Apenas unos meses después de que Cristóbal Colón regresara a Europa de su viaje inaugural al Nuevo Mundo, el Papa de origen español, Alejandro VI, le dio a España una ventaja en la búsqueda de la dominación de las regiones recién descubiertas del planeta.
El Papa decretó que todas las tierras descubiertas al oeste de un meridiano de 100 leguas (una legua son 4.8 km) al oeste de las islas de Cabo Verde deberían pertenecer a España, mientras que las nuevas tierras descubiertas al este de esa línea pertenecerían a Portugal. Este decreto papal también especificó que todas las tierras que ya estaban bajo el control de un “príncipe cristiano” permanecerían bajo ese mismo control.
Negociando para mover la línea hacia el oeste
Esta zona limítrofe hizo enojar a Portugal. El rey Juan II (el sobrino del príncipe Enrique el Navegante) negoció con el rey Fernando y la reina Isabel de España para mover la línea hacia el oeste. La justificación -o argucia- del rey Juan a Fernando e Isabel fue que la línea del Papa se extendía por todo el mundo, limitando así la influencia española en Asia.
La nueva linea
El 7 de junio de 1494, España y Portugal se reunieron en Tordesillas, y firmaron un tratado para mover la línea 270 leguas al oeste, a 370 leguas al oeste de Cabo Verde. Esta nueva línea (ubicada a aproximadamente 46 ° 37 ‘) le dio a Portugal una mayor parte de Sudamérica, pero también le dio al país luso el control automático sobre la mayor parte del Océano Índico.
Tratado de Tordesillas determinado con precisión
Aunque pasarían varios cientos de años antes de que la línea del Tratado de Tordesillas se pudiera determinar con precisión (debido a los problemas que determinaban no poder calcular la longitud), Portugal y España se mantuvieron bastante bien a sus lados. Portugal terminó colonizando lugares como Brasil en Sudamérica e India y Macao en Asia. La población de habla portuguesa de Brasil es un resultado del Tratado de Tordesillas.
Portugal y España ignoraron una orden del Papa al promulgar su Tratado, pero todo se apaciguó cuando el Papa Julio II aceptó el cambio en 1506.