La primera Tarjeta de Crédito, historia e inicios

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El uso de las tarjetas de crédito se ha convertido en una forma de vida. Ya no solemos usar dinero en efectivo para comprar un jersey o un televisor… La mayoría de las personas lo hacen por la comodidad de no llevar dinero en la cartera, mientras que otras la usan para comprar artículos que simplemente no pueden permitirse… La que nos permite hacer todo esto es un invento del siglo XX…
A principios del siglo XX, la gente tenía que pagar en efectivo por casi todos los productos y servicios, aunque en la primera parte de siglo  comenzaron a proliferar las famosas cuentas de crédito en las tiendas, el famoso “apúntalo que ya te lo pagaré…” algo que todavía hoy en día se sigue usando en pequeños comercios. Sin embargo, nuestra “querida tarjeta” no se inventó hasta 1950. Todo empezó cuando y dos de sus amigos fueron a cenar…
En 1950, Frank X. McNamara, director de la Corporación de Crédito “Hamilton”, se fue a comer con Alfred Bloomingdale y Ralph Schneider, el abogado de McNamara. Los tres hombres estaban comiendo en un famoso restaurante de Nueva York, para discutir problemas con los clientes de la Entidad Bancaria.
Al final de la comida con sus dos amigos, McNamara metió la mano en el bolsillo de su cartera para pagar la comida (en efectivo). Se sorprendió al descubrir que había olvidado su billetera. Para su vergüenza, tuvo que llamar a su esposa y que ella le trajera dinero. McNamara prometió que esto no le volvería a suceder…
Con la “fusión” de los dos conceptos tratados en la cena, a McNamara se le ocurrió una nueva idea – una tarjeta de crédito que podría ser utilizado en múltiples establecimientos-. Lo que fue particularmente novedoso de este concepto era que serían intermediarias este tipo de empresas entre el banco y sus clientes…
Aunque el concepto de crédito ha existido desde la invención” del dinero, este nuevo instrumento de pago facilitó a muchos comercios y estaciones de servicio el captar la fidelidad de sus clientes por el beneficio que les proporcionaba. Consecuentemente, sus ingresos aumentaban…
McNamara fundó una nueva empresa ese mismo año a la que llamaron . El Diners Club iba a ser un intermediario. En lugar de empresas individuales que ofrecían crédito a sus propios clientes, el Diners Club era la que se iba a encargar de esas operaciones… y posteriormente “ajustar” cuentas con el Banco…
Sin embargo, para poder obtener un beneficio de estas operaciones, la empresa de tarjetas de Crédito tuvo que cargar en cada operación un 7% en concepto de comisión, así como 3 dólares anuales por el mantenimiento de la misma.
El nombre de la nueva Compañia se debió a que la idea había surgido durante una comida, y la tarjeta comenzó a hacerse popular en múltiples restaurantes que ofrecían este servicio…
Las primeras tarjetas Diners Club fueron entregados en 1950 a 200 personas (la mayoría eran amigos y conocidos de McNamara) y aceptadas por 14 restaurantes en Nueva York. No eran de plástico, sino de un tipo de papel con las condiciones de aceptación en el reverso…
El concepto de la tarjeta creció y, a finales de 1950, 20.000 personas estaban usando la tarjeta de crédito Diners Club.
Aunque el Diners Club siguió creciendo y en el segundo año obtuvo un beneficio de 60,000 dólares, McNamara pensó que la idea no era más que una moda pasajera. En 1952, vendió sus acciones de la compañía por 200,000 dólares a sus dos socios. La tarjeta de crédito Diners Club siguió creciendo y no tuvo competencia hasta 1958. En ese año, tanto como el Banco Americard (más tarde llamada ) aparecieron en el mercado. El concepto de una tarjeta de crédito universal había echado raíces y se extendió rápidamente por todo el mundo, para alegría de muchos y mayor desgracia de otros…
Fuente: Jennifer Rosenberg -About.com-

63 COMENTARIOS

  1. No puedo decir que me entusiasme tu entrada de hoty porque soy anti plástico total. Parezco de la prehistória. Tengo una tarjeta por aquello que si viajo y me pasa algo tener dónde agrarrarme. Pero ni las tarjetas ni los cajeros son mi fuerte:)
    Comprendo que hay que ir con los tiempos pero en esto caso me reconozco obsoleta.
    Es un post sumamente práctico 🙂
    Un beso y feliz semana

  2. No pensé que las tarjetas tuvieran ya 60 años.

    Yo creo que son muy prácticas y un gran invento. Ahora, lo que sobran son las comisiones.

