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El asombroso castillo de Moszna

castillo moszna
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Moszna es una gigantesca estructura de ensueño de 8.400 metros cuadrados y 356 habitaciones. Un edificio que, a primera vista, con su magnífico diseño y enormidad, sugiere un castillo inglés de la era isabelina. Sin embargo, cuando nos acercamos, Moszna muestra un estilo ecléctico, el resultado de que haya sido el hogar de diferentes familias, en diferentes épocas.

Tiene una historia que se remonta hasta mediados del siglo XVII, y está compuesto por tres secciones muy diferentes, todas construidas en tres estilos arquitectónicos muy distintivos, que le dan un aire hipnótico y misterioso.

El nombre del lugar se deriva del apellido de una familia Moschin que, en los albores del siglo XIV, compró una gran propiedad y se trasladó allí. Durante ese tiempo, el pueblo era parte de la parroquia de Łącznik, una de las muchas propiedades de la iglesia en toda Europa.

El castillo de Moszna también es llamado «el castillo de las 99 torres»

Interior del castillo de Moszna, N. C. CC BY 3.0.
Interior del castillo de Moszna, N. C. CC BY 3.0.

Según cuenta la historia, esta familia, se trasladó deliberadamente allí, una aldea que casi nadie sabía que existía, para fundar un monasterio y proporcionar refugio a los Caballeros del Templo de Salomón. Según la leyenda local, en sus primeros años Moszna no era un castillo sino un monasterio administrado por la Orden de los Caballeros Templarios. Esto no duró mucho, ya que su último líder, Jacques de Molay, fue quemado en la hoguera en 1314 y los templarios fueron perseguidos, disolviéndose poco después.

Sin embargo, teniendo en cuenta que todos los supuestos hechos de aquellos primeros días son turbios, y teniendo en cuenta los mitos que rodean a la Orden, esta historia es difícil de confirmar. Sin embargo, las investigaciones que se llevaron a cabo siglos después descubrieron sótanos muy antiguos enterrados en las profundidades de los jardines del castillo, añadiendo una chispa de intriga a una historia ya arraigada en el folclore.

Ya sea verdadera o solo una historia sentimental que pasó de generación en generación, esta leyenda fue de interés para la familia von Skall, los primeros propietarios registrados formalmente que compraron la finca en 1679 y construyeron los cimientos del castillo actual.

El castillo fue propiedad de la familia Tiele-Winckler de 1866 a 1945. Imagen - CC BY-SA 3.0 pl.
El castillo fue propiedad de la familia Tiele-Winckler de 1866 a 1945. Imagen – CC BY-SA 3.0 pl.

Según la evidencia histórica, George Wilhelm von Reisewitz, Gran Mariscal en la corte de Federico el Grande (Rey de Prusia desde 1740 hasta 1786), y primo de Urszula Maria von Skall, fue el primer propietario de la finca Moszna, falleciendo en 1723. Comenzó a construir «su casa» a su gusto, y en poco tiempo el aristócrata habitó un extravagante castillo construido sobre los terrenos donde una vez dormían los Templarios, una historia que vendió como verdadera entre sus amigos de la aristocracia. Ahora, su antigua casa forma el centro barroco del castillo de Moszna.

Jorge Luis Borges, el famoso novelista argentino, una vez compartió sus pensamientos sobre este estilo: «definiría el barroco como ese estilo que deliberadamente agota (o trata de agotar) sus propias posibilidades y que raya en la autocaricatura. El barroco es la etapa final de todo arte cuando el arte ostenta y despilfarra sus recursos».

Moszna tiene 365 habitaciones y 99 agujas o torres. PolandMFA y Mariusz Cieszewski CC BY-ND 2.0.
Moszna tiene 365 habitaciones y 99 agujas o torres. PolandMFA y Mariusz Cieszewski CC BY-ND 2.0.

La familia von Reisewitz perdió la propiedad en 1771 incapaces de pagar su mantenimiento, y viéndose obligados a subastar el lugar. Así, el castillo pasó a manos de Heinrich Leopold von Seherr-Thoss, cuya familia poseía otro castillo, así como muchas propiedades cercanas en la aldea de Dobra.

Esta familia fue la dueña de Moszna hasta que lo traspasaron a Heinrich von Erdmannsdorff en 1853, que poco después, por razones aún desconocidas, se lo vendió a Hubert von Tiele-Winckler en 1866.

El castillo de Moszna tiene 356 habitaciones

Antes de eso, Franz Winckler, un trabajador de la mina de plata en la década de 1830, se mudó de Tarnowskie Góry a Miechowice para trabajar para un magnate de la minería que poseía casi todas las minas de calamina y fundiciones de zinc de la zona. Este empresario murió, y Franz, su ex empleado, terminó casándose con su rica viuda. Y lo más interesante, en no más de una década terminó siendo nombrado caballero por el rey prusiano.

Es uno de los monumentos más conocidos del sur de Polonia. Por Bochnaank, CC BY-SA 3.0 pl.
Es uno de los monumentos más conocidos del sur de Polonia. Por Bochnaank, CC BY-SA 3.0 pl.

En 1854, su hija, Valeska, se casó con Hubert von Tiele, y para mantener el legado de caballería, ambos decidieron usar el nombre combinado de Tiele-Winckler. Buscando un nuevo hogar donde podrían comenzar una nueva familia, los Tiele-Winckler se toparon con el castillo de Moszna.

Compraron la propiedad de Moszna, tuvieron hijos y, años más tarde, cuando su padre murió en 1893, el hijo mayor heredó todas sus riquezas, incluido el castillo. Su nombre era Franz Hubert y está considerado como el que construyó la mayor parte del edificio.

Solo tres años después de convertirse en el único propietario, parte del castillo fue destruido por un incendio devastador. Durante la reconstrucción, Franz Hubert no solo lo restauró sino que amplió el castillo hacia el este en un estilo gótico victoriano, que tan popular era a finales del siglo XIX.

En no más de una década, el castillo tenía un jardín completamente nuevo en la entrada, así como otra ala en el oeste construida en 1911 en un estilo neorrenacentista para acomodar al emperador Guillermo II, el último Kaiser alemán y Rey de Prusia. Unos años antes, el Kaiser y Franz Hubert se habían conocido, después de lo cual Franz recibió el título de conde.

El magnífico castillo de Moszna. Por Bochnaank, CC BY-SA 3.0 pl.
El magnífico castillo de Moszna. Por Bochnaank, CC BY-SA 3.0 pl.

El castillo hoy en día está prácticamente igual que cuando Franz terminó de reconstruirlo, con sus 99 torres y 365 habitaciones. Debido a la negligencia de su hijo y su tumultuosa vida matrimonial, la familia perdió la propiedad. El Ejército Rojo, tras la Segunda Guerra Mundial, dejó atrás un castillo vacío y saqueado.

Hoy en día, todo el castillo es un hotel a un precio razonable y está disponible para quienes deseen experimentar su belleza de primera mano, junto con la historia que lo rodea. Ubicado en un hermoso parque repleto de magníficas azaleas, rododendros y robles que han permanecido durante tanto tiempo como el mismo castillo, Moszna es un refugio para aquellos que quieran sumergirse en un entorno impresionante.

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