Las transfusiones de sangre han ayudado a salvar innumerables vidas en los últimos 70 años, pero se sabe poco sobre el médico pionero que descubrió el proceso. Charles Drew fue un cirujano estadounidense afroamericano que también luchó contra los prejuicios raciales, y que consiguió llevar las técnicas de transfusiones a las masas.
Drew llevó a cabo una investigación revolucionaria que lo llevó a descubrir que la sangre podía conservarse y usarse más tarde cuando fuera necesario
A finales de 1940, Drew fue llamado para colaborar en un programa experimental que permitiera reunir, analizar y distribuir plasma sanguíneo en el Reino Unido. Drew viajó a Nueva York para dirigir el proyecto, una iniciativa para ayudar a los soldados y civiles británicos afectados por la guerra. Allí organizó un banco central de sangre, asegurándose de que toda la sangre donada fuese analizada antes de ser enviada. También controló que solamente personal idóneo realizara el manejo de la sangre, a fin de evitar la posibilidad de contaminación.
Dado su origen afroamericano, y siendo uno de los más prominentes médicos con ese origen racial, Drew protestó contra la práctica de la segregación racial en la donación de sangre, y que carecía de fundamento científico, una acción que le costó este puesto.
El programa funcionó con éxito durante cinco meses, logrando un total de 15.000 donantes, y aproximadamente 5.500 dosis de plasma sanguíneo.
Drew creó un ingenioso sistema para almacenar nuestra sustancia vital, al que llamó ‘bancos de sangre’. Estos nuevos centros cambiaron el mundo médico y se desarrollaron unidades móviles que podían transportar todos los tipos de sangre a través de los EE.UU. Tan esenciales fueron los trabajos de Drew que culminaron en el tratamiento de los soldados de primera línea heridos en combate durante la II Guerra Mundial, tanto americanos como británicos. Sin el trabajo de Drew, se habrían perdido cientos de miles de vidas.
La vida de Drew terminó repentinamente en 1950, cuando sufrió fatales heridas en un accidente de automóvil. Fatigado por haber pasado la noche en cirugía, perdió el control de vehículo y terminó volcando. Los tres acompañantes sufrieron heridas leves, pero a Drew se le quedó atrapado el pie en el pedal, con lo que el automóvil lo arrolló al volcar: lo hallaron desvanecido y con serias heridas en las piernas. Fue llevado de urgencia al Hospital.
Por extraño que parezca, por una transfusión de sangre, o por la falta de ella, circulan leyendas urbanas con respecto a la muerte de Drew. Algunos creen que debido a su raza, se le negó una transfusión que le habría salvado la vida…
Primero fue conservar la sangre. Después vino hacerla frita con cebolla. Dos inventos revolucionarios.
Un saludo, Félix.
Que ocurrencias tiene usted, jaja.
Un saludo, Cayetano.