    Saludos.

  3. Bueno a veces nos salvan la vida y a veces se convierten en una pesadilla porque el crédito hay que pagarlo con intereses. Pero siempre va bien tener la visa a mano.

    Saludos!

  4. No conocía la historia de la creación.

    Yo tengo en mi mente,la imagen en el corte ingles, hace años, quizá los mas jóvenes no se acordaran, dabas la tarjeta y la ponían en una especie de prensa horizontal, encima de la tarjeta un papel escrito a mano con el importe de la compra y el numero de ticket de caja, y zas, izquierda derecha y la tarjeta se copiaba en el papel, firmabas y te ibas… entonces no existían los terminales actuales… que nadie piense que soy un viejo, de esto hace unos 20 años. :p

  5. Pues yo soy todo lo contrario a Katy, llevo muy poco efectivo encima, alguna vez (pocas) me ha pasado lo que al creador de la tarjeta pero no en un restaurante sino en una cafetería para pagar un café, jaja, ¡que vergüenza!. Menos mal que me conocían por ir todos los dias, sino me veo fregando tazas.
    Soy defensora a ultranza de las mismas siempre que se usen con cautela y prudencia, claro. Siempre llevo más de una por si me falla la que utilizo habitualmente, claro que me salen gratis por trabajar en el sector.
    Las ventajas son innumerables y las desventajas pocas. En los paises nórdicos hacen los pagos de muchos servicios enviando sms a través del móvil que a su vez está conectado con su la tarjeta de su propietario y así le hacen el cargo. Seguro que acabaremos haciendo lo mismo.
    Un abrazo, es un gusto leerte.

  6. Oscar, no eres un viejo, lo que cuentas existe todavía. Son bacaladeras, y algunos comercios las tienen por si fallan los datáfonos y no tienen cómo cobrar. Como es un sistema arcaico no las tienen a la vista, pero la boleta es una forma de recoger la firma al cliente cuando no hay otra cosa.
    Un saludo

  7. interesante la lección histórica.

    no me creerás, si te digo que solo hace 9 meses que tengo mi primera tarjeta. Hasta ahora me he negado a usar el plástico. a mi es que me gustan los verdes, bueno ahora los morados.

    un abrazo

  8. Me encantan tus post, son ilustrativos siempre. Te digo en secreto, en lo personal no me gustan las tarjetas de crédito, no las se usar, para tener estas tarjetas hay saber usarlas, si no se puede ir uno preso je.

    Saludos cordiales, feliz semana que inicia.

  9. Excelente articulo Felix !!!

    La Tarjeta de Crédito ha sido el invento mas peligroso creado para destruir el capitalismo.
    No hablo de un complot, sino de ese tipo de inventos que parecen cómodos y a la larga resultan nocivos.
    Asi llegamos al día de hoy en que todo el mundo gasta mas de lo que tiene. Ya las hipotecas eran peligrosas, la tarjeta de credito completo el cuadro.
    La tarjeta de credito terminó siendo a largo plazo la mayor culpable en la fabricación de papel moneda en todos los paises. Por un lado reactiva el consumo pero tambien produce inflación.
    Y el problema mayor no es la tarjeta de credito en si, sino el analfabetismo económico de la mayor parte de la gente que la tiene, donde un gran porcentaje pierde en lo tangible por manejar dinero intangible.

    Un abrazo

    Bife

  10. @Katy
    No me gustan nada las tarjetas. La llevo por una “emergencia” de las que puedan suceder, pero poco más. Así que yo también soy obsoleto 🙂
    Un beso y feliz semana

  11. @JRio
    Yo también creo que son prácticas, pero no me gustan. Y si no existieran las comisiones, poca vida les quedaría a las tarjetas XD

    Un abrazo

  12. @Kassiopea.
    Nunca está de más por aquello de “lo que pueda pasar” pero yo procuro “no desenfundar” cual pistolero XD

    Un abrazo¡

  13. No tenía ni idea de
    que fuese así como se
    concebió la tarjeta
    de crédito, es cómoda
    pero hay que saber usarla.

