Durante más de 400 años, los huesos de Nicolás Copernico se perdieron en la historia. Cuando murió en 1543, no era muy famoso. El erudito polaco hizo su vida como matemático, astrónomo, economista, médico y canónigo en la catedral de Frombork en el norte de Polonia. Después de su muerte, fue enterrado en una tumba sin nombre en la basílica donde había trabajado. Con el tiempo, la ubicación exacta de sus restos fue olvidada. Desde entonces, mucha gente, incluidos Napoleón y los nazis, intentaron encontrar su tumba, pero fue en vano. Luego, en 2004, un equipo de científicos polacos se embarcó en una investigación increíble que resolvería el misterio de Copérnico.
Como se convirtió en hereje Copérnico
Copérnico logró honor solo después de su muerte. De hecho, muchos de sus contemporáneos lo consideraron un hereje por la idea de que la Tierra y otros planetas giraban alrededor del Sol: la teoría heliocéntrica. La creencia predominante, que la Iglesia Católica Romana también apoyaba, era que todos los cuerpos celestes giraban alrededor de una Tierra estacionaria, que estaba en el centro del universo: la teoría geocéntrica. Al darse cuenta de que sus ideas contradecían los puntos de vista de la época, Copérnico fue cauteloso. Justo antes de su muerte, publicó De revolutionibus orbium coelestium (Sobre los giros de los orbes celestes).
Debido a que las ideas de Copérnico eran tan radicales y confusas, la publicación fue recibida como una especie de broma ridícula. Sin el autor vivo para ser denigrado, la iglesia prestó poca atención a su contenido en ese momento. Sin embargo, a medida que pasaron los años, otros científicos comenzaron a proclamar su apoyo a la teoría copernicana.
Más de 70 años después de la publicación, la iglesia etiquetó públicamente a Copérnico como un hereje. También dijeron que sus teorías eran blasfemia porque los conceptos contradecían las escrituras. El 4 de marzo de 1616, De revolutionibus orbium coelestium llegó a la Lista de Libros Prohibidos de la Iglesia Católica Romana pendiente de «correcciones». Allí permaneció hasta 1748 cuando el papa Benedicto XIV lo retiró de la lista.
El misterio de Copérnico
Mientras tanto, la tumba de Copérnico estaba en algún lugar debajo de la catedral de Frombork, entre más de cien tumbas más. Los invasores suecos habían saqueado las criptas bajo de la catedral en el siglo XVII, y hubo daños durante la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, lo que quedaba debajo de la iglesia cuando los científicos polacos comenzaron las excavaciones en 2004 era una mezcla de huesos diseminados.
Los investigadores razonaron que, dado que Copérnico fue el responsable del altar de Santa Cruz durante su vida en la iglesia, tal vez fue enterrado en sus cercanías. Luego, en 2005, descubrieron una calavera cerca del altar. Aunque le faltaba la mandíbula inferior, el cráneo reveló una nariz rota y pertenecía a un hombre de entre 60 y 70 años. Copérnico tenía 70 años al momento de su muerte. Los expertos del Laboratorio Forense Central de la Policía de Varsovia generaron una reconstrucción computarizada de la cara y compararon los resultados con copias del propio autorretrato de Copérnico. La reconstrucción (abajo) reveló a un hombre que se parecía a Copérnico, incluida una cicatriz en la frente.
El ADN de Copérnico
Se hizo un análisis de ADN de los dientes molares del cráneo emparejándolo con dos fémures encontrados cerca. Sin embargo, los investigadores no pudieron localizar ningún resto de los parientes de Copérnico. Desafortunadamente, esto significaba que no tenían ninguna referencia para identificar con exactitud el esqueleto.
Con un golpe de suerte, los investigadores encontraron lo que necesitaban. Durante la Segunda Guerra del Norte de mediados del siglo XVII, las invasiones suecas devastaron Polonia y dejaron en ruinas palacios, castillos, pueblos enteros e iglesias. Se llevaron todo lo que encontraron de valor a Suecia, donde permanecieron la mayoría de las riquezas de Polonia.
