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Entrevista a Javier Santamarta

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Tiempo de lectura: 6 minutos

Javier Santamarta, autor de SIEMPRE TUVIMOS HÉROES

Hoy nos visita uno de esos personajes que no te dejan indiferente. Hombre polifacético y locuaz, en su último libro ´Siempre tuvimos héroes´ no sólo nos refresca la memoria, sino que consigue dignificar, poner nombre y apellidos a aquellos antepasados nuestros que hicieron tanto por nosotros y los demás.

Créanme, este libro no es un ejercicio de patriotismo, sino de justicia.

No queremos hacer de esta entrevista un ejercicio de ´ombligismo´ pero era necesario destacar ciertos aspectos de nuestra historia en este país tan cainita nuestro. El humanitarismo es, y debe ser, algo universal, pero no está de más sentirse orgulloso de nuestros aportes al avance en tantas materias para construir un mundo mejor.

¡Por supuesto! Este libro no pretende ir de “Leyenda Rosa” española ni quiere hacer eso que se llama “revisionismo”. Simplemente quiere hacer justicia con esos momentos y personajes de nuestra Historia que, por no se sabe qué razón, han quedado olvidados o alejados del conocimiento general cuando debieran de ser de dominio público. Muchos de ellos, a nivel mundial. Máxime cuando hablamos de todo lo que aportaron para la humanidad.

javier santamartaDesde la invención de la anestesia epidural a los novedosos aportes de la Universidad de Salamanca en el siglo XVI pasando por la Escuela de Traductores de Toledo. Son cosas más importantes que la escoba, el chupachup y la fregona, sin desmerecer a los últimos. ¿Por otros lares se apuntan el tanto?

Resulta sorprendente cómo conocemos al inventor de la fregona, al logroñés Manuel Jalón, pero de su invento más revolucionario como fue el de las jeringuillas y agujas desechables no tenemos ni idea de su autoría. La anestesia epidural, fruto del ingenio del médico militar Fidel Pagés a principios del Siglo XX, como resultado de su paso por la cruenta Guerra del Rif, su invención fue apropiada por un italiano y apenas acaba de empezar a hacérsele el reconocimiento que merece. La Escuela de Traductores de Toledo, sin cuya existencia sería imposible el haber recuperado el conocimiento greco-romano, es incluso puesta en entredicho su existencia. Y la Escuela salida de la Universidad de Salamanca sobrepasa tantos campos que, por ejemplo, todos conocemos los trabajos de Galileo y de Newton sobre la gravedad, sin embargo el precursor de ellos fue un dominico de esa universidad, el segoviano Domingo de Soto, al que nadie conoce. Es desesperante en cierto modo, sí.

¿Cuando le viene a la mente y porqué entiende la necesidad de escribir un libro como ´Siempre tuvimos héroes´?

La verdad es que fue algo que acabó haciendo poso tras mis años trabajando en Ayuda Humanitaria lo que, sumado a mi eterno amor por Clío, me temo que resultó inevitable el que finalmente me animara a escribir este libro, el único que conozco que trata las más importantes aportaciones de España al humanitarismo. Lo que no es poca cosa por su importancia pese a ser tan desconocidas. Quise que quedaran compiladas en un sólo ejemplar de manera al mismo tiempo que rigurosa (o al menos era mi intención), también amena, de tal forma que no supusiera un ensayo al uso sólo apto para frikis de los mismos (¡como lo soy yo! jajajaja) y que fuera una obra divulgativa para cuantos quisieran saber más de nuestra Historia. Y de paso, quitarnos algunos complejos.

siempre tuvimos heroesEs Javier Santamarta un señor más propio del renacentismo. Politólogo, experto en ayuda humanitaria, Cooperación Civil y Militar, Derecho, Estilo y Protocolo, Historia, Literatura, Comunicador, Escritor… ¿Cuántos Terabytes tiene en el cerebro?

¡Me temo que no los suficientes jajaja! ¡Ya me gustaría a mí ser ese hombre del Renacimiento al que todos aspiramos de una u otra manera! Creo que en mi caso se ha juntado mi capacidad para la dispersión desde el Jardín de Infancia, y la permanente curiosidad que, me temo, me ha convertido en aprendiz de todo y maestro de nada. Pero hay que reconocer que es muy divertido. Creo que la culpa la tuvo una gollería de enciclopedia que tenía mi hermano Jose Luis, “El Tesoro de la Juventud”, la edición de 1965, en donde entre otras cosas (literatura, historia, viajes, ciencia…) se podía leer incluso un artículo sobre el cambio climático. ¡En 1965! Creo que es una pena que en estos tiempos de acceso casi ilimitado a la información, la incapacidad para filtrarla correctamente haya hecho que perdamos referentes de autoridad y, sobre todo, que ya no sepamos diferenciar lo cierto de lo que es conjetura gracias eso tan de moda llamada “posverdad”.

javier santamarta 3Vemos desfilar por las páginas de ´Siempre tuvimos héroes´desde personajes menos conocidos como Ángel Sanz Briz o Fidel Pagés a famosos como Alfonso XIII, del cual nos desnuda su lado oculto, el más amable. Y son muchos más…

Pues sí: desde una aristócrata como Carmen Angoloti, duquesa de la Victoria, metida de lleno en el horror de la Guerra de África, a un curilla gaditano como Celestino Mutis que fue nada menos que miembro de la Real Academia Sueca de Ciencias… en 1784, codeándose con Linneo o Humboldt. Y de Alfonso XIII se conoce mucho, pero se ignora su labor durante la Primera Guerra Mundial que le lleva a estar nominado al Premio Nobel de la Paz. Por no hablar de la primera expedición sanitaria internacional hecha por marinos y médicos de nuestra Armada en 1803, la conocida ya como Expedición Balmis. O la primera misión humanitaria de nuestras Fuerzas Armadas, ¡nada menos que en la guerra del Vietnam! Son casi mil años los tratados en estas páginas en los que España ha estado presente de manera increíble, como con las Leyes de Burgos de 1512 que son de una actualidad apabullante, o la modernidad de un Juan Luis Vives, cuya obra seguiría siendo utilísima hoy en día, y cuyos preceptos son de total actualidad en estos momentos.