    Un abrazo muy grande

  14. @oscar
    Yo me acuerdo perfectamente de esa especie de prensa horizontal en la que te llevabas el resguardo con el importe y la firmita. Y no hace tanto… 🙂

    Un abrazo

  15. @Merche
    Yo soy más de efectivo, y aún así, en ocasiones (en cafeterías en las que tengo confianza) me he echado mano al bolsillo y no llevaba la cartera o efectivo. La cautela y la prudencia en el uso de las tarjetas queda a criterio de cada uno, pero son los más los usan a diestro y siniestro, cual si fuera “El Zorro” repartiendo espadazos a diestro y siniestro…
    El gusto es mio 🙂

    Un abrazo

  16. @PEDROHUELVA
    Porque lo dice vd. y me fio de su palabra, que sino no lo creería. Una persona que viaja por medio mundo y no lleva tarjeta,mmmm. A mi también me gustan los morados, no te fastidia, pero los hay que los que manejan más que otros (y no me gusta señalar)…

    Un abrazo

  17. @Pluma Roja
    jajaja, si no se saben usar, cuidadín, porque como bien dices, podemos acabar huyendo de la justicia…

    Un abrazo y feliz semana

  18. @bifeancho
    A la larga y a la corta resultan muy nocivos. Y bien hablas de factores determinantes como la inflación. Está bien que se reactive el consumismo para que la cadena industrial tenga “salud” pero no a costa de gastar lo que no se tiene. Esto provoca altos índices de morosidad, donde hasta muchas personas pierden su hogar por una nefasta gestión económica de sus recursos…

    Un abrazo

  19. @CreatiBea
    Para mí también son comodas, no lo niego, pero me niego a usarlas si no es en caso de necesidad imperiosa. Utilizadas con moderación son útiles, pero a algunos se les va la cabeza,jaja.

    Un abrazo y feliz semana¡

  20. @Marisa
    Hay que tener mucho,mucho,mucho, pero que mucho cuidado, que luego viene “Papa Banco” y nos devora¡¡ 🙂

    Un fuerte abrazo.

  21. Ahora ya vienen con chip…y dentro de poco no hará falta la tarjeta de plástico: nos colocarán el chip en la frente y nos descontarán el importe de lo que trinquemos según pasamos por el arco de la puerta…

    Cuando llegue ese momento que me pongan una diana justo encima del chip, para que alguien se apiade de mi y dispare. 🙁

    Salu2

  22. @Markos
    Buena idea, amigo. Ya hace referencia el Apocalipsis en el Nuevo Testamento…
    Cuando nos pase eso, haré como tú, dire “matenme, matenme, por favor” 🙂

    Un abrazo

  23. Hola Félix, haciendo un paseo por los comentarios veo que a la mayoría no nos hace gracio esto de las tarjetitas…
    Pensándolo bien he cambiado de idea, ojalá tuviera muchas, eso si, respaldadas con generosos fondos de bancos suizos por ejemplo. Y no como ahora que cada vex que uso las 2 que tengo, obligatoriamente miro el saldo 🙁
    Un abrazo y buena semana

  24. Una ayuda y una maldición son las dichosas tarjetitas éstas! Nunca me han gustado pero hubo un tiempo en que sobrevivía gracias a ellas, aunque un año, casi logran que me quede en la calle cuando me quede sin trabajo y no pude pagar más. Ya no las uso!

    Buena historia, como siempre.

    Abrazos! 😉

  25. Excelente e interesante entrada, desconocía el inventor e inicio de las Tarjetas de Créditos. En mi caso suelo hacer uso de ellas con frecuencia. Saludos, Félix, y feliz semana.

  26. Maldito invento, monsieur. La verdad es que no me gustan nada las tarjetas de credito. Es el modo de hacernos gastar y gastar y no llevar cuenta de ello. La ruina!

    Aquí estoy por fin, con mi PC a prueba.

    Feliz tarde

    Bisous

  27. Vamos directos a que cualquier cosa se pueda efectuar con tan solo nuestra tarjeta de identifacion. Para el que haya tenido la fortuna de poder mover algún dinero, sin duda la tarjeta le ha ahorrado muchas molestias, para los de clase media, ha sido un dolor de muelas a fin de mes.

    Buena entrada Felix y bien ilustrada, me encantan las fotitos.