La catedral de Frauenburg, donde Copérnico estudió e hizo sus observaciones celestiales, también fue saqueada. Entre las bibliotecas saqueadas por las fuerzas suecas había un manuscrito del que Copérnico había sido propietario durante gran parte de su vida. Era el Calendarium Romanum Magnum, creado por Johannes Stöffler en 1518 y que se convertiría en la base del calendario gregoriano que aún usamos hoy. Copérnico lo usó mucho como referencia astronómica, y había una posibilidad de que contuviera parte de su ADN. Si los expertos pudieran encontrar una coincidencia con el ADN que tomaron del cráneo y los dientes, tal vez podrían hacer una identificación positiva.
El Calendarium estaba en la Biblioteca de la Universidad de Upsala en Suecia. Göran Henriksson, un astrónomo, inspeccionó cuidadosamente las páginas del Calendarium en las que Copérnico había garabateado sus notas. Descubrió nueve muestras de cabello que posteriormente fueron al laboratorio para su análisis.
Cuatro de esos pelos proporcionaron resultados de ADN. Dos de los cuatro cabellos contenían ADN que coincidía con el de los molares tomados del cráneo que se cree que es Copérnico. Los científicos habían encontrado los restos de Copérnico, y en 2008, anunciaron su descubrimiento al mundo.
Copérnico, de hereje a héroe
En mayo de 2010, 467 años después de su muerte, el célebre astrónomo y héroe nacional de Polonia fue de nuevo enterrado en la catedral de Frombork. Esta vez, altos funcionarios de la iglesia le dieron un servicio conmemorativo formal, dijeron sus oraciones y bendijeron sus restos con agua bendita. Luego, su sarcófago pulido fue llevado en procesión a su lugar de descanso final bajo el piso del altar de Santa Cruz. Encima de su cripta, hay una lápida de granito negro (en la imagen) con un modelo del sistema solar y un gran Sol de oro en el centro. Los grabados identifican a Nicolás Copérnico como el fundador de la teoría heliocéntrica.
Hoy, los visitantes de la hermosa catedral de Frombork podrán encontrar la tumba del hombre renacentista que cambió nuestra visión del sistema solar. Una vez considerado un hereje, Copérnico ahora descansa como merece.
Polonia así como el sol es centro, lo fueq para nórdicos y la gran alemania
Y para la madre Rusia… 😉
Me acaba usted de echar un jarro de agua fría. Yo pensaba, como Dios manda, que la Tierra está en medio del universo, que todo gira en torno a ella y que los niños vienen de París. Este Copérnico desvaría.
Dios guarde a usted muchos años.
Y a usía lo mantenga en virtud… Demasiada blasfemia en el mundo de la Ciencia! 🙂
Gracias Felix…Esta semana me lei la biografia muy interesante de Sor Juana de la Cruz , una mujer mejicana o criolla , como los españoles conquistadores llamaban a los nativos…Aunque yo habia estudiado en Humanidades, mucha literaruta tanto antigua como moderna , solo de Sor Ines estudiamos varios poemas mas, no su historia…Su sabiduria y su don de crear y escribir le hacia ser una mujer conocida , mas no reconocida..El.hecho es que la obligaron a vivir en un convento adonde si le dieron la libertad de leer y escribir…me llamo.la atencion como y por que la iglesia prohibia libros, entre ellos el de Nicolas Copernico….justo iba a investigar eso esta semana y hoy , me llego tu correo…gracias de nuevo..de verdad creo que las personas atraen las cosas…un saludo Felix…
Hola Emperatriz. No creo mucho en las casualidades, los que buscamos intereses comunes acabamos convergiendo en algún punto.
Un saludo!
[…] fue un libro sobre astronomía, que incluía astutamente la nueva teoría de heliocentrismo de Nicolaus Copernico, donde la Tierra giraba alrededor del Sol, en oposición a lo contrario, que había sido el […]