Los inventos de los antiguos

Javier Sanz, en su quinto libro “Los inventos de los antiguos” nos acerca con su estilo ya consagrado como divulgador y referente en el panorama literario un libro que a buen seguro sorpréndera a más de un lector. Nos adentramos en los vericuetos del pasado con una idea muy clara: nuestros antepasados más lejanos también sabían -y de que manera- idear y construir artefactos e ingenios para la resolución de problemas prácticos. Esos mismos inventos que creemos son actuales y que, sin embargo, tienen siglos y hasta milenios de antigüedad.

Nada más terminar este libro me vinieron a la mente unas palabras del siempre recordado doctor Jiménez del Oso. Nos contaba que hemos construido la historia a nuestra medida, sin sobresaltos en la línea temporal. La historia ortodoxa nos dice que comenzamos con utensilios de silex y pintando en las cuevas. De pronto, como si de una locura colectiva se tratase, comenzamos a construir edificios ciclópeos, y con el paso del tiempo fuimos avanzando tecnológicamente hasta que hace “dos días” comenzamos a coser con máquinas y a volar…

Es lo más  cómodo para la historiografía más rancia. Todo lo que sea lo contrario produce temor. Y, sin embargo, nuestros “antiguos” eran capaces de emularnos con siglos de antelación en muchos campos. Nos queda mucho por saber. Civilizaciones antiguas que pasaron al olvido -otras no tanto- que nos dejaron un legado que, unas veces por ignorancia, otras por desdén y miedo, no contempla la historia. No hablamos de ooparts -esto ya quema demasiado en manos de algunos- sino de inventos tangibles y demostrados…

Háganse con el libro, disfruten de su lectura y, sobre todo, saquen sus propias conclusiones. No tengan miedo a escudriñar nuestro pasado y a descubrir que muchas veces la historia no es como nos la cuentan.