  28. Por fin lo tengo claro después de mucho tiempo:
    Tarjetas de crédito / tarjetas de débito: he ahí la diferencia.
    Con la primera te PRESTAN un dinero que no tienes. Con la segunda te ADELANTAN el dinero de tu propia cuenta.

  29. @Roddo
    Yo les veo más puntos negativos que positivos a las tarjetitas de las narices. Pero tú ejemplo es gráfico. De una situación de apuro te pueden sacar, pero si no es algo de extrema necesidad mejor no usarlas. Gracias.

    Un abrazo 🙂

  30. @Madame Minuet
    Me alegro de que su PC haya mejorado de lo suyo y se le haya pasado la fiebre. Estimada madame, es una cruel y despiadada ruina… Tiempos aquellos en Palacio en los que no era menester usarlas…

    A sus pies

    Marqués de Cotillón

  31. @Calistor
    Tiempo al tiempo querido amigo. El avance irrefrenable de la tecnología así lo hará. Lo suscribo: si tienes mucho dinero pues alegría, pero para la clase media, necesidad 🙂

    Gracias, me alegro te gusten las fotitos 🙂
    Un abrazo

  32. @Jose Antonio Bejarano
    Muy bien explicado, si señor. Y lo peor de todo es cuando te prestan un dinero que tú no tienes. Como se decía antaño: “Nadie da duros a cuatro pesetas…”

    Un abrazo

  33. Fenomenal la imagen final.
    Es cierto que es un gran invento, otro ingrediente más, inteligente, que recurre al mismo sistema de deuda que funciona perfectamente en este sistema.
    Gran anotación, estimado amigo.

    Un gran abrazo.

  34. Parece mentira que siendo, estas dos grandes empresas, las precursoras de la tarjetita se hayan dejado comer el terreno por VISA. Y es que, las dos, son las que más comisiones cobran a las empresas por lo que son rechazadas como medio de pago.
    Saludos,

  35. @Adrián J. Messina
    Si bien funciona perfectamente, como bien indicas, y la utilidad que tienen, no es menos cierto que son unas de las mayores causantes directas de la inflación. Hay tendencia a gastar lo que no se tiene…
    Gracias y un abrazo

  36. @Esperanza
    Tú lo has dicho, amiga Esperanza. Al menos de lo que yo sé, la VISA cobra menos comisión que las citadas y, por tanto, tienen muchísima más aceptación. Buen apunte.

    Un abrazo

  37. Hoy en día las tarjetas de “plástico” son casi obligatorias y tenerlas es la leche, pero tenerlas con cargo a una cuenta con fondos… eso ya es la bomba.

    Un abrazo magister.

  38. Muy buena entrada. Sin dudas McNamara tuvo una gran idea aquella noche y nunca más volvió a quedarse sin dinero.
    Por cierto, yo tampoco estoy a favor de las tarjetas, ya sean de crédito o de cualquier otra índole. Pero tengo que reconocer que son muy útiles en la mayoría de los casos y que nos posibilitan andar más “ligero de equipaje” (digo de dinero) y algunas nos permiten una mayor rapides a la hora de llevar a cabo una acción (como la del subte o el metro). En fin, mal que nos pese McNamara se equivoco: Las tarjetas llegaron para quedarse.
    Un Saludo
    Uriel

  39. Nuestro amigo macnamaran, hubiera olvidado igualmente la tarjeta si la hubiese llevado en la cartera. Desconozco las condiciones de la tarjeta en sus inicios; si era al portador, si era nominativa y tenías que identificarte, si alguien ajeno podría operar con ella…La tarjeta ahora ofrece otras aportaciones, como créditos, seguros por su utilización (por si la palmas, aunque falta a mi juicio un seguro contra infartos para cuando la use la mujer).
    Digo todo esto, porque tal como nació siempre me pareció algo bastante infantil. ¿y si te olvidas la tarjeta? Claro, entonces llevas dinero. Y si llevas dinero para que qué quieres la tajeta?
    Lo bueno (o malo) de la tarjeta viene cuando puedes usarla sin que tengas un duro. A más de uno le dió algún disgusto por pagar con tarjeta en hoteles…
    Cuidaros de la tarjeta…es un estímulo para gastar.

