Hablemos de la Caca ….

Se que corro el riesgo de quedarme sin seguidores escribiendo este post ;), pero bueno, dado que en los tiempos que corren parece algo normal hablar de violencia, guerras, injusticias…etc, ¿que cosa más humana y más lógica que hablar de la caca?
Durante el transcurso de su vida, un ser humano puede producir más de seis toneladas de excrementos, pero a pesar de su importancia sigue siendo un tema tabú. Por eso, para aquellos que resulte ofensivo, siempre que haga referencia a nuestras evacuaciones, heces, deposiciones, mierdas, zurullos, excrementos y cacas… utilizaré un nombre en clave más fragante: “La Rosa”
Francia es uno de los pocos países en los que hay especialistas en el tema, los proctólogos. Las mayoría de mujeres prefieren visitar a un ginecólogo que a un proctólogo, y con los hombres no es menos difícil porque lo relacionan con la homosexualidad
Normalmente, a la mayoría de las personas no les gusta usar el servicio que no sea el de su casa, nos sentimos como extraños. Existe la diarrea, el estreñimiento o el dolor intestinal, y es que el colón funciona independientemente de nuestros deseos, y de nada sirve intentar “obligarlo”, tenemos que permitir que se exprese “a su manera”
¿Como producimos nuestro ramillete diario de rosas?… Después de tragarla, la comida se desplaza a través del esófago hasta el estómago, donde es disuelta por ácidos y jugos digestivos. Su próxima parada es en el intestino delgado (de siete metros de largo…) donde se absorben todos los nutrientes. Lo que sobra pasa al intestino grueso y luego al colon, hasta que se convierte en un hermoso tributo floral que viaja hasta su destino final: Nuestro almacén de Rosas…
Hay que desdramatizar la defecación, pero tampoco hay necesidad de que toda la Oficina sepa que estás haciendo. Además, está el problema de los gases, los desagradables e infames “pedos”, esos gases apestosos que contaminan la atmósfera. Es algo natural, tirándote pedos te sientes mejor… Además, contienen Metano, lo que ayuda a las rosas a “flotar” pero es inflamable…
A principios del siglo XX, tirarse pedos era visto como algo divertido, aunque antiguamente, el “Trono” era un símbolo de despilfarro de la sociedad capitalista, un lujo superfluo…
Hubo una época en que nuestras rosas eran toda una obsesión. Se olfateaban y clasificaban según un cuadro de colores… En aquellos días, la gente producía el triple de rosas que hoy porque nuestra dieta contenía más fibra. Desde hace más de 500 años, los japoneses acuden al . Las ofrendas al Dios se hacen echando una moneda en un agujero, y le ruegan para que desaparezcan problemas como la incontinencia.
Comer y defecar bien son indicativos de buena salud, pero la obsesión por nuestras evacuaciones viene de miles de años atrás, cuando nuestros antepasados sufrían terriblemente por los parásitos intestinales. Se han estudiado rosas momificadas de hace más de 2.000 años que, una vez hidratadas ¡Vuelven a oler¡ Increíble ¿verdad? Pueden tener miles de años, pero todavía huelen porque las bacterias siguen allí esperando “al acecho…”.
En un día, los habitantes del planeta producen más de doce toneladas de rosas. En el Centro Químico de Olores de los Estados Unidos, los investigadores meten las narices en los ramilletes para dar con posibles soluciones, porque a ninguna cultura de la Historia le ha gustado ese olor (algo normal por otra parte…), aunque estos científicos han dejado claro con experimentaciones que la percepción del olor tiene mucho que ver con el aspecto visual.
Las diferentes culturas y civilizaciones han dado respuestas distintas a los olores, y la japonesa es la más sensible en lo que respecta a este asunto que nos ocupa; pero como buenos japoneses, han descubierto una pastilla que descompone el amoniaco y elimina los malos olores ¡Bravo¡ Gracias a ellas, se consiguen rosas amarillas ¿normal?, y eliminan los malos olores, dejando la estancia con un aroma embriagador… Ya han vendido más un millón de cajas de pastillas…
Como dato curioso, en 1961, embaló sus heces en noventa latas. Las etiquetó en varias lenguas: “Mierda de artista”, y el valor de estas latas aumentó vertiginosamente. En 1980 ya se valoraban en unos 1.500 euros y, posteriormente, con la irrupción del Arte Contemporáneo, alcanzaron los 58.000 euros, el precio de varios kilos de oro. La mayoría de propietarios la tienen guardada en la caja fuerte de un Banco “sic”…
Y es que nada se crea, nada se pierde, todo se transforma…
“Al monte me fui a cagar y cagué un montón de mierda, no como esos cagones de mierda que dicen que van a cagar y no cagan una mierda”