Guido de Arezzo (992-1050), monje benedictino natural de Toscana, está considerado como el “padre de la música”, ya que a él se debe el nombre de las notas musicales. Antes del siglo XI imperaba una total anarquía en la música y De Arezzo perfeccionó la escritura musical creando el tetragrama griego de cuatro líneas horizontales que dejó escrito en el tratado musical “Micrologus”, el más leído en el siglo desde su publicación en el año 1026, y que posteriormente pasó a ser un pentagrama en el siglo XVII.
Así, De Arezzo otorgó a las notas musicales el nombre de las primeras sílabas iniciales musicadas por él y dedicadas a la figura de San Juan Bautista. El verso Ut queant laxis dice así:
Ut queant laxis
Re sonare fibris
Mira gestorum
Famuli torum
Solve polluti
Labii reatum
Sancte Iohannes
Inicialmente, la primera nota musical “Do” recibía el nombre de “Ut” y la última nota “Si” estaba formada por las iniciales del nombre de San Juan -“Sancte Iohannes”-
Imágenes: Wikimedia Commons Fuente: Las hemorroides de Napoleón, Carrillo de Albornoz – Bife ancho
Yo no lo sabía! gracias Felix. La historia de Europa está llena de monjes, sacerdotes cristianos beneficiosa para la sociedad. Tienes muchas razones para sentirnos orgullosos. Feliz día 🙂
Eran tiempos en los que la mayoría del conocimiento se guardaba y cultivaba en monasterios y abadías. Muchas gracias a ti, Arzú. Feliz día para ti también 🙂
Y de aquí a Pink Floyd, un breve camino.
Un saludo,
Claro que sí, Cayetano! Siempre hay precursores y los que vienen detrás perfeccionan la obra 😉
Un saludo