Es cierto que Enrique Jardiel Poncela gozó de éxito en vida, pero también murió medio arruinado, medio olvidado, medio incomprendido. Dejó escrito su epitafio: «Si queréis los mayores elogios, moríos». En cierto modo, o sin el cierto, atinó. Seguramente desde ese más allá desde el que se encontraba -del que poco se sabía, puesto que, como el mismo dejo escrito con su humor irónico y crítico allá existía censura gubernativa; la misma que le relegó a un plano secundario- tuvo que aguardar a que los tiempos cambiaran.
Con la libertad su figura creció hasta convertirse en un icono de rebeldía e inconformismo. Aún así, en los años setenta y ochenta del siglo XX, en las clases de los adolescentes, aún se hablaba de Jardiel Poncela con cierto aire superficial, dando la sensación, errónea y malintencionada, de que era un tipo más o menos tan aburrido como los literatos de antaño.
Si el lector lo hace, descubrirá a un autor monumental y prolífico, capaz de cualquier cosa, es decir, de todo, con un papel y un lápiz en las manos. Era un torrente de ideas y sus pensamientos bien se parecen a los tweets actuales (a algunos, claro está): directos, breves, rotundos… Y en su caso, divertidos, irónicos, satíricos. Aquí te ofrecemos algunos de ellos.
«El amor es como las cajas de cerillas, que sabemos desde el primer momento que se nos tienen que acabar y se nos acaba cuando menos lo esperamos»
«El etcétera es el descanso de los sabios y la excusa de los ignorantes»
«El pudor es un sólido que sólo se disuelve en alcohol o en dinero»
«El que no se atreve a ser inteligente, se hace político»
«Los políticos son como los cines de barrio, primero te hacen entrar y luego te cambian el programa»
«Hay dos sistemas de lograr la felicidad: uno, hacerse el idiota; otro, serlo»
«Hay una moralidad sexual y otra económica; la primera se derrumba ante la segunda, y la segunda se derrumba ante la primera»
«La sinceridad la inventó uno que quería amargarle la vida al prójimo»
«Se es más esclavo de los débiles que de los fuertes»
«Todos los que no tienen nada que decir hablan a gritos»
Un hombre genial y la mar de ocurrente. Pasa algo parecido con Gómez de la Serna y sus greguerías, tan imitadas siempre.
Saludos, Félix.
Sin duda, estimado Cayetano. Puro genio y figura y poco ponderado. Nuestro Gómez de la Serna no se quedaba atras.
Saludos tributarios
Brillante como de costumbre.
Es impresionante como el pensamiento de los genios continúa siendo aplicable a la sociedad actual. La humanidad no cambia, sólo se viste de forma diferente.
Un abrazo
Brillante Jardiel Poncela, poco apreciado por nuestros coetáneos y que es una delicia leerlo. Como bien dices, los grandes pensadores son extemporáneos, sólo cambia el entorno.
Un abrazo, Markos
excelentes, pero De la Serna me parece más original o profundo
No lo dudo, Carlos. Pero personalmente tengo predilección por Jardiel.
Un saludo!