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Historia de Willian Wallace, el héroe de Escocia

El folklore escocés está lleno de historias de William Wallace, el héroe nacional de Escocia,…

El folklore escocés está lleno de historias de William Wallace, el héroe nacional de , que nació en alguna parte en el suroeste de aquella nación, aunque la ubicación exacta no se conoce.Todos hemos tenido ocasión de ver la película BraveHeart, ganadora de 5 Oscars en 1995, en la que Mel Gibson interpreta con acierto a la leyenda de un pueblo, a aquel que fue capaz de plantarle cara a los ingleses, el que logró aglutinar las voluntades de los oprimidos en contra del invasor…

Después de la desaparición repentina de la línea real directa en Escocia, surgió una controversia sobre quién debía ser el sucesor al trono. Alejandro III había ganado el trono de Escocia en 1249 a la edad de ocho años. Dos años más tarde se casó con la hija de Enrique III de Inglaterra. Alejandro III reinó casi 40 años, sobreviviendo a sus hijos. A la muerte de Alejandro en 1286, el hijo de Margarita  ocupó brevemente el trono de Escocia, pero murió con sólo siete años al cruzar desde Noruega a Escocia. Margarita se comprometió con Eduardo I de Inglaterra (también conocido como Longshanks) y así poder tomar el control de Escocia. Eduardo ya había conquistado el País de Gales en 1284, y ahora estaba ansioso por expandir su reino una vez más.
Después de muchas hazañas individuales contra los ingleses, Wallace empezó a ser acompañado por algunos amigos. Los lazos familiares en Escocia, eran muy fuertes. Ahora Wallace tenía una fuerza pequeña pero activa que daría a los ingleses muchos dolores de cabeza.
En 1296, Wallace se enamoró de Marion Bradfute de Lanark. Se cree que tenían una hija ilegítima. En una ocasión, Wallace escapó de los ingleses durante una visita a Lanark, la aldea de su amada. Marion lo ayudó en su fuga, y, en venganza, , el gobernador Inglés de Lanark, asesinó cruelmente a Marion. Wallace enloqueció por este acto de brutalidad, y una noche de mayo de 1297, él y su banda se colaron en Lanark y desataron su venganza contra los ingleses. En total, más de 240 ingleses fueron asesinados, con la excepción de las mujeres, niños y sacerdotes. Wallace nunca mató a los inocentes o al clero.
La noticia de la masacre de Lanark se extendió rápidamente en toda Escocia, y los escoceses acudieron a la llamada de Wallace, que pronto se encontró al mando de un ejército de tres mil hombres que logró  vencer a los ingleses en varias batallas.
En cierta ocasión, los escoceses estaban escondidos debajo de un puente sobre el río Forth. Los ingleses atravesaron el puente el 11 de septiembre de 1296. Cuando muchos  lo estaban cruzando, cargaron contra ellos. La mayoría de las tropas inglesas fueron aniquiladas. Cerca de 6.000 soldados por el lado inglés, y muy pocas bajas por el lado escocés. La batalla había demostrado que la caballería pesada inglesa podía ser derrotada. También sirvió para enfurecer aún más a Eduardo…
Eduardo dirigió un ejército a Escocia a mediados de 1298, y Wallace se vio obligado a luchar en una batalla campal en Falkirk. Con la visión típica de los grandes estrategas, Wallace fue capaz de posicionar su ejército en un terreno ventajoso, y formó a sus hombres en cuatro cuerpos, cada uno con lanceros en el exterior para luchar contra la infantería y la caballería inglesa. Una tormenta de flechas se extendió por las formaciones, seguida inmediatamente por carga de infantería imparable. Los escoceses tuvieron que romper filas y huir, y con ellos, se fue definitivamente toda esperanza de derrotar a los ingleses.
En febrero de 1304, tras varias batallas pérdidas ante su poderoso enemigo, Escocia tuvo que capitular. Eduardo fue muy indulgente con todos los líderes de la rebelión de Escocia, salvo con Wallace. Se puso precio a su cabeza y se vio obligado a esconderse en los pantanos.
Durante la transformación de Escocia por parte de Eduardo como una provincia inglesa, Wallace se vio acosado constantemente por perseguidores a los que hacia frente y siempre lograba escapar. Lamentablemente, fue traicionado por uno de sus hombres, y fue capturado por un antiguo amigo llamado Juan Menteith.
Wallace fue llevado a Londres por Menteith, donde, y como mera formalidad, Eduardo celebró el juicio contra él. Fue juzgado sumariamente y condenado por numerosos “crímenes” contra Inglaterra, incluida la traición, asesinato, robo y otros delitos graves. Aunque Wallace nunca se le permitió hablar en su juicio, en un momento gritó que no era un traidor, como también dijo que Eduardo no era el rey de Escocia (dezconozco si gritó la palabra Libertad, pero pudo ser…).
Wallace fue condenado por traidor, y en la brutal ejecución fue colgado parcialmente, se le mutilaron y extirparon los órganos sexuales, posteriormente los órganos internos uno por uno, y murió cuando su corazón fue arrancado. Y de esta manera, terminó la vida  del que había abanderado la rebelión contra la tiranía. La libertad de Escocia no fue a morir con él, porque precisamente siete meses después, fue coronado rey de Escocia. Escocia era libre de nuevo, gracias a la “llama” encendida por él. Todo un héroe de leyenda…
Fuentes:
Chung, Kyn Wai. “William Wallace of Ellerslie: From Outlaw to Guardian of Scotland.” “William Wallace de Ellerslie: Desde Outlaw a Guardián de Escocia.”

“Scotichronicon.” Edimburgo: Mercat Press, 1991

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