“España siempre ha sido muy poca cosa para un español”, es una cita de una carta de Antonio Machado a Ramiro de Maeztu. Algunos conocidos me comentan que el suyo es un libro “españolista”, pero creo que es más amplio su verdadero significado.

Tenemos una tendencia a querer etiquetar las cosas, y normalmente no suele ser para bien. Los -ismos en general rezuman negatividad pues, no es lo mismo (o no suena igual en nuestras mentes) cuando se habla de “españolidad” que de “españolismo”. Esto último suena a rancio, a querer recuperar glorias añejas y pasados imperiales. ¡Nada más lejos que lo que transpira este libro! En él están personajes que nunca supieron que serían héroes, o que podríamos tenerlos como tal. Su labor siempre fue la que las circunstancias impusieron. Y transcendieron en el tiempo. Vendría muy bien explicado por ejemplo con la frase del reputado economista Alois Schumpeter. Este profesor de Harvard, un referente mundial, no tuvo más remedio que exclamar que los preceptos de la economía moderna, sus precursores, “resulta que son españoles”. Y es que si hablar con orgullo de la Escuela de Salamanca o de Fidel Pagés es ser españolista, pues entonces, ¡seámoslo! Pero yo prefiero hablar del justo orgullo que podemos sentirnos también, y gracias a nuestra Historia, por ser españoles. ¿Por qué no? No lo sé. Somos el único país del mundo donde sus ciudadanos sienten vergüenza por querer estarlo.

javier santamarta 2Los españoles tenemos un complejo de inferioridad histórico de difícil solución, y todo eso habiendo sido esta nación de las grandes protagonistas de la Historia junto con Inglaterra (y en menor medida Holanda y Portugal), no en vano ambos países han definido la historia del mundo tal y como lo conocemos. ¿Alguna vez nos desprenderemos de los tópicos patrios y del lastre de esa especie de cretinismo patrio?

Es lo que estábamos hablando. Todos los países del mundo tienen su Historia y sus historias. Sus luces y sus sombras. Sin embargo somos la única nación del mundo yo creo, que anda siempre dándose de latigazos inmisericordes. Que nos gusta revolcarnos en los excrementos patrios como si esos fueran los propios de un pueblo genocida, meapilas e intolerante. Da igual que construyéramos universidades por toda América, que el mestizaje fuera una de nuestras señas de identidad como Imperio, que el conocimiento fuera puntero para nuestra Monarquía Hispánica (no recuerdo algo similar en el mundo, sin ir más lejos, que la impresionante biblioteca del Monasterio de El Escorial, y mucho menos en el Siglo XVI), y que figuras como Jorge Juan o hechos como la expedición Malaspina darían para películas y novelas sin fin. Seguimos pensando que somos un pueblo indolente a los que el progreso le es ajeno, cuando fue en estos lares donde está la cuna del parlamentarismo, de descubrimientos científicos como el primer traje aeroespacial o hasta del primer libro electrónico. Va a costar. España es mucho más que paella, flamenco, sol y toros. Y siendo todo eso parte de España, hemos de dejar de pensar que sólo somos eso y que fuimos y somos peor que otros.

En mi opinión ´Siempre tuvimos héroes´ debe ser un obligatorio en la biblioteca de todo amante a la historia, ¿qué le diría al futuro lector para que se hiciese con su obra?

Que llegue a ella con el mismo espíritu curioso con el que lo abordé. La curiosidad es lo que nos lleva al conocimiento, a la duda, a las ganas por saber más. La Historia no siempre son grandes gestas épicas de batallas y excelsos prohombres a caballo. Es también lucha por el prójimo, contra la intolerancia, contra las injusticias… O a veces, tener que lidiar con el momento que te toca en suerte. Contra guerras y enfermedades, contra la ignorancia o la envidia. Yo quise creer que en España siempre tuvimos héroes. No me equivoqué. En este libro está la prueba de ello.

2 COMENTARIOS

  1. Si juntamos el complejo de inferioridad crónico de los españoles con la envidia hacia el que destaca, nos encontramos con un cóctel que hace que nos cueste trabajo reconocer los méritos de algunos compatriotas. Eso y la ignorancia supina que padecemos. Ya decía Machado: «Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.»
    Un saludo, Félix. Y enhorabuena por la entrevista.

    • Una gran dosis de lo primero más un pizca de lo segundo son parte de la receta por la cual estos héroes olvidados no ocupan siquiera un lugar en los libros de historia. Me enerva lo de este país nuestro, con motivos para sentirse orgulloso y acomplejado y miserable como decía Machado…
      Un saludo, Cayetano. El mérito es de Santamarta, un tipo genial.

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