“Tanto tienes, tanto vales…” una máxima que se repite desde el principio de los tiempos.
El dinero… ese que siempre ha creado desigualdades en el mundo.
Estamos todos de acuerdo en que es necesario para subsistir, pero no ha dejado de ser siempre un grave problema.
Un amigo mío me contó cómo enseñó a sus hijos el valor del dinero. Quemó un billete de cinco euros ante sus ojos. Mientras los hijos trataban de coger el billete para apagarlo, los hizo retroceder. Cuando se convirtió en cenizas, les dijo: “el dinero está para ser tratado con respeto y con desprecio…”
El
cristianismo siempre ha desaprobado el amor al
dinero. Desafortunadamente, esto ha tendido a convertirse en la
veneración de la pobreza y la afirmación paradójica de que la riqueza es un signo que
Dios desaprueba. Es un claro ejemplo de que el
Banco Vaticano no debería de existir, asi como todo lo que abarca sus
“tentáculos”, pero lo que es malo para los demás, parece que no está en la agenda de la
cúpula Católica, que bien predica poco con el ejemplo…
Hice una prueba un tanto tonta. Cogí un billete de diez euros en una mano y, en la otra, un papel en blanco de aproximadamente el mismo tamaño. Me preguntaba cual era la diferencia entre ambos “papeles”. La diferencia es una estafa gigantesca, aunque esencial en la sociedad para seguir funcionando. Aunque el dinero no es del todo malo en el momento en que muchos lo emplean para hacer el bien (ademas de para subsistir)…
La sociedad, tal y como la conocemos desde tiempos remotos, está dirigida por los que manejan dinero, la sal o el oro; y manejan su territorio de una manera que aumentan nuestra dependencia del dinero. No hace muchos años, la deuda era algo que la mayoría de la gente trataba de evitar. Ahora, la deuda es una parte integral de la planificación financiera personal en los países desarrollados…
Para las sociedades agrícolas, la riqueza era el ganado, el maíz o la tierra, hasta que llegó la necesidad de realizar un seguimiento de ella, especialmente si se confiaba a otras personas su “gestión”. Paralelamente al inicio de la Escritura, comenzaron las llevanzas contables para mantener las cuentas de los amos.
Originalmente el dinero, como la riqueza, era tangible. El oro, o las bolsas de sal -en los tiempos en que la sal era difícil de extraer- era lo que se utilizaba para comerciar.
El uso de la Moneda fue el siguiente paso, siempre validada por el Rey, Emperador o mandamás de turno, a quienes gustaba poner una imagen suya en las mismas. Esta era también una excelente manera de recordar a todos quién era el que mandaba... Aunque a la par del nacimiento de la primera moneda de la Historia, llegó la primera falsificación; son “manías” que tiene el ser humano…
Se ha afirmado de modo convincente que la degradación de la moneda contribuyó a la caída del Imperio Romano ya que, cuando el valor nominal de una moneda superó el valor del metal en ella, los precios tendieron a subir porque la gente trataba de obtener el mismo peso de oro o plata para sus productos.
Los
Billetes comenzaron a usarse como promesas de los bancos a pagar una cierta cantidad de
oro o plata al portador, y de paso, ofrecían una forma más eficaz de “transportar” grandes cantidades de dinero.
El dinero, eso que la mayoría de la Humanidad anhela, ha sido y es el principal problema de nuestra Historia. El poder, las riquezas, las propiedades… siempre fueron el germen de las guerras, de los conflictos, de las enemistades…, ha sido, es y seguirá siendo una ilusión óptica que nos maneja cual marionetas en este mundo absurdo, no nos proporciona la felicidad, pero claro, hay que comer…
– Cuando hay dinero de por medio es muy difícil la libertad…
Gonzalo Torrente Ballester
– Cuando se trata de dinero todos son de la misma religión…
François-Marie Arouet Voltaire
– Era tan pobre que no tenía más que dinero…
Joaquín Ramón Martínez Sabina
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@Fazulas
jeje, tú si que sabes. :)☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺ ☺
Abrazos