El 27 de enero de 2018, el conductor de un camión causó daños insalvables en los milenarios geoglifos de las Líneas de Nazca, situados en el sur de Perú, después de haber entrado con su vehículo en el lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad, y dejando profundas huellas que han afectado tres de las figuras dibujadas en la superficie hace 2.000 años.
El Ministerio de Cultura del país andino informó en un comunicado de que denunciará penalmente al conductor que irrumpió ilegalmente en la zona, a pesar de las señales de prohibición de acceso a la misma.
Aproximadamente 2,000 años atrás, miembros de una civilización preincaica esculpieron las Líneas de Nazca en un área a unos 445 km al sur de Lima, Perú. Desde el suelo, es difícil apreciarlas, pero las vistas aéreas posteriores revelaron que las líneas forman geoglifos colosales y complicados cuyo significado sigue siendo un acertijo.
No está claro por qué el conductor del camión pasó por alto las señales de advertencia -aunque según la investigación parece que intentaba evitar pagar un peaje- y comenzó a acelerar y hacer «eses» sobre las líneas. El Fiscal General de Perú dice que no hay pruebas suficientes de que el hombre los haya dañado intencionalmente, y no presentará cargos. Esto contradice la postura del Ministerio de Cultura.
Flores Vigo (el conductor) ha argumentado en su defensa que entró en la zona porque su vehículo tenía problemas en uno de las ruedas, según informa el periódico peruano El Comercio. El individuo añadió que desconocía la condición patrimonial del área y su valor.
Este conductor no tiene el «honor» de ser el primero en dañar este fantástico lugar: en 2014, la organización ambientalista Greenpeace, siempre tan polémica, se metió en problemas cuando sus miembros colocaron un cartel con el lema «Time for Change! The future is renewable, Greenpeace»(¡Tiempo de cambio! El futuro es renovable, Greenpeace) cerca del geoglifo del colibrí de las Líneas de Nazca, dejando huellas en el sitio.
Referencias: El Comercio de Perú, History Channel