Cuando las grandes mentes de la Ciencia se reunieron en el Museo Nacional de EEUU el 26 de abril de 1920, el Universo estaba en juego… o por lo menos el tamaño del mismo… En los círculos científicos fue conocido como el Gran Debate y, aunque no lo sabían en ese momento, los gigantes de la astronomía Harlow Shapley y Heber Curtis, estaban a punto de ver eclipsadas sus teorías por Edwin Hubble, hasta el mismísimo Einstein quedó sorprendido, apareció un astronomo “menor”, un joven que pronto se conocería como el astrónomo más brillante desde Galileo Galilei…
Aquellas “cosas pequeñitas” que se veían en el cielo eran Galaxias y sí, se estaban alejando. Pero no se detuvo allí, consiguió establecer un método para calcular la distancia entre unas Galaxías y otras, como por ejemplo Andrómeda nuestra “vecina”. Se discute mucho sobre si pudo hacer plagio de las tesis del sacerdote belga Georges Lemaitre que, al parecer, postuló estas ideas dos años antes de la exposición oficial por parte de Hubble, aunque tampoco es descartable una manipulación por envidias de algunos colegas.
A partir de entonces nuestro conocimiento del Universo se amplía día a día, paso a paso como las hormiguitas, como lo que somos… Hace tan sólo unos días pudimos asistir a una noticia científica bestial publicada en España por Jose Manuel Nieves, responsable de Ciencia y Tecnología de ABC:
Descubren la mayor estructura del Universo: 4.000 millones de años luz…
Apriétense los machos, echen cuentas, piensen, y sigan pensando. Sigamos guerreando, peleando, discutiendo, perdiendo el tiempo en vanidades absurdas, o echen una mirada al cielo y piensen cuan pequeños somos y sean conscientes de que cada segundo es irrepetible.
Yo, soñare con mi viaje espacial a mi particular Puerta de Tannhäuser, todos tenemos una… y sonrían, diantres, que da pena ver esas caras en el Bus…
Fuentes: Edwin Hubble, discoverer of Galaxies – Abc
Imágenes: Abc, Google