  40. @Uriel
    Yo tampoco estoy a favor, pero hoy en día son más que necesarias sobre todo para los imprevistos que puedan surgir. ¡Vaya que si se equivocó con aquello de la moda pasajera¡ 🙂

    Un abrazo

  41. @Cesar
    Don César dixit. No hay más que hablar :).
    Había que identificarse y al dorso se apuntaba la “pua”. Cuando se acababan las líneas, a usar otra tarjeta y así…
    ¿y si te olvidas de la tarjeta y el dinero? problema habemus…
    No te falta razón, sin buenos fondos que la respalden es cosa mala. Y aún así, porque como bien comentas, invita al consumismo, en ocasiones desaforado y compulsivo…

    Un abrazo

  42. Si si, la excusa de me he dejado la cartera en casa ya la he oido mucho… yo creo que lo de que llamó a su esposa forma mas parte de la leyenda que de la realidad 😛

    yo tampoco soy pro tarjeta, vamos que la tengo de adorno…

    Abrazos!

  43. @Nela
    ¡Un gran invento¡ ¡Macanudo diría yo¡ Pero mucho mejor con muchosss ceros a la derecha en la cuenta 🙂

    Besos

  44. @David Pardo
    Eres una persona de mundo estimado amigo. Esa excusa es más vieja que Matusalem,jaja. Pues otro como tú, que no la desenfunda hasta que no se ve entre las cuerdas,jaja

    Abrazos¡

  45. mmmm Así que empezó el famoso “Diners Club”, interesante… además, que antes no existía el sistema de red en los bancos, todo era con planillas y libros donde quedaba registrado cada movimiento.
    Sin duda, las tarjetas nos han dado comodidad. A mi me pasó algo parecido, además q era apenas una niña, estaba cenando con amigos celebrando el cumpleaños de uno de ellos, fuimos a un rest. de comida Hindú y a la hora de pagar todos sacamos tarjetas y oh! sorpresa.. en ese establecimiento no aceptaban ni crédito ni débito ni nada!! :O
    Afortunadamente uno de los chicos tenía efectivo y se encargó de toda la cuenta, de lo contrario habríamos pasado toda la noche lavando vajilla porque no habían cajeros cerca xD

    saludos!
    😀

  46. @Silvia
    Muchos tenemos en mente aquellos contables trás la ventanilla del banco, con enormes gafas, gomas en la muñeca y anotando en el debe y en el haber los movimientos de cada cliente.
    La anécdota que nos cuentas es muy divertida, pero estuvísteis en un tris de estar fregando platos hasta el día siguiente 🙂

    Abrazos 😀

  47. Felix, vamos a ver…, ¿A quién conoces tú en ABC?:

    http://www.abc.es/20101004/medios-redes/primera-tarjeta-credito-blogs-201010040941.html

    Un abrazo.

    -A quie lea el comentario aclarar que es una broma, no conoce a nadie, es que los artículos del blog son geniales.

  48. @JRio
    A este paso van a sospechar que tengo contactos allí. Doy fe de que no es así,jajaja. Me alegro mucho, y te agradezco que me tengas informado porque yo nunca me entero 🙂

    Un abrazo

  49. @Mer
    Las tarjetas de crédito son una “bomba de relojería” jajaja. Yo uso débito, aunque nunca esta de más llevar la de crédito por “siaca” 🙂

    Besos de azahar 🙂

  50. Las tarjetas de crédito son una ofensa a la sensatez. Es que ya el fiado, libreta de despensa, pago a cuenta o como se llame en cada región del mundo. Que era pedirle al almacenero o despensero que te anote en una libretita lo que ibas comprando durante el mes hasta que cobraras el sueldo; era pernicioso porque te terminaba cobrando algún interes por la “financiación” y a la larga tu sueldo te rendía cada vez menos. El principio de la tarjeta es ese pero multiplicado millon de veces su perniciocidad ya que las empresas lucran entre millones y millones de ingenuos y terminan sacandole una tajada muy grande a la economía mundial por brindar un servicio abslutamente innesesario. Y asi están todas esas invenciones del sistema financiero que nos hacen creer que son impresindibles pero terminan atandonos cada vez mas a un consumismo frígido.

  51. Buenos días, el motivo de la publicación de este comentario es difundir este artículo que habla sobre los diferentes tipos de préstamos adaptados para cualquier situación . Considero que es una información útil para bastante gente.

    Un saludo y disculpen las molestias.

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