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¿Es cierto que Calígula nombró cónsul a su caballo?

Tiempo de lectura: 2 minutos

Según el antiguo historiador Suetonio, Calígula amaba tanto a uno de sus caballos, Incitatus, que le puso al corcel una caballeriza de mármol, un pesebre de marfil, joyas, jardines y 18 sirvientes. Otro cronista, Dion Casio, escribió que los criados mezclaban la avena con copos de oro para su comida. Famoso por su locura y brutalidad, Calígula, cuentan, cometió incesto con sus hermanas, alimentó a las bestias salvajes con los prisioneros, y tenía «conversaciones» con la luna, por lo que esto puede sonar factible. ¿Pero realmente nombró a Incitatus cónsul o es sólo una de esas verdades a medias que nos deja la historia?

La historia en la que Calígula nombra cónsul a su caballo favorito, Incitatus, ha estimulado nuestra imaginación durante largo tiempo. Internet está plagado de artículos y blogs en los que se debate si esta leyenda es realmente cierta. El caballo de Calígula ha acabado apareciendo incluso en el Diccionario Oxford de Dichos y Fábulas: en su definición para “Incitatus” podemos leer: “nombre del caballo de Calígula, designado cónsul por el emperador”. Sin embargo, quizás el mayor testimonio de la inmortalidad de Incitatus es que tiene su propia página de Wikipedia .

«El caballo de Calígula», Salvador Dalí

Aunque los antiguos textos solo mencionan la intención de nombrar cónsul a Incitatus, la repetición machacona de esta historia a lo largo de los siglos (en particular como una forma sarcástica de sugerir que un político podría no estar a la altura de las circunstancias) evidencia que a menudo olvidamos que el caballo de Calígula jamás llego a ocupar un puesto en el Senado.

Como mucho de lo que sabemos acerca de Calígula, la historia del consulado de Incitatus proviene de un escritor que vivió décadas después del reinado del emperador. Los historiadores creen que Suetonio y Dio basaron los mordaces relatos de su vida en rumores y leyendas, o simplemente los inventaron alimentando el sensacionalismo y convirtiéndolo en un villano épico. Y no, no defenderemos aquí que Calígula fuese un bendito, que parece que no, pero en ocasiones las fuentes tergiversan la historia. Así, mientras que Calígula pudo haber tenido una afición inusual por su caballo, es improbable que el emperador fue tan lejos como para nombrarlo funcionario de alto nivel.

Según el historiador Aloys Winterling, autor de «Caligula: una biografía» (2011), la locura no es la única explicación lógica para tal comportamiento. En su libro, relata que muchas de las actitudes más extrañas del emperador, incluyendo el tratamiento de Incitatus, fueron para insultar y humillar a senadores y otras élites. Al otorgar un alto cargo público a su caballo, Calígula mostraba a sus subalternos que su trabajo era tan insignificante que un animal podía hacerlo.

4 COMENTARIOS

  1. Con tal de jorobar a los senadores, cualquier cosa. Luego llegó Jesús Gil con su caballo «Inperioso». Y tal y tal.

  2. Calígula, 1979 de Tinto Brass. En esa pelicula que ví de pequeño a escondidas de mis padres recuerdo al caballo del emperador. Locura romana erótica post punk. No muy fiable históricamente pero muy bien plasmada la supuesta locura de Calígula. (botitas)

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