse en un pederasta”, y nunca fue más cierto que en el caso de los castrati. Vivían fuera del género normal, creando una tentación sexual tanto para hombres como para mujeres que fantaseaban con formas no convencionales de encontrar placer. Como mujeres, se disfrazaban, y como hombres, eran incompletos. Su existencia humana estaba suspendida en un perpetuo estado de pandemonio, de conflicto artificial, ya que habían sido relegados para siempre a un estado de contradicción, tanto en el cuerpo como en la mente.

Dandies

Algunos castrati se sabían verdaderas divas, famosos/as por sus berrinches y su vanidad. Considerados como altamente emocionales y excesivos, a menudo se enzarzaban en lucha con otros artistas y amigos. Siempre arreglados para el escenario, con todo el drama y el temperamento mercurial que requería, y así era su vida personal, a menudo llena de actividades narcisistas de placer y adoración.

Éxito

A pesar de la cantidad masiva de niños que fueron sometidos a este tipo de castración, sólo unos pocos afortunados llegaron a la cima artística. Cuando lo hacían, su carrera se asemejaba a la de una estrella de rock, recorriendo las grandes casas de ópera de Europa desde Madrid a Moscú, cobrando honorarios fabulosos, y trayendo tras de sí admiradores masculinos y femeninos por doquier.

Prohibición

El procedimiento invasivo de la castración en nombre del arte fue finalmente prohibido a principios del siglo XIX; Sin embargo, los médicos italianos continuaron creando castratis hasta 1870 para las representaciones en la capilla de Sixtina. Nada parecía captar la exquisita sensación celestial más que la voz pura y cristalizada de los castrati. Los italianos y la Iglesia Católica lo habían disfrutado a fondo durante los últimos 300 años, y era un duro hábito romper.

Alessandro Moreschi

Conocido como el último de su “raza”, Alessandro Moreschi actuó como un castrati hasta su muerte en 1922. La operación estaba prohibida cuando se la realizaron en 1865, sin embargo, tuvo una carrera ilustre. A pesar de que algunos los llamaban “la voz de helio”, la voz de Moreschi ofrecía el sabor de una época en que las vidas de los muchachos no eran más que una herramienta para buscar lo divino.

Final

Con todo el glamour, la atención y la fama que los castrati tenían, es fácil olvidar que estos artistas eran sólo niños cuando fueron castrados, probablemente ni siquiera lo suficientemente mayores como para entender las implicaciones de lo que estaba sucediendo. Eran víctimas de una sociedad egoístamente motivada donde la búsqueda del arte y una mayor proximidad a lo sublime era más valiosa que la vida misma.

Imágenes: Flickr, Wikimedia Commons Fuentes: AllDay