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La desamortización de Mendizabal y Madoz

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El siglo XIX  es conocido por ser la centuria por excelencia del racionalismo, quién más quién menos avanzaba hacia el siglo XX con aires de libertad y progreso; pero en se practicaba otro juego, unas por gobiernos inoperantes, otras por factores externos, podemos calificarlo como un siglo de nefasto recuerdo en nuestra historia.

Comenzamos con las invasiones napoleónicas y acabamos con el desastre del 98 que ya “derramó el vaso” de la calamidad para este país. ¿Qué sucedió en ese siglo en España?… demasiado, aunque hoy abordaremos aquellas desamortizaciones que, si cabe, ahondaron más en la pobreza al ya deprimido pueblo español.

Los dos primeros intentos de desamortización se llevaron a cabo durante los reinados de Carlos III y Carlos IV, cuando las diversas crisis bélicas y el endeudamiento público impusieron “la adopción de medidas conducentes a la recuperación del erario público”. Aunque el de mayor envergadura tuvo lugar bajo el gobierno de Isabel II por iniciativa de los ministros Mendizábal (1836) y Madoz (1856).

valor desamortizacion mendizabalEsto llevó a la incautación por parte del Estado del 60% de los bienes de la Iglesia o civiles para su venta en subasta pública. La intervención de Mendizábal continuó bajo la regencia de Espartero cuando a los bienes del clero regular se añadieron los del secular. Sólo con la vuelta de los moderados, en 1844, obligó a suspender las subastas, aunque con la garantía del gobierno del general Narváez de respetar las ventas ya realizadas.

Dadas las distintas superficies de los lotes, en teoría eran asequibles para grupos sociales de bajos ingresos. Aunque en la práctica fue la burguesía la que acaparó las subastas -seguimos en las mismas- con el resultado final de unas tierras improductivas que, mientras estuvieron en manos del clero o los civiles se habían dedicado en su mayor parte a la agricultura.

La 2ª gran desamortización tuvo lugar a raíz de la Ley Madoz de 1855, que formaba parte del programa político del Bienio Progresista. Estableció la venta en subasta pública de toda clase de propiedades rústicas y urbanas pertenecientes al Estado, la Iglesia, los propios y baldíos de los municipios y, en general, todos aquellos bienes que permanecieran amortizados.

Consecuencias: Se abolió la propiedad comunal y esto trajo un agravamiento de la situación económica del campesinado, en tanto que la incautación de los bienes eclesiásticos fue causa de una ruptura fulminante de relaciones con El Vaticano y el consiguiente deterioro de relaciones internacionales de la Corona.

Pero en ambos casos -Madoz y Mendizábal-, el proceso desamortizador contribuyó a definir una sociedad burguesa, ya que fusionó la antigua aristocracia feudal con la burguesía urbana, dando lugar a una nueva élite de terratenientes.

Isabel II (Revista La Flaca - 31.07.1869EXPOSICIÓN A SM LA REINA GOBERNADORA ()

Señora: Vender la masa de bienes que han venido a ser propiedad de la nación no es tan sólo cumplir una promesa solemne y dar una garantía positiva a la deuda nacional por medio de una amortización exactamente igual al producto de las ventas; es abrir una fuente abundantísima de felicidad pública; vivificar una riqueza muerta; desobstruir los canales de la industria y de la circulación; apegar al país por el amor natural y vehemente a todo lo propio; ensanchar la patria, crear nuevos y firmes vínculos que liguen a ella; es, en fin, identificar con el trono excelso de Isabel II, símbolo del orden y de la libertad. No es, Señora, ni una fría especulación mercantil, ni una operación de crédito (…); es un elemento de animación, de vida y de ventura para España. Es, si puedo explicarme así, el complemento de su resurrección política.

El decreto que voy a tener la honra de someter a la augusta aprobación de V.M. sobre la venta de bienes adquiridos ya por la nación, así como en su resultado material ha de producir el beneficio de minorar la fuerte suma de la deuda pública, es menester que en su tendencia, en su objeto y aun en los medios por donde aspire a aquel resultado, se encadene, se funde en la alta idea de crear una copiosa familia de propietarios, cuyos goces y cuya existencia se apoye principalmente en el triunfo completo de nuestras altas instituciones.

Gaceta de Madrid. 21 de febrero de 1836

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4 COMENTARIOS

  1. No hubo reforma agraria, tan necesaria por otra parte, solo un apaño recaudatorio. Los beneficiarios, los de toda la vida. Una oportunidad perdida para modernizar el país y, de paso, hacer un poco de política social.
    Saludos, Félix.

  2. Creo recordar que ni siquiera se logró aliviar las deudas de la maltrecha hacienda española, al menos con la desamortización de Mendizábal, ya que en las subastas se permitió pagar a los compradores con títulos de deuda pública, en vez de con dinero constante y sonante. Además de antisocial, una ‘reforma’ chapucera. Terrible el tránsito del feudalismo al capitalismo.

    • Hola Rosario. Un desastre, no hay por donde cogerlo. Como bien dices ni siquiera exigieron dinero en efectivo en las subastas y fue un tránsito al capitalismo que terminó de machacar a los de abajo.
      Un saludo!

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